PROGRAMA DE ENERGÍA DE OPCIÓN COMUNITARIA
siete años de discusiones y debates, un programa de elección comunitaria de energía en cinco ciudades de San Diego que ofrecerá una alternativa a San Diego Gas & Electric a la hora de comprar fuentes de energía puso en marcha la primera fase de sus operaciones.
San Diego Community Power —integrada por San Diego, Chula Vista, La Mesa, Encinitas e Imperial Beach— comenzó a prestar servicio a las cuentas municipales de las cinco ciudades en lugares como distritos escolares, estaciones de bomberos y bibliotecas. A finales de marzo, se espera que haya unos 700 clientes municipales.
El programa de agregación de opciones comunitarias, o CCA, tiene previsto añadir otros 72 mil clientes comerciales e industriales en junio y está previsto incorporar a 695 mil clientes residenciales en enero.
Con un total de 767 700 clientes, San Diego Community Power, o SDCP, será la segunda CCA más grande de California.
“La gente era muy escéptica de que esto fuera a ser posible”, dijo el alcalde Todd Gloria, quien a principios de 2014 colaboró en la creación de las bases para establecer un CCA cuando fue alcalde interino de San Diego. “Bueno, aquí estamos, lanzando este programa... y esto demuestra lo que es posible”.
Gloria dijo que SDCP es clave para asegurar que San Diego cumpla sus objetivos contra el cambio climático para pasar al 100 por ciento de energías renovables y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 por ciento para 2035.
SDCP ofrece dos planes de tarifas —PowerOn, que promete suministrar energía a partir de un 50 por ciento de fuentes renovables y un 5 por ciento de fuentes libres de emisiones de gases de efecto invernadero; y Power100, una opción algo más cara que alcanza el 100 por ciento de fuentes renovables y libres de carbono.
El CEO interino de SDCP Bill Carnahan y el jefe operacional Cody Hooven dijeron que, aunque las tarifas varían según la clase, estiman que los clientes que opten por PowerOn pagarán una factura mensual entre un 2 por ciento y un 3 por ciento más barata que la de SDG&E. Si los clientes eligen Power100, los costes serán aproximadamente los mismos que los de SDG&E.
“Todo lo que nuestros defensores y las familias han estado pidiendo es elección y competencia, así que estamos entusiasmados de poder ofrecer eso”, dijo Hooven. “Podemos hacer grandes cosas aquí".
Los CCA, que gozan de una gran popularidad en California desde hace poco más de una década, prestan servicio a más de 11 millones de clientes. Con su lanzamiento, SDCP se convierte en el 24o programa de energía de elección comunitaria del Estado.
Los CCA se crearon para impulsar el uso de fuentes de energía más limpias, como la eólica y la solar, con tarifas iguales o inferiores a las de las empresas de servicios públicos propiedad de los inversores.
Según el modelo CCA, las jurisdicciones locales asumen una parte de lo que históricamente ha sido responsabilidad de las empresas de servicios públicos propiedad de los inversores, como SDG&E: la compra de enerTras gía para una comunidad determinada. Las decisiones relativas a la compra de energía son tomadas por los funcionarios de una determinada CCA.
Además de la compra de energía, los programas comunitarios de energía pretenden utilizar los ingresos que generan de los clientes para invertir en proyectos de energía renovable en sus zonas.
Sin embargo, la creación de un CCA no significa que las compañías eléctricas tradicionales desaparezcan. SDG&E, por ejemplo, seguirá realizando todas las tareas ajenas a la compra de energía, como la transmisión y distribución de energía y la facturación a los clientes.
De acuerdo con las normas de California, todos los clientes de las cinco ciudades del SDCP se inscribirán automáticamente en la nueva CCA. Si los clientes quieren seguir con SDG&E, pueden optar por no participar en el SDCP de forma gratuita.
Además de SDCP, pronto empezará a funcionar otra CCA en la región de San Diego. Se trata de Clean Energy Alliance —formada por las ciudades de Del Mar, Solana Beach y Carlsbad— servirá a unos 58 mil clientes. Está previsto que su formación comience en mayo y se cristalice en junio.
La Ciudad de México, una de las urbes más pobladas y contaminadas del mundo, inauguró el jueves 4 de marzo su primera línea de teleférico, el Cablebús, para mejorar la movilidad en las zonas altas y escabrosas de esta localidad de más de 9 millones de habitantes.
“Es para las zonas de mayor necesidad en la ciudad. Es un sistema de primera para personas de primera en la Ciudad de México”, explicó la alcaldesa, Claudia Sheinbaum, al presidir la inauguración de las dos primeras estaciones, separadas por 1.7 kilómetros en el desfavorecido barrio de Cuautepec.
Sheinbaum indicó que un mejor transporte en las zonas de mayor pobreza ayudará a “disminuir las grandes desigualdades”, por lo que anunció también que la segunda línea del Cablebús se inaugurará a finales de junio en el popular distrito de Iztapalapa, el más poblado de la capital.
