La Semana

El mito de los 15 años

- POR MARINA SALGADO | TULSA, OK

Para ninguna familia latina es una sorpresa que en los 15 años de una hija se tira la casa por la ventana. Algunos padres se endeudan de una manera tan irresponsi­ble que pasan años pagando los costos de las fiesta de los “quince” de su pequeña.

Y la tradición es tan fuerte que transpasa las fronteras. Aquí, en el norte, la fiesta de los quince años cobra otras dimensione­s. No solo por que los gastos contraidos se pagan en dólares, sino también porque la “quinceañer­a se vuelve más exigente en una sociedad de consumo como la de EE.UU.

Es que para la mentalidad latina, la transición de la niñez a la adolescenc­ia es festejada cuando la jovencita cumple los quince años y se les otorga ciertos derechos dentro de la sociedad donde se desarrolla. Claro está que los cambios físicos en la adolescent­e son inevitable­s y su perfil de mujer comienza a desarrolla­rse. Eso no significa que están listas para el matrimonio sino más bien les otorga un status de mujeres adultas en ciertos eventos sociales.

El concepto de los quince años incluye una recepción y cena seguida de un baile que inicia el padre como un rito de presentaci­ón de su hija ante una sociedad adulta. En los tiempos de los mayas y los aztecas esta era una celebracio­n , un ritual con una danza y los mejores manjares para agasajar a la festejada , pero al llegar la conquista los españoles con el afan de convertir al pueblo católico optaron por cambiar la danza por un vals y el ritual de presentaci­ón por un altar cristiano. Es por eso en los hogares católicos y cristianos la familia ofrece una ceremonia de bendición para el futuro de la quinceñera y es lo más importante que no puede faltar , en otras circunstan­cias , la familia de la homenajead­a compra regalos para que la festejada se sienta felíz. Desde un carro del año hasta un viaje de vacaciones se baraja en el presupuest­o familiar, sin descartar teléfonos, ipods, y otras cosas de valor material.

En Tulsa hay una gran variedad de negocios dedicados a la celebració­n de las quinceañer­as. Desde vestidos de lujo que pueden llegar a costar unos dos mil dólares, hata fiestas de lujo con grupos musicales famosos que cobran unos 20 a 30 mil dólares. La selección del salón y las opciones del banquete puede llegar a costar otra fortuna. Muchos padres obcesionad­os por el amor a sus hijas y para guardar apriencias optan por los lugares más caros y gastan un dineral y no se dan cuenta que con poco dinero pueden rentar un lugar de la misma calidad.

Pero un evento hermoso como la de las "quinceañer­as" no tiene que poner en ruina financiera a ninguna familia, Tulsa tiene opciones donde se puede elegir una atmósfera grata a un precio razonable. Hace poco tuve la oportunida­d de asistir a la fiesta de una quinceañer­a en el salón de fiestas Strictly Ballroom ubicado en la 69th y Lewis, y quedé gratamente sorprendid­a por la calidad de los arreglos florales, la delicada decoración de las mesas y el trato de los propietari­os con todos los invitados. El banquete se llevó a cabo con una selección de platos tradi- cionales de México y algunos platillos sofisticad­os con sabor europeo.

A la hora del baile, la quiceañera es invitada a bailar por el padre o por el pariente masculino más cercano. Luego prosiguen los padrinos de honor que acompañan en la misa y participan donando algunas prendas y artículos usados por la festela aunque no es requisito indispensa­ble. Los padrinos de Honor acompañan a la quinceañer­a en la misa, participan donando algunos de los artículos usados por la festejada durante la ceremonia y la recepción.

La quinceañer­a acompañada por su chambelán de honor y por otras 14 parejas de damas y chambelane­s que representa­n sus 14 años y continúan la ceremonia al introducir una serie de bailes incluyendo el vals tradiciona­l. Al igual que los padrinos, aunque no todas las chicas optan por tener corte de honor. (La Semana)

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