La realidad de Corea del Norte como potencia nuclear
The Reality of North Korea as a Nuclear Power
Con seis ensayos nucleares subterráneos entre 2006 y 2017, Corea del Norte parece desesperada por convertirse en la novena potencia nuclear, luego de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China, Rusia, India, Pakistán e Israel.
Pero el reconocimiento no se vislumbra en el actual contexto de amenazas por parte de Pyongyang y de la continua guerra de palabras entre dos de los gobernantes más impredecibles del mundo: Donald Trump, de Estados Unidos, y Kim Jong-un, de Corea del Norte.
Además, las cinco potencias nucleares, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China, Rusia, también miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se niegan a concederle la placa nuclear a Corea del Norte.
Por su parte, ese país asiático sostiene que la invasión a Afganistán e Iraq y la expulsión del líder de Libia, Mohammar Gadafi, se facilitaron por un simple hecho: ninguno tenía armas nucleares o se habían rendido a desarrollarlas.
M.V. Ramana, presidente de la Facultad de Políticas Públicas y Asuntos Globales de la Universidad de Columbia Británica, dijo que nace la esperanza tras los últimos intercambios apaciguadores entre las dos Coreas.
“Creo que la situación puede regresar a la de un estado de mayor calma, aunque es totalmente posible que eso implique que Corea del Norte tenga armas nucleares. Sospecho que por ahora, el mundo tendrá que convivir con su arsenal”, añadió.
Además, cualquier proceso de paz debe partir de acciones recíprocas, uno no puede esperar que Corea del Norte afloje su programa sin que Estados Unidos tome una medida en respuesta.
Entonces “ahora vemos las payasadas pueriles de dos gobernantes enfrascados en reciminaciones mutuas como dos niños acosadores en el patio de la escuela ase- gurando que el botón nuclear de uno es más grande que el del otro, mientras una tensión similar a la Guerra Fría crece de forma alarmante”, añadió.
El número de ojivas en el mundo disminuyó desde fines de la guerra fría, de unas 70.300, en 1986, a unas 14.550, en 2017, según la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS).
El arsenal de Corea del Norte ronda entre 20 y 50 armas o quizás un poco más, según fuentes de inteligencia de Estados Unidos.
Joseph Gerson, presidente de la Campaña para la Paz, el Desarme y la Seguridad Común, dijo que los sucesivos gobiernos norcoreanos impulsaron el programa nuclear por dos motivos principales: garantizar la supervivencia de la dinastía Kim y preservar la supervivencia del Estado de Corea del Norte.
Desde la guerra de Corea, Estados Unidos amenaza o se prepara para iniciar una guerra nuclear con Corea del Norte. Esas amenazas prendieron en los norcoreanos debido a que el ejército estadounidense destruyó 90 por ciento de la estructura al norte del paralelo 38.
Gerson también recordó que tras la crisis de 1994 entre ambos países, Corea del Norte estaba dispuesta a canjear su programa nuclear por garantías de seguridad, normalización de relaciones y asistencia para el desarrollo económico.
Estados Unidos no honró su compromiso del marco acordado entonces al negarse a entregar petróleo y demorar por tiempo indefinido la construcción de los prometidos reactores nucleares de agua ligera. (IPS)
ENGLISH
With a track record of six underground nuclear tests between 2006 and 2017, North Korea is desperately yearning to be recognized as the world’s ninth nuclear power – trailing behind the US, UK, France, China, Russia, India, Pakistan and Israel.
But that recognition seems elusive– despite the increasing nuclear threats by Pyongyang and the continued war of words between two of the world’s most unpredictable leaders: US President Donald Trump and North Korean leader Kim Jong-un.
Arguing that North Koreans have little reason to give up their weapons program, the New York Times ran a story last November with a realistically arresting headline which read: “The North is a Nuclear Power Now. Get Used to it”.
But the world’s five major nuclear powers, the UK, US, France, China and Russia, who are also permanent members of the UN Security Council, have refused to bestow the nuclear badge of honour to the North Koreans.
North Korea, meanwhile, has pointed out that the invasion of Afghanistan and Iraq, and the ouster of Libyan leader Muammar elQaddafi, were perhaps facilitated by one fact: none of these countries had nuclear weapons or had given up developing nuclear weapons.
“And that is why we will never give up ours,” a North Korean diplomat was quoted as saying.
Dr M.V. Ramana, Simons Chair in Disarmament, Global and Human Security at University of British Columbia, told there is, however, hope in the recent placatory moves by North and South Korea.
“I think that the situation can return to a calmer state, although it is entirely possible that this calmer state would involve North Korea holding on to nuclear weapons. I suspect that for the time being the world will have to live with North Korea’s nuclear arsenal,” he added.
“Although that is not a desirable goal, there is no reason why one should presume that North Korea having nuclear weapons is any more of a problem than India, Pakistan, or Israel, or for that matter, China, France, the United Kingdom, Russia, or the United States,” said Dr Ramana.
Also, any peace process should be based on reciprocal moves: one cannot simply expect North Korea to scale down its programs without corresponding moves by the United States, he declared.
Jayantha Dhanapala, a former UN Under-Secretary-General for Disarmament Affairs (1998-2003), told IPS there is little doubt that North Korea, (also known as the Democratic People’s Republic of Korea), has acquired a nuclear weapon capability and the means of delivering it to the mainland of the USA.
He also pointed out that the persistent efforts of the DPRK since the end of the Korean War to conclude a just and equitable peace with the USA have been rebuffed again and again.
“We cannot trust to luck anymore,” he warned.
“Some small steps between the two Koreas hold promise of a dialogue beginning on the eve of the Winter Olympics. This must be the opportunity for all major powers to intervene and resume negotiations. The Secretary-General of the UN must act and act now,” he added.
The number of nuclear weapons in the world has declined significantly since the end of the Cold War: down from approximately 70,300 in 1986 to an estimated 14,550, according to the Federation of American Scientists (IPS)