San Diego Union-Tribune

PROMOTORAS TRABAJAN PARA LLEGAR A LAS MINORÍAS VULNERABLE­S DE SAN DIEGO

El condado emplea a trabajador­es comunitari­os confiables

- ANDREA LÓPEZ-VILLAFAÑA VER

SAN DIEGO, California —

Una mujer de edad avanzada residente de National City que dio positivo en la prueba del coronaviru­s se sorprendió de que Cynthia Rocha Estrada, una trabajador­a de salud comunitari­a de la Escuela de Salud Pública de San Diego State University (SDSU), la llamara recienteme­nte.

"¿Me llamas para ver cómo estoy?”, preguntó la voz ronca y casi sibilante.

Rocha Estrada ha hecho cientos de llamadas similares en los últimos dos meses, pero se recuerda esta porque de repente se dio cuenta de que era el salvavidas de esta mujer porque era la primera persona que la revisaba y podía ver que estaba muy enferma.

“Uno puede darse cuenta cuando están respirando que están teniendo dificultad­es, y uno los entiende porque sabe que están enfermos”, dijo Rocha Estrada. “No sabes cómo se sienten ellos, y solo puedes esperar que lo logren”.

El trabajo de Rocha Estrada es contactar a los residentes de National City que estuvieron en contacto cercano con alguien que dio positivo en el test de COVID-19 o que son posi

tivos ellos mismos.

La San Diego State está trabajando en asociación con la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado para llevar a cabo el rastreo de contactos en las comunidade­s latinas de la región, que han sido impactadas de manera desproporc­ionada por la pandemia.

Los latinos constituye­n el 63 por ciento de los casos positivos de COVID-19, aunque representa­n el 34.5 por ciento de la población de la región.

Estos trabajador­es comunitari­os de la salud —más comúnmente conocidos como promotores en la comunidad latina— son personas de confianza que viven en las comunidade­s a las que sirven. La idea es que los trabajador­es

comunitari­os de salud que hablan un idioma y viven en las comunidade­s más afectadas por COVID-19 pueden relacionar­se mejor con los residentes de esas comunidade­s y ayudarlos a través de la cuarentena para evitar la propagació­n.

La Escuela de Salud Pública de SDSU tiene un equipo de 35 promotoras que hablan varios idiomas, como el español, el árabe y el tagalo.

Además de SDSU, el condado se asoció de manera similar con grupos sin fines de lucro como South Bay Community Services y Project Concern Internatio­nal, para proporcion­ar promotoras para aumentar el alcance a los latinos y otras comunidade­s desatendid­as.

Las promotoras llaman a las personas que estuvieron en contacto con alguien con COVID-19 y ayudan a los residentes a encontrar maneras

de ponerse en cuarentena, dándoles informació­n y orientándo­los a otros recursos si desarrolla­n síntomas.

Algunas promotoras dicen que tienen una visión de primera fila de algunas de las disparidad­es en el cuidado de la salud, la vivienda y las oportunida­des socioeconó­micas que afectan a las comunidade­s latinas y desatendid­as de San Diego, dijo Hala Madanat, directora de la Escuela de Salud Pública de SDSU.

Madanat dijo que las promotoras se encuentran con familias que no tienen nada que comer en casa o no tienen suficiente espacio en el hogar para poner en cuarentena de manera segura y están aterroriza­das de que los miembros más susceptibl­es de la familia se enfermen.

"(Las promotoras) están agradecida­s de ser un apoyo para su comunidad, pero es

desgarrado­r”, dijo Madanat.

La mayoría de los otros grupos raciales y étnicos muestran menores tasas de infección por coronaviru­s que los latinos del condado de San Diego.

Los afroameric­anos constituye­n el 4.4 por ciento de la población del condado y el 4.6 por ciento de los casos positivos, y los asiáticos constituye­n el 10.9 por ciento de la población y el 5.7 por ciento de los casos. Los blancos son el 45.7 por ciento de la población y el 24.1 por ciento de los casos positivos. Los latinos también están muriendo a un ritmo desproporc­ionadament­e alto, 47. 8 por ciento, dijo el condado el jueves.

Rachel Morineau, directora de participac­ión comunitari­a de South Bay Community Services, dijo que los latinos a menudo dudan en contactar a los funcionari­os o al gobierno,

lo que dificulta el acceso a los recursos. La vacilación a menudo proviene de las barreras del idioma y la educación, así como de las preocupaci­ones sobre su estatus migratorio, dijo Morineau.

Las promotoras ayudan a crear una relación con las personas que de otra manera se retraerían de buscar servicios.

“Son de la comunidad, se parecen a ellos, y a menudo han pasado por situacione­s similares”, dijo.

Rocha Estrada dijo que su trabajo es un trabajo gratifican­te pero no es fácil.

A menudo habla con residentes que tienen trabajos manuales y no tienen el lujo o la capacidad financiera para quedarse en casa, incluso si han tenido contacto con alguien que ha dado positivo. A pesar de eso, tiene que tratar de convencerl­os de que se

pongan en cuarentena y proporcion­a informació­n sobre programas que pueden ayudar a aliviar las cargas financiera­s, como los programas de asistencia para alimentos y alquiler.

Además de obtener informació­n médica, las promotoras desarrolla­n relaciones con las personas, preguntánd­oles sobre su día y lo que necesitan para sentirse apoyadas, lo que ayuda a crear confianza, dijo Rocha Estrada.

Los residentes de mayor edad necesitan especialme­nte este contacto; a menudo no tienen familiares que los cuiden mientras están en cuarentena, dijo.

“Algunos realmente lo aprecian porque no se sienten tan solos, porque esta enfermedad puede ser muy aislante”, dijo Rocha Estrada.

illafaña es reportera del U-T.

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ARIANA DREHSLER Cynthia Rocha Estrada, una trabajador­a de salud comunitari­a y promotora en el área de San Diego.

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