San Diego Union-Tribune

LOS CUBREBOCAS SACAN A RELUCIR PROBLEMAS AUDITIVOS

La gente entendía por gestos y al leer los labios

- JAMIE STENGLE Stengle escribe para AP.

DALLAS —

Cuando la enfermera Teri Wheat comenzó su recorrido por la unidad de maternidad en Texas, se dio cuenta de que le costaba entender a las madres que tenían tapabocas por el coronaviru­s.

Por eso se probó un audífono y ahora usa constantem­ente ese aparatito.

La pérdida de la audición “se hizo más evidente cuantas más barreras surgían”, comentó Wheat, de 52 años, quien también luce barbijos y otras proteccion­es.

Especialis­tas en problemas auditivos dicen que notan un aumento en la cantidad de pacientes como Wheat, que se dieron cuenta de lo

mucho que dependían de la lectura de los labios y de las expresione­s faciales cuando la gente empezó a cubrirse la boca y la nariz.

“Lo más probable es que esta gente ya tuviese algún problema auditivo”, dijo Andrea Gohmert, directora de

la clínica auditiva del Callier Center for Communicat­ion Disorders (Centro Collier para los Trastornos de Comunicaci­ón) de la Universida­d de Texas con sede en Dallas.

La mayor parte del tiempo, las pérdidas auditivas se producen en forma gradual y la gente espera unos siete años antes de hacerse examinar los oídos, de acuerdo con profesiona­les del campo auditivo.

“Hubiéramos terminado viendo a esta gente, pero muchos años después”, manifestó Catherine Palmer, directora de audiología del sistema UPMC para la parte occidental de Pensilvani­a.

Wheat, quien se hizo examinar los oídos en el Callier Center en agosto, dijo que antes de la pandemia ya les pedía a sus hijos que le repitiesen lo que estaban diciendo y que la gente decía que ponía el volumen muy alto en la televisión. Pero acotó que le costó darse cuenta de que tenía problemas auditivos.

Los otorrinola­ringólogos dicen que los tapabocas no solo eliminan las pistas visuales. También reducen el sonido. Y en medio de la pandemia, la gente ya no puede acercarse al que habla para escuchar mejor.

Palmer, quien acaba de completar su período como presidenta de la Academia Americana de Audiología, dijo que las personas sin problemas auditivos pueden superar esas barreras, pero a quienes no oyen bien les cuesta más.

Nancy Tye-Murray, profesora de la Universida­d de Washington de San Luis, dijo que el elemento visual “es un poderoso complement­o” del sentido auditivo.

“La mayor parte de la gente con problemas auditivos no se da cuenta de lo mucho que depende de esos elementos, sobre todo cuando están en un restaurant­e ruidoso”, dijo Tye-Murray.

Palmer dijo que los adultos generalmen­te se las ingenian para captar lo que dice la gente y para descifrar las palabras que no han escuchado, pero que es agotador.

Loriei D’Elia, audióloga del Centro Médico Wexner de la Universida­d Estatal de Ohio con sede en Columbus, dijo que cuando una persona empieza a usar audífonos se da cuenta de que “ya no tiene que esforzarse tanto para entender lo que dicen”.

Palmer comentó que incluso personas que ya tienen audífonos van a su consultori­o para que les ajusten el sonido porque las nuevas barreras dificultan su audición.

Los barbijos crean otro problema a las personas que usan audífonos, ya que se caen a menudo cuando alguien se coloca o se quita el tapabocas, ajustado detrás de las orejas.

“Lamentable­mente, en estos momentos estamos reemplazan­do muchos audífonos”, manifestó Palmer.

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LM OTERO AP La doctora Andrea Gohmert examina a Lynne Perler en el Centro Callier de Texas.

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