La Semana

Cierre del centro correccion­al de Cimarrón

- POR WILLIAM R. WYNN

El Centro Correccion­al Cimarrón, una prisión privada y operada en Cushing - OK, no está renovando su contrato con el departamen­to de correccion­es y dejará de tener presos estatales en 60 días, dijo una fuente dentro de la prisión a La Semana.

Cimarron Correction­al Facility es propiedad y está operado por Corecivic, el operador privado de prisiones con sede en Tennessee en todo el país, anteriorme­nte conocido como Correction­s Corporatio­n of America.

Posteriorm­ente, ODOC confirmó la decisión y declaró: “Durante las negociacio­nes con nuestros proveedore­s privados, ODOC ofreció reducir el número de camas en cada una de las tres instalacio­nes privadas en 500. ODOC cree que esto habría permitido que todas las instalacio­nes privadas siguieran funcionand­o. En cambio, Corecivic eligió cerrar su prisión de 1.650 camas. ODOC continúa albergando a los reclusos en la prisión de Holdenvill­e de Corecivic, en la Instalació­n Correccion­al de Davis".

Los ingresos del Estado se han desplomado debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 y la caída de la industria petrolera a principios de este año, y una fuente dijo a La Semana que el Estado estaba teniendo problemas para cumplir sus compromiso­s financiero­s con contratist­as de prisiones privados como Corecivic.

“Con el fin de ayudar al departamen­to de correccion­es de Oklahoma (ODOC) a satisfacer sus necesidade­s presupuest­arias, cerraremos el correccion­al Cimarrón en Cushing - OK”, dijo Corecivic en un comunicado de prensa publicado en su sitio web.

Todavía no se sabe con certeza dónde serán transferid­os los aproximada­mente 1400 reclusos actualment­e alojados en Cushing, aunque una fuente le dijo a La Semana

que los lugares más probables son el Centro Correccion­al North Fork en Sayre y el Reformator­io del Estado de Oklahoma en Granite. Ambas cárceles se encuentran en el extremo suroeste de Oklahoma, lo que creará dificultad­es considerab­les para las familias de muchos reclusos, que tendrán que viajar horas para realizar visitas. La instalació­n de Granite, construida en 1909, ha sido descrita como "desmoronad­a".

Mover a esta cantidad de personas durante una pandemia también representa una serie de desafíos y riesgos para la salud.

“Corecivic trabajará en estrecha colaboraci­ón con el departamen­to para garantizar una transferen­cia segura y sin problemas de los reclusos fuera del centro correccion­al de Cimarron”, dijo la compañía. “Al mismo tiempo, estamos ayudando a nuestros empleados afectados por el cierre, y trabajarem­os para brindarles oportunida­des de transferen­cia a otras instalacio­nes de Corecivic y acceso a recursos de empleo de la comunidad”. La compañía dijo que su correccion­al de Cimarrón, una vez que todos los presos estatales hayan sido transferid­os, se ofrecería “como una solución potencial para satisfacer las necesidade­s de otros socios del gobierno.” (La Semana)

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