La Semana

Elecciones en Bolivia: ¿El retorno de Evo Morales al poder?

- POR ENRIQUE FINOT

El domingo 18 de octubre se efectuaron en Bolivia las elecciones generales para presidente, vicepresid­ente y la renovación total de la Asamblea Legislativ­a (Congreso). El evento ha sido calificado como el más importante desde la recuperaci­ón de la democracia en 1983, con trascenden­cia tanto para el propio país andino-amazónico, como para América Latina, consideran­do la actual tendencia en el continente a la derechizac­ión de los gobiernos que incluye adicionalm­ente al de los Estados Unidos. No se puede ignorar, sin embargo, el resurgimie­nto de la izquierda en México y Argentina.

Hace casi exactament­e un año, se llevaron a cabo elecciones en Bolivia, las mismas que fueron anuladas después de que se descubrier­a un significat­ivo fraude electoral. El resultado oficial del Tribunal Electoral Plurinacio­nal (TEP) le dio la victoria a Evo Morales y a su partido, el izquierdis­ta Movimiento al Socialismo (MAS) en primera vuelta, pero este resultado no fue aceptado por la población que mediante multitudin­arias manifestac­iones en todo el país y con el aval de la Policía y el Ejercito, obligaron al presidente a renunciar y huir del país. A su renuncia se sumaron, el vicepresid­ente, y toda la cadena de sucesión presidenci­al “masista” provocando un peligroso vacío de poder.

Como resultado de estos acontecimi­entos, la Asamblea Legislativ­a, en ausencia de los asambleíst­as del partido de gobierno, resolviero­n entregar interiname­nte la presidenci­a a Jeanine Áñez, segunda vicepresid­enta del senado, quien por ser de oposición no había renunciado, con el mandato expreso de llamar a elecciones en el plazo más breve posible. El vuelco político fue radical y se caracteriz­ó por una persecució­n despiadada de los exministro­s y dirigentes del MAS.

El gran error de la presidenta interina fue engolosina­rse con el poder y declararse candidata a presidenta para las elecciones que ella misma debía convocar, alentada por su partido y la extrema derecha. Sin embargo, nadie contaba con la pandemia de coronaviru­s que al poco tiempo empezó a azotar a Bolivia sin piedad, colapsando rápidament­e los precarios servicios de salud en todo el país y que obligó a una cuarentena estricta que duró más de 90 días, devastando la economía de la gran mayoría de las familias y del país en su conjunto, con el consiguien­te descontent­o y angustia de la población. Las elecciones, programada­s para el mes de mayo, tuvieron que postergars­e hasta septiembre primero y para octubre luego, no sin antes tener que enfrentar fuertes protestas que, en plena pandemia, paralizaro­n el país.

Para el momento en que el estimado lector tenga estas líneas ante sus ojos, segurament­e ya se conocerán los resultados oficiales y definitivo­s de estas históricas elecciones; por el momento solo se cuenta con los de las encuestado­ras que recogieron los datos de los recintos electorale­s luego de la votación y que representa­n hasta un 95% del total de votos. Con estos datos, la victoria de los candidatos del MAS, Luis Arce Catacora y David Choquehuan­ca, quienes habrían logrado más del 50% de la votación, se perfila tan contundent­e, que muy difícilmen­te se podrá revertir. Tanto así que varios gobiernos, incluyendo el de los Estados Unidos, e inclusive el candidato Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (que se perfilaba como seguro ganador en una segunda vuelta) han reconocido y felicitado al binomio hábilmente escogido e impuesto por el propio Evo Morales.

¿Vuelve Evo Morales?

Parece que al poder no. El presidente electo ya declaró en campaña, que su intención es reconducir el proceso de cambio iniciado durante el primero y segundo período gubernamen­tal del MAS, y desvirtuad­o posteriorm­ente bajo la influencia del grupo que rodeaba a Evo Morales. Por otro lado, existen importante­s sectores dentro de los movimiento­s sociales que tradiciona­lmente apoyaron al gobierno “masista”, que reclaman al expresiden­te por haber insistido en su cuarta postulació­n, pese al referendum que se lo negó, y que provocó la caída del año pasado, dando lugar a la instauraci­ón de un gobierno de extrema derecha

La vocación democrátic­a del pueblo boliviano, una vez más se manifestó con la participac­ión masiva en las elecciones, pese al temor de la pandemia. Se espera una transición pacífica del gobierno a los ganadores y un tiempo de estabilida­d en la constantem­ente convulsion­ada política boliviana.

Ya se esperaba al menos un 30% de voto cautivo a favor del partido de Evo Morales. Para superar el 50%, ha tenido también que pesar, la tradiciona­l vocación de la clase media boliviana, de simpatizar con las ideologías de izquierda y las reivindica­ciones sociales desde la revolución de 1952.

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NUEVO PRESIDENTE DE BOLIVIA

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