La Semana

Detención de indocument­ados es un negocio millonario

- POR WILLIAM R. WYNN | TULSA, OK bill@lasemanade­lsur.com

El mes pasado el Bureau de Prisiones de Estados Unidos (BOP en inglés) anunció que dejará de utilizar prisiones manejadas o en propiedad de capitales privados para alojar convictos federales, una política bien recibida por los activistas a favor de los derechos civiles y los políticos que defienden recortes en el gasto público.

El anuncio llegó luego de un alarmante informe publicado por el inspector general del departamen­to de justicia que culpaba a las empresas que ganan su dinero gracias a la detención de personas y las caratulaba de ineficient­es y poco seguras. Este cambió impactará sobre todas las cosas a aquellos inmigrante­s detenidos por ofensas menores, por ejemplo cruzar la frontera ilegalment­e o re-ingreso en el país sin autorizaci­ón, situación en la que se encuentra 1/4 de la población del BOP.

Sin embargo la medida queda corta y deja afuera a los presos que se encuentran bajo control de la Oficina de Inmigració­n y Aduana, conocida como ICE que utiliza prisiones privadas para alojar a unos 24.567 detenidos diarios, de una población total de 33.676. Estos números han aumentado dramáticam­ente en los últimos años dado que la administra­ción de Obama intentó detener las presiones conservado­ras manteniend­o la cantidad de detenidos y continuand­o con las deportacio­nes mientras se intentaba aprobar una reforma inmigrator­ia.

Son dos las compañías que más lucran con la detención de convictos, la primera es Correction­s Corporatio­n of America (CCA) y la segunda el GEO Group, su lema es mantener a los inmigrante­s no violentos detrás de las rejas, un negocio que les ha dejado al menos $7 billones desde el 2005. Para sorpresa de pocos las compañías de seguridad decidieron no apoyar la nueva moción, posiblemen­te porque atenta contra sus bolsillos de oro.

Dejando de lado las razones prácticas detrás de la abolición de la vieja práctica, sus detractore­s sostienen que es moralmente cuestionab­le que el estado le quite la libertad a las personas – sea por lo que fuere- y que después deje la responsabi­lidad de su cuidado a empresas cuyo único interés es que arresten a más gente para ganar más dinero. Para los convictos por crímenes estatales o federales, sus carceleros tienen un gran impacto en su condición de presos, sobre todo cuando se trata de castigos, orden, alimentos y seguimient­os de los mismos oficiales que cuidan las rejas.

El anuncio del BOP le metió presión a otra agencia pariente de ICE, el Homeland Security (Ministerio del Interior) que ahora afirma estar revisando sus políticas de uso de institucio­nes privadas para alojar a 9 de cada 10 detenidos federales.

Mientras el gobierno federal avanza hacia una dirección, Oklahoma va directamen­te por el camino opuesto, aferrándos­e al antiguo concepto de prisiones privadas que la gobernador­a Mary Fallin tanto apoya.

Hasta el 6 de septiembre del 2016 Oklahoma tenia 26945 presos, y un 22% de esta población alojada en prisiones privadas. Son tres las prisiones pro lucro que tiene nuestro estado, Cimarron en Cushing con 1655 reclusos, Lawton con 2638 y Davis en Holdenvill­e con 1678 presos. Estas cárceles operadas por CCA y GEO alojan presos de media y máxima seguridad y le cuestan al estado entre $44.03 y $57.96 por día, todas están sobrepobla­das.

No se encuentran incluidos en las cifras anteriorme­nte mencionada­s los individuos detenidos en la Cárcel del Condado de Tulsa bajo el programa 287(g) que sirve como gran agente de recaudació­n para las arcas del Sheriff de Tulsa Vic Regalado, al igual que sirvió durante tantos años a los bolsillos de su predecesor Stanley Glanz. En el mundo de la detención de inmigrante­s, a nivel local y nacional, don dinero sigue siendo un caballero poderoso. (La Semana)

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