Coronavirus, nueva amenaza para temporeros mexicanos en EEUU
Cuando
se avecina la temporada alta de la labor agrícola en Estados Unidos, miles de trabajadores temporales mexicanos se alistan para trasladarse a los campos del vecino del norte a cultivar alimentos que abastecerán sus mesas.
Pero la pandemia de SARSCO-2 (covid-19), de la cual Estados Unidos se ha convertido en el mayor foco infeccioso mundial, amenaza con agravar las de por sí precarias condiciones en que esos campesinos labran la tierra, recogen la cosecha y procesan y trasladan frutas y verduras en ese país.
Expuestos a cobros ilícitos por gastos de visado, transporte y alojamiento; explotación laboral, falta de acceso a servicios básicos y vivienda insalubre, los temporeros mexicanos se enfrentan al riesgo de contagio, empujados por la pobreza en sus localidades de origen.
Evy Peña, directora de Comunicaciones y Desarrollo del no gubernamental Centro de los Derechos del Migrante(cdm), señaló a IPS desde la ciudad de Monterrey que la covid-19 acrecienta la persistente violación de derechos de los migrantes temporeros.
“Los programas de visado temporal están llenos de abusos desde que los trabajadores son reclutados en sus comunidades. Sufren fraude, les ofrecen trabajos que ni siquiera existen en Estados Unidos. Es un diseño perverso, una manera en la que los reclutadores y empleadores tienen todo el control. Hay fallas sistémicas que ahora serán más evidentes”, dijo la activista.
En 1943, Estados Unidos instituyó las visas H2 para trabajadores extranjeros sin calificación y en la década de los 80 estableció las categorías H-2A para el campo y 2B para otras labores, como jardinería, construcción y personal hotelero.
En 2019, Washington, que ya los declaró “esenciales” para su economía, concedió 191 171 visas H-2A y 73557 H-2B a trabajadores mexicanos y en enero y febrero de este año había entregado 27 058 y 6238, respectivamente.
Ahora, los dos países negocian el envío de miles de jornaleros agrícolas dentro o fuera del esquema H2, a partir de este mismo mes, para salvar las cosechas estadounidenses y para lo cual el gobierno mexicano ha sondeado a expertos para conocer la viabilidad del plan, según investigó IPS.
Los migrantes provendrían de Michoacán, Oaxaca, Zacatecas y los estados fronterizos y con el plan el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador quedaría bien con su homólogo derechista, Donald Trump, generaría empleo para campesinos en medio de un huracán económico y favorecería el envío de remesas a las áreas rurales.
Por su parte, Trump, forzado por una mayor necesidad de brazos en el campo ante la pandemia y presionado por los empresarios agrícolas, se desdijo de su política antiinmigrantes y el 1 de abril hizo incluso un llamado para que lleguen los jornaleros mexicanos. “Queremos que vengan…han estado ahí años y años, y he dado mi palabra a los granjeros: van a continuar viniendo”, dijo.
Las autoridades estadounidenses pueden extender las visas H-2A hasta por un año y el periodo máximo de permanencia es de tres. Luego de ese lapso, el portador debe permanecer fuera del territorio estadounidense al menos tres meses para reingresar con ese mismo permiso.
El 15 de abril, Washington anunció que excepcionalmente permitirá que los jornaleros cambien de empleador, aunque el esquema prohíbe, y puedan quedarse más de tres años.
Los empleos más numerosos recaen en la cosecha de frutas, el trabajo agrícola general, como sembrar y cosechar, y también en las plantaciones de tabaco, según el estadounidense Departamento del Trabajo.
Los jornaleros tradicionalmente provienen de estados mexicanos agrícolas y fronterizos y sus principales destinos son territorios donde domina la actividad agropecuaria y con déficit temporal o permanente de personal.(ips)