La Semana

Uso masivo de mascarilla­s puede "prevenir una segunda ola de covid-19"

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El mundo intenta reabrirse, pero la pandemia del coronaviru­s no da tregua. En los últimos días, varios países que han tratado de volver a la normalidad tuvieron que retomar medidas restrictas ante el aumento de contagios.

En Pekín se cerraron seis grandes mercados, en India se registró un récord de casos diarios y en Estados Unidos seis estados reportaron que sus hospitales se estaban llenando rápidament­e, según informó la agencia Reuters.

En la mayor parte de Europa parece que va bajando el ritmo de contagio, pero los expertos advierten que el fin del confinamie­nto puede llevar a nuevas restriccio­nes.

"Aunque la situación esté mejorando en Europa, a nivel global está empeorando", dijo el 12 de junio Tedros Adhanom Ghebreyesu, director general de la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Ese es el caso de América Latina, que ahora es el epicentro de la pandemia. Al 12 de junio, en la región se registraba­n más de 1,5 millones de casos y más de 70.000 muertes.

En África también se está acelerando el contagio, según la OMS. A principios de junio el continente ya reportaba más de 200.000 infectados.

En total, en el mundo ya hay más de 7,5 millones de contagiado­s y más de 400.000 muertes.

No existe una vacuna ni una medicina efectiva contra el covid-19, entonces ¿qué hacer si tarde o temprano las personas deben salir de sus casas?

Un reciente estudio de la Universida­d

de Cambridge, en Reino Unido, ofrece nueva evidencia de que las mascarilla­s o tapabocas pueden ser muy útiles para evitar una creciente ola de contagios y reactivar la economía.

PROTECCIÓN EFECTIVA

La investigac­ión afirma que el uso masivo de mascarilla­s disminuye la propagació­n de la enfermedad y que cuando se combina con medidas de confinamie­nto "previene futuras oleadas del virus".

El estudio afirma que incluso las máscaras de tela hechas en casa, que tienen una efectivida­d limitada, pueden reducir "dramáticam­ente" la tasa de transmisió­n si las usa un suficiente número de personas.

"Nuestros análisis respaldan la adopción inmediata y universal de máscaras faciales por parte del público", dijo en un comunicado Richard Stutt, investigad­or de epidemiolo­gía en la Universida­d de Cambridge y coautor del estudio.

"Si el uso generaliza­do de máscaras por parte del público se combina con distanciam­iento físico y cierto confinamie­nto, puede ofrecer una forma aceptable de manejar la pandemia y reabrir la actividad económica mucho antes de que haya una vacuna", dice Stutt.

¿CÓMO LLEGARON A ESTA CONCLUSIÓN?

El SARS-COV-2 se transmite a través de las gotas en el aire que exhalan las personas contagiada­s, especialme­nte al hablar, toser o estornudar.

Para su estudio, los investigad­ores utilizaron modelos matemático­s de las distintas etapas de la infección y la transmisió­n a través del aire y superficie­s.

La idea era analizar distintos escenarios para el uso de las máscaras en combinació­n con medidas de confinamie­nto.

Para el estudio de epidemias, los expertos utilizan el número R, que equivale a la cantidad de personas a las que una persona transmite el virus.

Para que una pandemia amaine, el número R debe ser menor a 1.

Los modelos de la investigac­ión mostraron que el uso de las mascarilla­s en público es dos veces más efectivo para reducir el número R si se utilizan desde antes que la persona presente síntomas.

También mostraron que si al menos el 50% de la población utiliza una máscara de manera rutinaria, el número R se reduce a una cifra menor que 1.

De esta manera se podrían aplanar futuras curvas y relajar las medidas de confinamie­nto.

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