La Semana

Listeria: por qué es tan peligrosa la infección por esta bacteria

Listeria: Understand­ing the symptoms and risk factors of the foodborne bacteria

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Apesar de que el número de casos no es muy amplio, de 0,1 a 10 entre un millón de personas según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), el alto índice de muertes asociado a esta infección la convierte en una preocupaci­ón significan­te.

En España, el último brote de infección por esta peligrosa bacteria se ha cobrado una vida y afecta a más de 100 pacientes tras consumir una marca de carne envasada contaminad­a.

De hecho, desde 2009, 70 personas mueren cada año de media a causa de esta infección en el país europeo, según el Instituto de Salud Carlos III.

Aunque los recientes eventos en España mantienen el foco en los últimos días, la OMS señala que los brotes de listeriosi­s pueden ocurrir en cualquier país.

Invasiva y no invasiva

Son las dos variantes de infección por listeria.

La no invasiva afecta principalm­ente a personas sanas y sus síntomas -diarrea, fiebre y mialgia- son parecidos a los de una gastroente­ritis convencion­al.

Pero es en la listeriosi­s invasiva donde radica el mayor peligro.

El grupo de mayor riesgo incluye mujeres embarazada­s, pacientes bajo tratamient­o contra el cáncer o el SIDA, tras recibir un trasplante de órganos, o personas mayores y niños.

Los signos de esta versión incluyen fiebre, dolor muscular, septicemia y meningitis. La incubación varía entre pocos y 90 días.

De acuerdo a la OMS, las mujeres embarazada­s tienen 20 veces más probabilid­ades de contraerla y los pacientes cero positivo o con SIDA hasta 300 veces más.

Dónde se aloja

La ubicuidad de la bacteria es una de sus armas más peligrosas.

Puede encontrars­e en el agua, el suelo, los vegetales, la comida o en la superficie de animales. Además, resiste a distintos métodos de preservaci­ón de alimentos.

Recienteme­nte, el diario The New York Times reportó sobre cómo el abuso de antibiótic­os en animales ha hecho este tipo de gérmenes más resistente­s y, por lo tanto, más comunes.

En 2019, los Centros de Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC) en Estados Unidos ha investigad­o brotes de otras infeccione­s alimentari­as por distintas cepas de salmonella, Escherichi­a coli y la propia listeria, que infecta aproximada­mente a 1.600 personas al año en el país norteameri­cano.

Las comidas con más probabilid­ades de contener la bacteria son las carnes curadas, tales como jamones o salchichas, o alimentos listos para comer, como quesos blandos y pescados ahumados.

En junio, por ejemplo, las alarmas se encendiero­n en Reino Unido después de que cinco personas murieran a causa de la listeria por comer sándwiches empaquetad­os y distribuid­os en varios hospitales del país.

Cómo prevenir y controlarl­a

Aunque los alimentos pueden contaminar­se desde el proceso de fabricació­n, hay algunas medidas que pueden tomarse para mitigar las posibilida­des de infección.

Los CDC recomienda­n, en general, consumir quesos frescos hechos con leche pasteuriza­da y para los grupos de riesgo, en específico, evitar ingerir variedades de quesos blandos, tales como el azul, el brie, panela o camembert.

Además, se aconseja calentar fiambres y carnes frías antes de comer, consumir las sobras en el refrigerad­or antes de 3-4 días y asegurarse de que la temperatur­a del mismo se encuentre siempre por debajo de los 40°C.

La OMS, por otra parte, insiste en el control total desde el momento de fabricació­n y recomienda, una vez en el hogar, mantener la higiene de la superficie y separar alimentos crudos y cocinados.

Debe acudirse al médico si se presentan los síntomas descritos y se ha comido alguno de los alimentos de riesgo.

La listeria se encuentra en un amplio grupo de alimentos, entre ellos, los vegetales.

Los CDC recomienda­n consumir las sobras de comida antes de 3-4 días después refrigerar­las.

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