¿El sucesor de Bridenstine, será mejor o peor?
Aún antes de que se anunciara que el congresista por el primer distrito de Oklahoma, Jim Brindestine (R-Tulsa) iba a dejar su banca en el Congreso de los Estados Unidos para convertirse en el nuevo administrador de la NASA, los buitres dentro del partido republicano habían comenzado a revolotear, sacándose uñas y dientes para llegar a ocupar a ese lugar tan preciado que el congresista ultra-conservador supuestamente iba a abandonar tras concluir su término en el 2018.
Brindestine, durante los casi cinco años que estuvo en el cargo –tras derrotar a John Sullivan en las primarias del 2012 y ganando las generales de noviembre del mismo año- se mostró siempre reticente a la idea de una reforma inmigratoria y otras cuestiones que afectan a los constituyentes hispanos de su distrito, ganándose la nota “A+” según el grupo NumbersUSA, a la hora de mostrar su hostilidad hacia los inmigrantes.
La vacante que abre el congresista genera una pregunta más que importante: ¿El sucesor de Brindestine, será mejor o peor para los inmigrantes y sus familias aquí en Tulsa, y en particular para la comunidad hispana? Esta cuestión es significativa dado el reciente anuncio sobre el fin del programa DACA , que protegía a los DREAMers de la amenaza de deportación y la relevancia del congreso para someter el tema a debate.
Hasta el momento cinco candidatos anunciaron estar detrás del asiento de Brindestine, y con Donald Trump en la casa blanca la cuestión inmigratoria pareciera estar más caliente que nunca. Es muy probable que algunos de los cinco republicanos que pelean por llegar a Washington sigan el ejemplo de Brindestine en el 2012 y quieran probar que son más conservadores que su predecesor, una tendencia de moda en la política interna del GOP.
El ex fiscal del condado de Tulsa, Tim Harris, uno de los principales candidatos ya demostró que no le interesa apoyar una reforma inmigratoria, pues como publicó en su sitio web: “Desde hace mucho tiempo los americanos estamos en riesgo porque el gobierno federal se negó a reforzar las leyes inmigratorias que tenemos”.
Otro de los candidatos es el misionero cristiano Andy Coleman, que tiene una postura similar, que hace pública en su página de Facebook: “Las políticas inmigratorias coherentes deben basarse en la ley, no en el espíritu de la anomia”.
El asiento del distrito 1 de Oklahoma ha estado en manos republicanas por más de 30 años, y hasta el momento no hay ni un demócrata dispuesto a dar batalla en las elecciones generales del año próximo ni en las especiales, que seguramente se pauten una vez que Brindestine decida mudarse a la NASA.
Hasta el momento sólo una cosa nos queda clara, la persona que elijan los votantes será decisiva para definir el fu- turo de muchos, especialmente en un período en donde la política divide más de lo que une. (La Semana)