A PLACE IN THE SUN
Informan a los latinos sobre la vacuna contra COVID-19
A dandelion grows on the side of the road in Temecula Wine Country on Feb. 16.
Un grupo de promotoras de la salud lleva la información sobre la vacuna contra el COVID-19 directamente a los lugares que los latinos frecuentan.
Es común verlas a las afueras de algún supermercado. Llevan consigo flyers con los números de teléfono a los que se puede llamar si se necesita asistencia para agendar una cita para la vacuna o encontrar un lugar cercano para hacerse la prueba de forma gratuita.
Son las mamás, las tías o las comadres que viven en el vecindario, y por ello, saben bien dónde encontrar a su comunidad . Les hablan en su idioma y de una forma tan amena que difícilmente las ignoran.
“Pásele, mascarillas gratis” o “Le voy a dar esta información sobre la vacuna del COVID para que la lea”, les dicen a personas que entran o salen de supermercados o tiendas de conveniencia en City Heights.
Hay decenas de promotoras que forman parte de la San Diego Latino Health Coalition (Coalición de Salud Latina de San Diego) y están capacitadas para resolver las dudas de la comunidad. La idea es que cada vez sean más y estén en más lugares. Quieren llegar a aquellos a quienes se les dificulta transportarse, no tienen una computadora o que por el trabajo no tienen tiempo de llamar y programarse una cita.
“Sabemos que nuestras familias no están tan acostumbradas, especialmente en nuestra cultura, a ir a informarnos en una página de internet”, comentó Miriam Rodríguez, quién ha sido promotora de salud en City Heights desde hace 15 años.
“Es más de vecina a vecina, de amiga a amiga, entonces (aquí) nos ven, nos conocen; estamos aquí porque somos confiables y amamos a nuestra comunidad”, agregó.
Se han topado con muchas dudas alrededor de la vacuna y las posibles reacciones.
También, con personas indocumentadas
que tienen miedo de compartir su información o inclusive, adultos mayores de 65 años que son elegibles y lo desconocían, o quizá no saben a dónde acudir.
“Por lo general sus dudas son lo que escuchan de otras personas, como un teléfono descompuesto”, comentó Yoli Rodríguez, promotora en el área desde hace 16 años. “Pero para eso estamos nosotras, para informarles realmente lo que pasa”.
Erica López, trabajadora de limpieza, agradeció esta labor comunitaria, pues reconoce que también tiene sus dudas.
“Estamos un poquito, al menos yo, desorientados sobre la vacuna. Se oyen mitos de que a muchos les trae reacciones”, comentó la residente de City Heights, quien recibió uno de los panfletos por parte de las promotoras.
De los más de 254 mil casos de COVID-19 en el Condado de San Diego cerca del 56 por ciento son personas latinas. En contraste, la tasa de vacunación entre latinos hasta ahora es del 15.6 por ciento, según datos de la Agencia de Salud y Servicios Humanos (HHSA).
Estos grupos de promotoras ya estaban afuera en las comunidades desde antes de la pandemia. En un inicio, el problema era que la propia contingencia les impedía
salir a buscar a los que necesitaban informarse.
Nancy Maldonado, líder de la Coalición de Salud, explicó que tras meses de realizar campañas para informar a las comunidades latinas se percataron de que todavía
había un sector al que no se estaba llegando.
Fue por ello por lo que una vez que se levantó la orden de quedarse en casa, pusieron manos a la obra.
“Sabemos lo importante que es
escuchar el mensaje por parte de una fuente o una voz confiable”, comentó Maldonado, quién también es directora ejecutiva de Chicano Federation.
“Las promotoras son parte de la comunidad, pueden hablar su lenguaje y pueden identificarse con las preguntas y los retos que estas personas tienen, así que pensamos que era una buena estrategia”, agregó.
Misma que consideran ha dado buenos resultados, pues han detectado que más personas han llamado a los centros de recursos que anuncian en los panfletos.
Las líneas telefónicas disponibles para quienes requieren asistencia para agendar la cita para la vacuna ya sea para ellos o algún familiar son: Chicano Federation al (619)-285-5600, South Bay Community Services al (619) 420-3620, San Ysidro Health en Chula Vista al (619) 662-4100 ext.2678 y en Oceanview (619) 662-4100 ext.3979.
El Condado de San Diego también ofrece este servicio para adultos mayores de 65 años que no cuentan acceso a internet, en la línea 2-1-1.
Por su parte, la ciudad de Chula Vista ha habilitado un centro de llamadas para apoyar a la comunidad a través del (619) 476-2397.
Todos estos centros cuentan con personal bilingüe.
Las promotoras en las calles y el personal capacitado desde el teléfono trabajan con un enfoque basado en una conversación uno a uno en la que se puedan disipar las dudas del público. De esta manera, la coalición latina y otros grupos redoblan esfuerzos para llegar a quienes más lo necesitan.
Los senadores Mitt Romney y Tom Cotton anunciaron que preparan un proyecto de ley que vincularía un aumento del salario mínimo federal con garantías de que las empresas comprobarán el estatus legal de sus empleados.
Romney, que ya en el pasado intentó universalizar el uso del sistema electrónico de verificación de empleos E-Verify, dijo que preparan una propuesta que incluye un “aumento automático del sueldo mínimo a la par de la inflación”.
