¿ Podría ocurrir una masacre en Tulsa?
Tras la masacre en la Iglesia Bautista de Sutherland Springs en Texas, que dejara un saldo de 26 muertos, incluyendo varios niños, las comunidades de todo el país se están preguntando lo mismo : ¿Podría esto pasarnos aquí?
Se culpa a dos aspectos de la sociedad americana por esta masacre, o al menos por contribuir a que semejante tragedia no haya sido prevenida. A la derecha el presidente Donald Trump y otros aseguran que el sistema de salud mental no logró detener a David Patrick Kelley un perturbado joven de 26 años quien ingresara el pasado domingo a la iglesia para luego abrir fuego indiscriminado contra los feligreses y matando niños sin siquiera inmutarse.
A la izquierda, los detractores critican las laas leyes de control de armas y aseguran que Kelley nunca debería de haber tenido un permiso para la portación, considerando que una corte marcial en el 2012 lo condenó por atacar a su hijo y su esposa.
La verdad está a mitad de camino de las dos versiones, es innegable que las leyes de control de armas en Estados Unidos y particularmente en estados como Texas y Oklahoma hacen que sea muy fácil obtener armas, aún armas semi-automáticas con alta potencia que pueden convertirse en automáticas como en el caso de Las Vegas, acaecido un mes atrás.
También es cierto que el estado del cuidado de la salud mental en Estados Unidos es patético, y hay muchas personas que padecen condiciones psiquiátricas serias y que están en las calles, abandonados, sin hogar, y a la hora de cometer crímenes pasan a ser un número más dentro del sis- tema penitenciario.
Por eso, volviendo a la pregunta ¿Podríamos tener una masacre así en Oklahoma? Hay dos cosas que hacen que esto sea posible. Oklahoma tiene las mismas leyes de portación de armas que Texas, de hecho Oklahoma es uno de los Estados fuera de las zonas de guerra donde casi todos han tenido o tienen un arma. Kelley compró su arsenal en un Walmart de Texas, donde no saltó su condena previa porque la Fuerza Aérea no publicó su informe de conducta. Anteriormente esta persona había ido a distintas ferias de armas como las que se hacen en el Tulsa’s Expo Square, donde no se chequea tampoco el estatus de los participantes.
Segundo, el sistema de salud mental de nuestro estado es de los peores del país. Esto es particularmente así para aquellos que tienen recur- sos financieros limitados y se podría poner peor si se modifica el Affordable Care Act y se remueven los requerimientos de cobertura de asistencia psicológica en las aseguradoras.
Sin embargo, sólo porque esta masacre pudiera ocurrir aquí no significa que así tenga que ser. Los actos de violencia son impredecibles, pueden suceder en cualquier lado. Aún así, considerando que las dos áreas mencionadas necesitan asistencia urgente, quizás la legislatura considere el año que viene dejar de lado sus constantes peleas y por primera vez se ponga a tratar temas de vida o muerte. (La Semana)