San Diego Union-Tribune

CULTURE SHOCK DANCE CENTER SE DESPIDE TRAS 17 AÑOS

- SARA BUTLER Butler es reportera de Pacific San Diego.

Para muchos, el Culture Shock Dance Center es más que un estudio de danza, es una comunidad. Pero ahora, después de 17 años, esa comunidad necesitará encontrar un nuevo hogar.

Como muchos pequeños negocios en San Diego, la pandemia hizo del 2020 un año imposible para el estudio de danza en el centro de la ciudad. El Culture Shock Dance Center cerró sus puertas el 12 de marzo, justo antes del cierre obligatori­o, y permaneció cerrado durante seis meses.

Culture Shock dudó en adaptarse a clases virtuales a las que otros estudios se aferraron durante la pandemia. La copropieta­ria Angie Bunch dijo que muchos de los profesores de Culture Shock estaban enseñando sus propias clases a distancia, y no se sentía bien recibiendo solo una parte de las ganancias.

“Pero no tenía ni idea de que esto (la pandemia) iba a durar un año más, creímos que se iba a terminar y entonces podríamos volver a hacer lo que hacemos realmente bien, que son las clases presencial­es”, dijo Bunch. Durante su cierre, Culture Shock recibió dinero de la Administra­ción de Pequeñas Empresas (SBA)

y del Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP), pero esos fondos agotaron al final del verano. Culture Shock finalmente intentó ofrecer clases en línea en julio, pero Bunch dijo que el mercado estaba demasiado saturado para entonces.

Una buena noticia llegó cuando el condado de San Diego pasó al nivel rojo el 31 de agosto, permitiend­o que Culture Shock se reabriera para clases presencial­es en septiembre.

Culture Shock también lanzó una campaña en GoFundMe el 15 de septiembre­n con un objetivo de 150 mil dólares y recibió 64 mil dólares en donaciones de la comunidad.

Una de las primeras estudiante­s en el estudio fue Maristela Souza de La Jolla, que asistió a su primera clase de hip-hop en octubre. El año pasado, Souza iba camino a su grupo de apoyo para hacer frente al diagnóstic­o de Alzheimer de su marido —pero decidió darse la vuelta e ir a Culture Shock para tomar una clase de hip-hop.

“Cuando llegué allí estaba tan feliz... y entonces me di cuenta de que mi grupo de apoyo estaría allí, tomando clases [en Culture Shock]”, dijo Souza, añadiendo que las clases reponían su energía y le proporcion­aban actividad física.

Desafortun­adamente, Culture Shock solo pudo reabrir uno de sus seis estudios, reduciendo su horario semanal de 150 clases a 25.

Además, los bailarines fueron colocados a 8.5 pies de distancia para cumplir con los requisitos de distanciam­iento social, reduciendo el tamaño de las clases a 20 personas en un salón con capacidad para 85 personas.

Pronto quedó claro para Bunch y su socio Joe Savant que las clases limitadas en persona no sostendría­n el negocio.

Sin disminuir las restriccio­nes o el alivio adicional del gobierno, el capítulo de Culture Shock en el edificio del centro de la ciudad tenía que terminar.

No importa lo que el 2021 traiga, Bunch espera encontrar un nuevo hogar para sus clases y la comunidad que ha formado en San Diego.

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MTRAN PHOTOGRAPH­Y El Culture Shock Dance Studio en San Diego cerrará en diciembre luego de 17 años en funcionami­ento.

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