“El Congreso no ha aumentado el sueldo mínimo en más de una década y esto ha dejado a la zaga a muchos estadounidenses”, dijo Romney en un par de mensajes en su cuenta Twitter.
“Nuestra propuesta incrementa gradualmente el salario mínimo sin que esto cueste puestos de trabajo, con incrementos automáticos de acuerdo con la inflación, y requiere que los empleadores verifiquen el estatus legal de los trabajadores”, añadió.
Por su parte, Cotton dijo en la misma red social que actualmente los estadounidenses tienen que “competir” contra millones de inmigrantes indocumentados que, en su opinión, se llevan “salarios ilegalmente bajos por debajo de la mesa”. Pero, consideró, esta situación tiene como solución la obligación
de que los empleadores verifiquen el estatus legal de cada trabajador.
Con el E-Verify, que se comenzó a aplicar en 1997 codel
mo un programa piloto, el empleador ingresa la información del empleado en un sistema federal que revisa los datos para saber si tiene su documentación migratoria estadounidense en regla.
Los demócratas, que ahora tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, han abogado por un incremento gradual del sueldo mínimo a nivel federal desde los 7.25 dólares actuales hasta los 15 dólares por hora.
El presidente Joe Biden, quien hizo la misma promesa en su campaña electoral e incluyó la propuesta en su paquete por 1.9 billones de dólares de estímulo para paliar los efectos de la pandemia, ha indicado que no cree que la medida sea aprobada y ha sugerido una negociación sobre el asunto.
Las propuestas de alivio económico por la pandemia de COVID-19 y de aumento sueldo mínimo están entrelazadas con la propuesta del presidente Biden de legalizar a unos 11 millones de indocumentados mediante un proceso de ocho años.
El Comité de Educación y Trabajo de la Cámara de Representantes aprobó ya un proyecto de ley, dentro del paquete de alivio por la pandemia, que incluye el aumento del sueldo mínimo hasta los 15 dólares por hora, de forma gradual a lo largo de cuatro años.
Un estudio hecho por la Oficina de Presupuesto del Congreso, calculó que un aumento del sueldo mínimo a los 15 dólares por hora sacaría de la pobreza a casi un millón de personas en cuatro años.
De pequeño, Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) era tartamudo. Pertenecía al club de los raros, de los no aceptados, de los pequeños que eran acosados en la escuela, pero un día venció al enemigo: dejó de trastabillar cuando no le dio importancia e incluso se burló de su defecto.
“De niño era tartamudo, no podía hablar con nadie, sufrí acoso escolar, bullying, pero tengo que decir que cuando eres niño y te golpea el matón de la clase, lo pasas muy mal, pero me doy cuenta que todo lo que aguanté entonces, cada golpe que recibí, me hizo más fuerte”, recalca.
A partir de su experiencia, el autor español escribió primero El Club de los Raros, en 2015 y ahora regresa con El Club de los Raros se va de Vacaciones, para hablar del bullying, pero también de lo valioso que es respetar las diferencias y reforzar la confianza en uno mismo.
Este libro, editado por la colección El Barco de Vapor, de la editorial española SM, dedicada a la literatura infantil y juvenil, retoma la vida de Hugo y Bernabé. El primero es tartamudo, como alguna vez lo fue el propio Sierra i Fabra, y el segundo, es disléxico, igual que la hija del autor español.
Ahora, los chicos se van de vacaciones a un pueblo en
las montañas y se dan cuentan que no solo en su escuela hay niños raros, sino también en esa alejada provincia, por lo que muchos más pequeños se unen al clan.
“Cuando somos mayores recibimos la herencia de lo que hemos sido cuando éramos niños así que yo de niño nunca me rendí y eso me salvó, claro, lo pasé muy mal pero superé la tartamudez hasta que dejó de importarme, cuando empecé a reírme de mí mismo.
“Hay gente que es idiota y no lo sabe, pero hay gente que es tartamuda o disléxica o bajita o lo que sea, lo sabe, lo acepta y se ríe de ello. Cuando empecé a reírme de mí mismo desarmé a los demás, los demás te hacen daño cuando saben que pueden herirte, pero si te ríes tú les dejas sin nada con que atacarte”, relata el autor, quien se convirtió en locutor de radio y comentarista musical.
Jordi Sierra i Fabra ha sido un autor prolífico. En su larga trayectoria ha publicado más de 100 libros y su trabajo literario ha sido galardonado en México, Colombia, Ecuador, España, Italia.
El escritor, quien ha sido finalista del Premio Planeta de Novela, uno de los más prestigiados en su tipo, ha sido reconocido con el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvencio (2013), el Premio El Barco de Vapor de Literatura Infantil (2010), el Premio A la Orilla del Viento (1999) y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2007, entre otros.
El autor escribió el libro durante los primeros meses de emergencia sanitaria a causa de la pandemia. Advierte que fue un proceso muy orgánico, incluso rápido, de retomar la historia de Hugo y Bernabé.
“Este tipo de libros ayuda a enfrentar los miedos, porque pongo delante un espejo en el que les obligo a mirarse, que los lectores digan ‘es verdad, también soy tartamudo, o es verdad, también soy bajita, o también soy gordito’, pero sobre todo lo más importante es que lo lean los padres”, recalca el autor.