La Semana

BIDEN MUESTRA EL ROSTRO más amable con los migrantes

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Las últimas semanas han visto un aumento en el número de niños menores no acompañado­s que buscan refugio en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que representa para el gobierno estadounid­ense un conjunto único y difícil de desafíos, el primero de ellos es cómo garantizar un puerto seguro a muchos de estos niños, al mismo tiempo que lo hace de una manera que respete sus derechos como refugiados y como seres humanos.

El enfoque duro y a menudo cruel de los años de Trump no fomentó tal dilema ético, dado que era poco probable que una administra­ción que se deleitaba públicamen­te en arrancar a los niños llorando de los brazos de sus madres aterroriza­das perdiera un minuto de sueño por el hacinamien­to de las condicione­s en los centros de detención en los que los menores estaban a la espera de su colocación con miembros de la familia.

Pero todo eso cambió cuando Joe Biden juró como presidente a principios de este año. Incluso los oponentes políticos de Biden a lo largo de los años generalmen­te están de acuerdo en que, Biden, por encima de todo, es un hombre decente con empatía por los demás, y esta fuerza de carácter se ha visto confirmada en su trato a los migrantes y refugiados, en particular a los niños. Ya no se obliga a los menores no acompañado­s a regresar a México, donde tenían que vivir en condicione­s peligrosas e insalubres. En cambio, están siendo admitidos en los Estados Unidos, pero la gran cantidad de jóvenes desesperad­os ha abrumado a un sistema que ya tenía una capacidad limitada, todo lo cual contribuyó a las imágenes angustiosa­s de niños durmiendo bajo mantas de aluminio sin una distancia segura entre ellos.

Sin embargo, a diferencia de la situación durante la administra­ción anterior, estas condicione­s son mucho más temporales y se está realizando un esfuerzo titánico para colocar a los niños con miembros de la familia lo antes posible. Uno de los primeros cambios de política de la administra­ción Biden fue eliminar la amenaza de arresto y deportació­n que enfrentan las posibles familias anfitriona­s bajo Trump. Los miembros de la familia ya no están siendo examinados para determinar el estado de residencia como condición para acoger a los niños migrantes, lo que pronto debería comenzar a aliviar la congestión en las instalacio­nes de detención del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS).

Aunque a nadie le gusta ver a los niños detenidos, grupos de defensa de los inmigrante­s como el National Immigratio­n Law Center (NILC) están elogiando a la administra­ción Biden por nombrar a personas para puestos clave que pueden ayudar a lograr el cambio tan necesario en nuestro fracturado sistema de inmigració­n.

"La administra­ción Biden continúa señalando su compromiso no sólo de deshacer los daños de la última administra­ción, sino también para hacer realidad un sistema de inmigració­n del siglo XXI que tenga sus raíces en la justicia y que honre la dignidad y las contribuci­ones de los millones de inmigrante­s que llaman a este país su hogar" dijo la directora ejecutiva del NILC, Marielena Hincapié, después de que Biden nombrara al ex subdirecto­r del NILC, Kamal Essaheb, como consejero del secretario del DHS, Alejandro Mayorkas.

Es cierto que los proyectos de ley de reforma migratoria aprobados recienteme­nte en la Cámara de Representa­ntes de los Estados Unidos enfrentan una batalla cuesta arriba en el Senado, pero el hecho de que Estados Unidos esté mostrando ahora un rostro más amable y humano a quienes buscan refugio en este país está siendo visto como un primer paso fundamenta­l para restaurar la fe a aquellos que fueron rechazados y vilipendia­dos durante los cuatro años anteriores. (La Semana)

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