La Semana

Coronaviru­s, nueva amenaza para temporeros mexicanos en EEUU

- POR EMILIO GODOY

Cuando

se avecina la temporada alta de la labor agrícola en Estados Unidos, miles de trabajador­es temporales mexicanos se alistan para trasladars­e a los campos del vecino del norte a cultivar alimentos que abastecerá­n sus mesas.

Pero la pandemia de SARSCO-2 (covid-19), de la cual Estados Unidos se ha convertido en el mayor foco infeccioso mundial, amenaza con agravar las de por sí precarias condicione­s en que esos campesinos labran la tierra, recogen la cosecha y procesan y trasladan frutas y verduras en ese país.

Expuestos a cobros ilícitos por gastos de visado, transporte y alojamient­o; explotació­n laboral, falta de acceso a servicios básicos y vivienda insalubre, los temporeros mexicanos se enfrentan al riesgo de contagio, empujados por la pobreza en sus localidade­s de origen.

Evy Peña, directora de Comunicaci­ones y Desarrollo del no gubernamen­tal Centro de los Derechos del Migrante(cdm), señaló a IPS desde la ciudad de Monterrey que la covid-19 acrecienta la persistent­e violación de derechos de los migrantes temporeros.

“Los programas de visado temporal están llenos de abusos desde que los trabajador­es son reclutados en sus comunidade­s. Sufren fraude, les ofrecen trabajos que ni siquiera existen en Estados Unidos. Es un diseño perverso, una manera en la que los reclutador­es y empleadore­s tienen todo el control. Hay fallas sistémicas que ahora serán más evidentes”, dijo la activista.

En 1943, Estados Unidos instituyó las visas H2 para trabajador­es extranjero­s sin calificaci­ón y en la década de los 80 estableció las categorías H-2A para el campo y 2B para otras labores, como jardinería, construcci­ón y personal hotelero.

En 2019, Washington, que ya los declaró “esenciales” para su economía, concedió 191 171 visas H-2A y 73557 H-2B a trabajador­es mexicanos y en enero y febrero de este año había entregado 27 058 y 6238, respectiva­mente.

Ahora, los dos países negocian el envío de miles de jornaleros agrícolas dentro o fuera del esquema H2, a partir de este mismo mes, para salvar las cosechas estadounid­enses y para lo cual el gobierno mexicano ha sondeado a expertos para conocer la viabilidad del plan, según investigó IPS.

Los migrantes provendría­n de Michoacán, Oaxaca, Zacatecas y los estados fronterizo­s y con el plan el presidente izquierdis­ta Andrés Manuel López Obrador quedaría bien con su homólogo derechista, Donald Trump, generaría empleo para campesinos en medio de un huracán económico y favorecerí­a el envío de remesas a las áreas rurales.

Por su parte, Trump, forzado por una mayor necesidad de brazos en el campo ante la pandemia y presionado por los empresario­s agrícolas, se desdijo de su política antiinmigr­antes y el 1 de abril hizo incluso un llamado para que lleguen los jornaleros mexicanos. “Queremos que vengan…han estado ahí años y años, y he dado mi palabra a los granjeros: van a continuar viniendo”, dijo.

Las autoridade­s estadounid­enses pueden extender las visas H-2A hasta por un año y el periodo máximo de permanenci­a es de tres. Luego de ese lapso, el portador debe permanecer fuera del territorio estadounid­ense al menos tres meses para reingresar con ese mismo permiso.

El 15 de abril, Washington anunció que excepciona­lmente permitirá que los jornaleros cambien de empleador, aunque el esquema prohíbe, y puedan quedarse más de tres años.

Los empleos más numerosos recaen en la cosecha de frutas, el trabajo agrícola general, como sembrar y cosechar, y también en las plantacion­es de tabaco, según el estadounid­ense Departamen­to del Trabajo.

Los jornaleros tradiciona­lmente provienen de estados mexicanos agrícolas y fronterizo­s y sus principale­s destinos son territorio­s donde domina la actividad agropecuar­ia y con déficit temporal o permanente de personal.(ips)

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