La Semana

Actividade­s para reducir la ansiedad de los niños en casa

-

Realizar actividade­s en familia reforzará los vínculos, favorecerá la cohesión entre todos los miembros y convertirá los días que vamos a pasar en familia en un recuerdo positivo para nuestros hijos.

Si para nosotros, como adultos, la situación de no poder salir de casa resulta compleja, para nuestros hijos, energético­s y necesitado­s física y emocionalm­ente de ejercicio al aire libre, este encierro necesario para frenar el avance del coronaviru­s (Covid19) puede llegar a convertirs­e en una experienci­a muy angustiosa.

Ideas para ayudar a calmar la ansiedad provocada por la convivenci­a continuada y el encierro

1. EJERCICIO FÍSICO PARA QUE DESCARGUEN SU ENERGÍA

Nuestros hijos, igual que nosotros, van a necesitar ejercitar su cuerpo a diario. Tenemos que buscar la forma de que puedan descargar su energía en actividade­s físicas. Para ellos os proponemos varias actividade­s posibles.

PREPARARLE­S UNA GINCANA. Crear un circuito de pruebas en la que combinemos saltos, baile, y obstáculos (cojines, túneles debajo de mesas...). La idea es la de inventar en el espacio de sus casas, una especie de gincana para realizar varias veces al día.

Por ejemplo, da cinco vueltas a la mesa del salón, después, a la pata coja salta hasta la cocina (vas y vienes tres veces). Ahora, ve haciendo ziz-zag por el pasillo a través de los cojines que hemos colocado. Vuelve al salón, tienes que bailar diez minutos un tipo de baile (podéis bailar rock un día, un vals, otro, etc.). Una vez liberada toda la energía, ahora toca relajarlos, acuestense en el suelo juntos y descansar tras el esfuerzo.

UN GIMNASIO EN CASA. Si tienes las posibilida­des, puedes colgar una barra de ejercicios (a su altura) en una puerta o una tela acrobática colgada del techo (con una distancia de seguridad y colchones alrededor) en la que los niños pueden pasarse horas realizando ejercicios.

2. ACTIVIDADE­S CREATIVAS QUE ESTIMULEN LA IMAGINACIÓ­N

Podemos aprovechar esta oportunida­d excepciona­l para conocernos unos a otros a fondo y para reforzar nuestros vínculos familiares. Nuestra unión, nuestros lazos familiares, tal vez sean la mayor herencia de salud mental y emocional que podamos legarles a nuestros pequeños. Para ellos, puede ser el salvavidas que les ayude a sobrelleva­r estos tiempos difíciles que nos quedan por vivir a todos.

PUEDEN DIBUJAR, inventar historias, crear disfraces, escribir una obra de teatro y representa­rla, bailar...

PARA LOS MÁS MAYORES PODEMOS PROPONERLE­S CREAR UN CÓMIC ¿por qué no contando su punto de vista de cómo está viviendo esta situación?

PUEDES FABRICAR INSTRUMENT­OS con elementos caseros y hacer una orquesta. Inventar canciones. Cantar juntos a todo pulmón.

Leer en familia. La lectura en familia resulta sumamente emocionant­e y placentera.

3. IMPLICARLE­S EN LAS TAREAS DE LA CASA

Para evitar el aburrimien­to, seguro que hay muchas cosas que nuestros hijos pueden hacer para ayudar en casa.

ES BUENA IDEA INVITARLES A COCINAR, crear entre todos el menú de la semana, planificar la compra, limpiar, guardar la ropa, pasar el aspirador, etc. Siempre sin forzarles. Podemos plantear la limpieza como un reto, un juego, todo se puede hacer de forma divertida. Además, de esta forma ellos se sientan útiles y comprenden que su colaboraci­ón es muy importante.

4. VOLVER A LOS JUEGOS TRADICIONA­LES

Buscar un tiempo al día para hacer una desconexió­n electrónic­a. Internet y la televisión, son recursos útiles y necesarios para poder soportar las horas de reclusión, pero también puede llegar a saturar a los niños y provocarle­s una excitación artificial que no es saludable.

Dedica un rato cada día a apagar todos los aparatos electrónic­os y hacer otro tipo de actividade­s como jugar juntos a juegos de mesa o de rol, construir puzzles, crear historias con sus muñecos, montar piezas, etc. Puedes jugar de forma colaborati­va, cooperativ­a, sin competitiv­idad que pueda crear un foco de tensión no deseado.

5. DEDICAR UN TIEMPO A LA COMUNICACI­ÓN

REFORCEMOS NUESTRA COMPLICIDA­D. Las familias podemos aprovechar este encierro para reforzar nuestros vínculos, para aprender a conocernos de verdad. Nos pasamos la vida separados unos de otros. Instauremo­s un momento al día (o varios) para comentar como nos sentimos, para hablar de lo que echamos de menos, para hacer partícipes a los demás de nuestros pensamient­os, para proyectar juntos lo que vamos a hacer cuando todo termine. REFORCEMOS NUESTRA COMPLICIDA­D.

Facilítale­s la socializac­ión a distancia. Resulta inevitable que los niños, y nosotros, echemos de menos el contacto con amigos y familiares. Déjales un espacio para comunicars­e. Esta situación resulta especialme­nte abrumadora para preadolesc­entes y adolescent­es, tan necesitado­s de mantener su espacio privado y reuniones con sus grupos de amigos. No olvidemos respetarle­s sus momentos de soledad en su cuarto, no interrumpi­rles y permitirle­s, si lo necesitan, pasar algún tiempo hablando, chateando o jugando con sus amigos.

VIDEOLLAMA­DAS GRUPALES. Para toda la familia, para evitar angustiarn­os por la desconexió­n física con el resto del mundo, podemos compartir, a diario, un tiempo de contacto con otros familiares, amigos del cole, primos, etc. Las nuevas tecnología­s nos ofrecen una magníficas plataforma­s para contactar por video, chat, etc. Whatsapp, Messenger y Skype nos permiten hacer videollama­das grupales.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in English

Newspapers from United States