Apertura progresiva
El nuevo segmento, abierto al público este jueves tras el paso de la alcaldesa, será gratuito las primeras semanas para que los vecinos se familiaricen con la instalación y luego el pasaje “será muy accesible” siempre que permita la “sustentabilidad del sistema”.
Las dos primeras estaciones inauguradas, Tlalpexco y Campos Revolución, al igual que toda la línea 1, están situadas en el barrio de Cuautepec, una zona angosta que nació como un asentamiento irregular en los cerros del norte capitalino y que hoy alberga a unos 500 mil habitantes.
La línea 1 del teleférico, que operará por completo el 20 de junio, costará al Gobierno de Ciudad de México 2925 millones de pesos (unos 140 millones de dólares) y consta de 6 estaciones con final en Indios Verdes, uno de los principales puntos de interconexión del transporte público del norte de la ciudad.
El trayecto de fondo a fondo cubrirá unos 9 kilómetros
en poco más de media hora y espera acoger a 48 mil pasajeros diarios, mientras el primer tramo inaugurado este jueves, entre las estaciones de Tlalpexco y Campos Revolución, se recorre en unos seis minutos.
Las cabinas del teleférico, completamente acristaladas, contrastan con el paisaje de Cuautepec, un barrio que recuerda a una favela brasileña por los colores llamativos de unas casas que resiguen el contorno del cerro cayendo como si fueran una cascada.
El relieve angosto hace de esta parte norteña de Ciudad de México un punto muy “difícil” para el tráfico, como relató Isabel Arroyo, quien regenta una tienda de ultramarinos cerca de la imponente infraestructura de entrada al cablebús de Campos Revolución.
"(Puede ayudar) en el transporte para todos los vecinos y todas las personas que viven allá en los cerros. Les beneficia bastante creo que a todos”, resumió, a escasos pasos de la primera obra del proyecto.
Además, el Cablebús funciona eléctricamente y se ha anunciado como una alternativa mucho menos contaminante para la capital, conocida por los elevados índices de polución en determinados meses del año y las declaratorias de contingencia ambiental, que se dan cuando los niveles sobrepasan los límites establecidos, y se prohíbe la circulación de algunos vehículos.
Isabel reconoció que la
nueva instalación genera “conformidad e inconformidad” entre los vecinos, aunque su sentir y el mayoritario es que se trata de algo “algo muy beneficioso” para la comunidad.
En la misma línea que la tendera, Fernanda Mendoza consideró que el Cablebús “puede ayudar bastante” porque hay “demasiados (habitantes) en Cuautepec”.
“La pandemia también ha disminuido mucho el tráfico. Antes, para trasladarte de aquí a La Pastora (1,5 kilómetros) te hacías media hora. Imagínate, de aquí a Indios Verdes (5,5 kilómetros) échale una hora o una hora y media”, describió.
Por las condiciones de la zona, Fernanda explicó que el transporte público “se saturaba”, ya que “no da abasto para Cuautepec”.
“Muchos dicen que no va a haber un cambio como tal, pero no sabemos en realidad. Tendríamos que por lo menos probar un mes a ver qué tal funciona”, reflexionó.
Fernanda aceptó que le da “miedo” el teleférico al tratarse de un transporte aéreo, pero, junto a su carrito ambulante de comida, indicó que lo usará si es más efectivo porque “hay que salir a trabajar y salir adelante”.
Por la otra entrada a la estación de Campos Revolución, con trozos de terreno todavía por asfaltar, María Elena apoyó la construcción de esta línea aérea, porque así “llega uno a su destino más rápido”.
San Diego Zoo Global, la organización matriz del Zoológico y del Parque Safari, anunció que va a cambiar su nombre por el de San Diego Zoo Wildlife Alliance.
El nuevo nombre refleja mejor el enfoque de la organización en la conservación y la interconexión de la salud animal y humana, dijo el CEO Paul Baribault.
“Empezamos a preguntarnos: '¿Nos presentamos realmente como queremos como organización? ¿Estamos haciendo hincapié en las prioridades correctas?”, dijo. “Nos dimos cuenta de que el nombre San Diego Zoo Global no estaba describiendo realmente, plenamente, nuestro trabajo”.
Ese trabajo incluye proyectos de conservación de la vida silvestre en todo el mundo. Según Nadine Lamberski, jefa de conservación y salud de la fauna silvestre, la organización está haciendo gradualmente que estos proyectos sean más colaborativos entre los conservacionistas y las comunidades circundantes. Señala como ejemplo el trabajo en el norte de Kenia, donde los residentes locales dirigen un santuario de elefantes y realizan pruebas de laboratorio rutinarias. “La participación de la comunidad y el desarrollo de habilidades en la comunidad es realmente el mayor énfasis que queremos tener en el futuro”, dijo Lamberski. “Estamos marcando todas las casillas: la vida silvestre, las personas y el ecosistema con este enfoque de ‘una salud'”.
