PROMOTORAS TRABAJAN PARA LLEGAR A LAS MINORÍAS VULNERABLES DE SAN DIEGO
El condado emplea a trabajadores comunitarios confiables
SAN DIEGO, California —
Una mujer de edad avanzada residente de National City que dio positivo en la prueba del coronavirus se sorprendió de que Cynthia Rocha Estrada, una trabajadora de salud comunitaria de la Escuela de Salud Pública de San Diego State University (SDSU), la llamara recientemente.
"¿Me llamas para ver cómo estoy?”, preguntó la voz ronca y casi sibilante.
Rocha Estrada ha hecho cientos de llamadas similares en los últimos dos meses, pero se recuerda esta porque de repente se dio cuenta de que era el salvavidas de esta mujer porque era la primera persona que la revisaba y podía ver que estaba muy enferma.
“Uno puede darse cuenta cuando están respirando que están teniendo dificultades, y uno los entiende porque sabe que están enfermos”, dijo Rocha Estrada. “No sabes cómo se sienten ellos, y solo puedes esperar que lo logren”.
El trabajo de Rocha Estrada es contactar a los residentes de National City que estuvieron en contacto cercano con alguien que dio positivo en el test de COVID-19 o que son posi
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tivos ellos mismos.
La San Diego State está trabajando en asociación con la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado para llevar a cabo el rastreo de contactos en las comunidades latinas de la región, que han sido impactadas de manera desproporcionada por la pandemia.
Los latinos constituyen el 63 por ciento de los casos positivos de COVID-19, aunque representan el 34.5 por ciento de la población de la región.
Estos trabajadores comunitarios de la salud —más comúnmente conocidos como promotores en la comunidad latina— son personas de confianza que viven en las comunidades a las que sirven. La idea es que los trabajadores
comunitarios de salud que hablan un idioma y viven en las comunidades más afectadas por COVID-19 pueden relacionarse mejor con los residentes de esas comunidades y ayudarlos a través de la cuarentena para evitar la propagación.
La Escuela de Salud Pública de SDSU tiene un equipo de 35 promotoras que hablan varios idiomas, como el español, el árabe y el tagalo.
Además de SDSU, el condado se asoció de manera similar con grupos sin fines de lucro como South Bay Community Services y Project Concern International, para proporcionar promotoras para aumentar el alcance a los latinos y otras comunidades desatendidas.
Las promotoras llaman a las personas que estuvieron en contacto con alguien con COVID-19 y ayudan a los residentes a encontrar maneras
de ponerse en cuarentena, dándoles información y orientándolos a otros recursos si desarrollan síntomas.
Algunas promotoras dicen que tienen una visión de primera fila de algunas de las disparidades en el cuidado de la salud, la vivienda y las oportunidades socioeconómicas que afectan a las comunidades latinas y desatendidas de San Diego, dijo Hala Madanat, directora de la Escuela de Salud Pública de SDSU.
Madanat dijo que las promotoras se encuentran con familias que no tienen nada que comer en casa o no tienen suficiente espacio en el hogar para poner en cuarentena de manera segura y están aterrorizadas de que los miembros más susceptibles de la familia se enfermen.
"(Las promotoras) están agradecidas de ser un apoyo para su comunidad, pero es
desgarrador”, dijo Madanat.
La mayoría de los otros grupos raciales y étnicos muestran menores tasas de infección por coronavirus que los latinos del condado de San Diego.
Los afroamericanos constituyen el 4.4 por ciento de la población del condado y el 4.6 por ciento de los casos positivos, y los asiáticos constituyen el 10.9 por ciento de la población y el 5.7 por ciento de los casos. Los blancos son el 45.7 por ciento de la población y el 24.1 por ciento de los casos positivos. Los latinos también están muriendo a un ritmo desproporcionadamente alto, 47. 8 por ciento, dijo el condado el jueves.
Rachel Morineau, directora de participación comunitaria de South Bay Community Services, dijo que los latinos a menudo dudan en contactar a los funcionarios o al gobierno,
lo que dificulta el acceso a los recursos. La vacilación a menudo proviene de las barreras del idioma y la educación, así como de las preocupaciones sobre su estatus migratorio, dijo Morineau.
Las promotoras ayudan a crear una relación con las personas que de otra manera se retraerían de buscar servicios.
“Son de la comunidad, se parecen a ellos, y a menudo han pasado por situaciones similares”, dijo.
Rocha Estrada dijo que su trabajo es un trabajo gratificante pero no es fácil.
A menudo habla con residentes que tienen trabajos manuales y no tienen el lujo o la capacidad financiera para quedarse en casa, incluso si han tenido contacto con alguien que ha dado positivo. A pesar de eso, tiene que tratar de convencerlos de que se
pongan en cuarentena y proporciona información sobre programas que pueden ayudar a aliviar las cargas financieras, como los programas de asistencia para alimentos y alquiler.
Además de obtener información médica, las promotoras desarrollan relaciones con las personas, preguntándoles sobre su día y lo que necesitan para sentirse apoyadas, lo que ayuda a crear confianza, dijo Rocha Estrada.
Los residentes de mayor edad necesitan especialmente este contacto; a menudo no tienen familiares que los cuiden mientras están en cuarentena, dijo.
“Algunos realmente lo aprecian porque no se sienten tan solos, porque esta enfermedad puede ser muy aislante”, dijo Rocha Estrada.
illafaña es reportera del U-T.