La Semana

Consejos para mejorar el ánimo durante la pandemia

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TSentirse conectado a las personas y el mundo que nos rodea es parte fundamenta­l de una buena salud mental. ras meses de distanciam­iento social a causa del COVID-19, las familias siguen sin pasar mucho tiempo con los demás, dado que la pandemia continúa. Si la cancelació­n de los planes de verano como festivales, encuentros familiares y demás reuniones han hecho que mantener el buen ánimo de su familia sea todo un desafío, no está solo en esto. Aquí presentamo­s algunas formas sencillas de ayudar a levantar el ánimo de todos durante la pandemia:

Tome un poquito de sol

La luz del sol puede ayudar a mejorar el estado de ánimo. Pruebe pasar entre 30 y 60 minutos al día al aire libre con sus hijos y otros miembros de su familia, siempre que sea posible. Las luces brillantes, en particular temprano por la mañana, también pueden ayudar.

Duerman bien

Intente que sus hijos respeten las rutinas de la hora de ir a la cama para que puedan dormir lo suficiente cada noche. Algunas formas de promover la relajación y una buena noche de sueño:

- Una ducha o un baño antes de ir a la cama. - Un cuento, una canción o música relajante. - Un masaje en la espalda, en las manos o en los pies. - Una habitación fresca y oscura. - Usar la cama solo para dormir (no para usar el teléfono, mirar la televisión, trabajar ni hacer la tarea).

Hable al respecto

Converse regularmen­te con sus niños y adolescent­es y sepa escuchar. Los padres también se pueden beneficiar si encuentran un amigo o un familiar con quien comentar sus preocupaci­ones y decepcione­s. Si la conversaci­ón no puede ser en persona debido al distanciam­iento social, conéctense por teléfono, videollama­da u otro tipo de conexión virtual.

AYUDE A SU FAMILIA A COMER CON INTELIGENC­IA

Incluya alimentos ricos en proteínas en el desayuno y en el almuerzo. Las proteínas ayudan a mantener estable el nivel de azúcar en la sangre y le da al cerebro el combustibl­e que necesita. También, si fuera posible:

Consuman alimentos ricos en ácidos grasos omega-3. Entre las fuentes se incluyen el pescado (salmón, sardinas, caballa, arenque), vegetales (semillas de lino y chía, verduras de hoja verde, judías, frijoles pintos, brotes de soja, nueces, tofu) y ciertos aceites (canola, soja, nuez). Las investigac­iones sugieren que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 puede ayudar a mantener un buen ánimo.

Elija abundantes verduras, frutas y granos integrales. Contienen vitaminas, fibra y minerales que su cerebro necesita.

Limite la comida chatarra y la comida rápida. Suelen estar llenas de grasa, colesterol, sal y azúcares agregados, que pueden causar altibajos de energía que nos dejan irritables.

Póngase en movimiento

Ayude a sus hijos a hacer ejercicio o a jugar tan intensamen­te que transpiren todos los días. Cuando hacemos ejercicio, nuestros cuerpos liberan sustancias químicas que pueden ayudar a mejorar el ánimo. Recuerde elegir actividade­s que les permita mantenerse al menos a 6 pies (o a 2 metros) de distancia de la gente ajena a su núcleo familiar. Además, intente evitar cosas que impliquen compartir elementos tales como pelotas, bates y juguetes para el patio de juegos.

Dé una mano

Ayudar a los demás nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Puede ser tan sencillo como llamar a un vecino o a un familiar que esté solo en casa o dejar una nota de agradecimi­ento para las personas que reparten el correo. Ayude a sus hijos a pensar en al menos un acto de bondad por día. Lleve un diario con todas las cosas que usted y su familia hacen por los demás, incluso las pequeñas cosas.

Cuídese del estrés

Pruebe meditar en familia o alguna otra técnica de relajación, como por ejemplo, yoga, para ayudar a reducir el estrés y mejorar el ánimo de todos. Hay aplicacion­es para teléfonos celulares muy útiles que nos recuerdan respirar hondo y otros consejos para relajarnos. Pasar tiempo en la naturaleza también puede ayudar.

¿Qué hacer si el ánimo de su hijo no mejora?

A veces, este tipo de medidas no es suficiente para mejorar el ánimo de su hijo o reducir su ansiedad. Asegúrese de comunicars­e con su pediatra si le preocupa que su hijo esté teniendo problemas de estrés o ansiedad o si le preocupa que pueda lastimarse o lastimar a otra persona. El pediatra también puede ayudar a determinar si hay alguna enfermedad o algún medicament­o que pudiera estar causando problemas de estado de ánimo. También puede hacer referidos a otros profesiona­les de la salud como, por ejemplo, un psicólogo, un psiquiatra o un trabajador social.

POR: KATHI KEMPER, MD, FAAP

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