Proyectos como éste se destacarán más en el Zoo y en el Safari Park; las dos instalaciones reciben 5 millones de visitantes al año.
Aunque el nuevo nombre no se debe a la pandemia, Lamberski afirma que el COVID-19 ha puesto de relieve la inextricable relación entre los seres humanos y la fauna salvaje. El nuevo coronavirus saltó de los murciélagos a las personas (quizá tras pasar por otra especie), y los investigadores afirman que la vigilancia de la fauna salvaje será clave para detectar futuros virus con potencial pandémico y responder a ellos antes.
“La pandemia ha sido una llamada de atención”, dijo. “Realmente queremos consolidar nuestros esfuerzos para proteger la naturaleza y salvaguardar la biodiversidad, lo que realmente ayudará a prevenir no solamente futuras pandemias, sino otras crisis que existen, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Todas estas cosas están relacionadas con la salud de la vida silvestre, la salud de las personas y la salud de nuestro planeta”.
El anuncio de que Sasha Calle será la nueva SuperGirl confirmó el inicio de la era de los superhéroes latinos en Hollywood, donde en los dos próximos años llegarán al menos cinco proyectos protagonizados por hispanos, como el de la propia actriz de origen colombiano, Óscar Isaac, Salma Hayek, Génesis Rodríguez y Diego Castañeda, entre otros.
El director argentino Andy Muschetti (It) apostó por la actriz de 25 años, quien tiene un papel recurrente en la telenovela estadounidense The Young and The Restless desde 2018, para ser la nueva SuperGirl en su película The Flash, prevista para 2022.
Muschetti ya había dicho en entrevistas anteriores que tenía “muchas ganas de incorporar a actores hispanos a sus producciones” una vez que estuviesen asentados en Hollywood y ya lo están logrando.
Este año será, además, el debut de la joven actriz Xochitl Gómez en el cine. La estadounidense de 14 años, hija de mexicanos, interpretará a América Chávez, quien se convierte en la superheroína Miss America en Doctor Strange in the Multiverse of Madness, anunciada para el 25 de marzo de 2022.
Salma Hayek será una supermamá
Sin embargo, no hay que esperar a 2022 para ver a una latina como superheroína. Si Marvel mantiene su calendario, el 5 de noviembre se estrena la película The Eternals, en la que Salma Hayek interpreta a Ajax, la matriarca de una familia con superpoderes que combate al ser más maligno del universo para salvar a la humanidad.
Al hablar sobre la producción, en la que Hayek comparte carteles con Angelina Jolie y Kit Harrington (Game of Thrones), la actriz mexicana confesó que interpretar a Ajax la “conmovió", pues al principio de su carrera le habían dicho que se “olvidara” de un papel así.
No solo por ser latina, sino también porque es una “mujer pequeña” y no era fácil para ella imaginarse que podría ser considerada para ser una líder de superhéroes y menos a los 54 años.
De Star Wars A Marvel
Uno de los universos ficticios de la pantalla grande que le vio las posibilidades a incorporar latinos fue el de
La guerra de las galaxias, uno de los actores reconocidos de las películas originales fue el estadounidense de origen puertorriqueño Jimmi Smits.
Pero en la etapa más reciente de las aventuras que ocurren “en una galaxia muy lejana”, ha sido un latino, el chileno Pedro Pascal, quien le ha dado su mayor éxito en streaming, con The Mandalorian, la serie que protagoniza desde hace dos temporadas.
Antes que él estuvo Diego Luna, quien protagonizó Rogue One como Casian Andor. Ahora, el capitán de los rebeldes tendrá su propia serie en Disney +, que lleva el nombre de Andor y que se estrenará en una fecha indeterminada del año que viene.
Sin embargo, ha sido el pionero de esta nueva ola de latinos en las estrellas, Óscar Isaac, quien dio el salto a Marvel. Tras encarnar al piloto Poe Dameron, en las tres últimas películas de
Star Wars, el actor guatemalteco ha sido seleccionado para protagonizar la serie de Marvel Moon Night, de Disney +.
Se trata de un exmercenario y agente de la CIA con el nombre de Marc Spector, quien se transforma en un superhéroe que lucha contra el crimen al recibir poderes del dios egipcio Khonshu.
También se está preparando para Netflix la segunda temporada de la serie We can be heros, creada y dirigida por Robert Rodríguez.
En esta oportunidad, la historia profundizará la historia de Missy Moreno, una niña de 11 años, cuyo padre (Pedro Pascal) fue secuestrado por extraterrestres. La chica es interpretada por la actriz latina Yaya Gosselin (We Can Be Heroes).
Netflix además ha anunciado una tercera temporada de The Umbrella Academy, donde el actor mexicano David Castañeda hace el papel de Diego Hargreeves o Número Dos, quien tiene el súperpoder de la puntería perfecta tanto para acertar como para esquivar armas mortales.
En esa tercera temporada aparece The Sparrow Academy, una escuela para supervillanos y uno de los más importantes es Sloane o Sparrow número 5, interpretado por Génesis Rodríguez.