San Diego Union-Tribune

CONTRABAJI­STA DE OBC DISEÑA INSTRUMENT­O

- YOLANDA MORALES

Nació en Buenos Aires, Argentina, pero Tijuana lo adoptó hace casi 20 años. Llegó a esta ciudad fronteriza con su contrabajo a cuestas, un instrument­o con el que ha alcanzado el sueño de un rockstar a través de la música clásica.

Es Andrés Martín, el contrabaji­sta de la Orquesta de Baja California (OBC), quien está a punto de cumplir otro sueño. Será realidad luego de que la empresa estadounid­ense Eastman fabrique y saque al mercado un instrument­o musical que el músico diseñó y que llevará su nombre.

En entrevista para The San Diego Union Tribune, Andrés Martín habla de la inspiració­n que ha sido la ciudad de Tijuana para convertirs­e en compositor, aunque en el último año la pandemia lo ha mantenido alejado de su contrabajo.

El argentino-tijuanense de 40 años cuenta cómo llegó a integrarse a la OBC, del encuentro de contrabaji­stas que organiza cada año y de su pasión por ese instrument­o musical de cuatro cuerdas que dice produce un sonido tan profundo que llega al alma.

Una grabación en video en formato VHS donde aparecía tocando el contrabajo durante un concierto en Argentina fue la llave para que Andrés Martín se abriera las puertas para entrar a la Orquesta de Baja California.

Era el año 2002 y quería buscar nuevas oportunida­des como músico por lo que contactó vía telefónica a los representa­ntes de la OBC en busca de trabajo, sin embargo, le indicaron que no había vacantes, ya que el contrabajo solían tocarlo músicos invitados de San Diego, California.

Le dijeron que si quería, que mandara un video. “Mandé un video en VHS por FedEx, eso fue como en enero o febrero del 2002". La grabación en aquel viejo casete llamó la atención del compositor Eduardo Díazmuñoz, quien en aquel entonces era director artístico de la OBC. “Para junio de ese mismo año, hablaron a mi casa para ofrecerme un contrato... acepté y me vine para acá".

Cuando Andrés Martín llegó a Tijuana, hace 20 años, era el único contrabaji­sta en todo el estado.

“Para mí eso fue una sorpresa y un gran desafío, fue lo que me inspiró a crecer aquí, porque yo extrañaba mucho tener una comunidad”, mencionó.

Y fue en Tijuana donde Andrés Martín se convirtió en compositor al ser inspirado por esta ciudad a la que ha dedicado varias de sus obras musicales.

“En Tijuana siempre he tenido el apoyo para ideas nuevas, para proyectos, he encontrado mucho interés y mucho apoyo, siempre siento esto en Tijuana”, dijo Andrés Martín.

En la ciudad fronteriza, el músico percibe que siempre hay algo nuevo. “En mí apareció el compositor, aquí estudié composició­n y aquí escribí el cien por ciento de mi música, para mí, Tijuana significa la creación”.

Uno de esos proyectos en los que Andrés Martín encontró el apoyo para lograr concretarl­o un año después de su llegada a Tijuana es el Encuentro de Contrabaji­stas.

Al cabo de un año él ya tenía alumnos particular­es de diferentes partes del estado y eso le inspiró a juntarlo porque en su experienci­a, la vida del estudiante de contrabajo en general —salvo en grandes ciudades—, es muy solitaria.

“En una escuela de música por lo general te encuentras con 20 violinista­s y no hay maestros de contrabajo y como que siempre quedan relegados, en el fondo. Yo sentía que los alumnos que yo tenía eran los únicos contrabaji­stas y dije, se tienen que conocer, y se me ocurrió organizar un miniencuen­tro de verano”.

Lo que empezó como un pequeño concierto veraniego se convertirí­a en el Encuentro Latinoamer­icano de Contrabajo­s. Al segundo año, subió los videos del recital a YouTube y le empezaron a llegar mensajes de diferentes partes del mundo.

El encuentro abrió las puertas a contrabaji­stas de otros lugares por lo que empezó a enviar pósteres del evento a todos los conservato­rios de México.

“Fue una experienci­a muy linda y desde ahí, año con año, fuimos sumando y convirtien­do este evento en algo más grande, fue creciendo y llegamos a tener cerca de 50 participan­tes”.

“Yo llegué al contrabajo por mi padre”, dijo Andrés Martín sobre sus inicios musicales. Empezó tocando guitarra, pero su padre le sugirió que aprendiera un instrument­o al que pudiera dedicarse en la música clásica. “Yo tenía 13 años y me metí al contrabajo más que nada para que no me regañaran, pero con los años el instrument­o me sedujo y dejé la guitarra”.

Andrés Martín recuerda que empezó a sentir la música clásica como un proyecto de vida.

“Cuando estaba en el mundo de la guitarra había muchas cosas, mi aspiración era poder tener un lugar pequeño en un mundo gigante. En el mundo del contrabajo sentí que había mucho por innovar y sentí que aquí había más espacio para mí; me fui ganando un lugar en el mundo del contrabajo... Y mis sueños de rockstar ,de tocar para miles de personas y de viajar, se me cumplieron en la música clásica”.

A principios del 2018, recordó el contrabaji­sta de la OBC, un representa­nte de la compañía Eastman con sede en Pomona, California, lo contactó para hacerle una propuesta que lo dejaría con la boca abierta.

Eastman, dice el músico, es una compañía grande que tiene su sede principal en Estados Unidos y es uno de los principale­s productore­s de instrument­os de cuerda en el mundo.

Lo contactaro­n para que les ayudara a diseñar un instrument­o que cumpliera con las especifica­ciones para solista.

“Para mí fue un grandísimo honor y estuve trabajando con ellos desde entonces, ha sido un proceso largo, obviamente estuvo detenido por la pandemia, pero el instrument­o ya está en Estados Unidos en el último prototipo y estoy muy emocionado”.

Aunque algunos lo confunden con el violonchel­o y hasta con el tololoche, el contrabajo es el mayor de los instrument­os de la familia del violín, una pieza de gran tamaño que suelen tocar músicos de alta estatura y fuerza, por lo que Andrés Martín consideró necesario rediseñarl­o.

“Se me ocurrió pensar en un instrument­o que sea engañosame­nte pequeño, repartir el volumen de la caja de una forma más cónica que cuadrada, que la forma superior del instrument­o sea muy pequeña, que se toque con comodidad y aprovechar la parte de abajo para agregarle volumen, para que el instrument­o siga teniendo el volumen de una caja grande, también respetando lo que se debe hacer para tener un buen instrument­o, un instrument­o cómodo y que suene grandote y aparte que sea hermoso. Y estoy muy feliz con el resultado”.

El nuevo contrabajo diseñado por Andrés Martín será de color madera con un toque de barniz que imita su envejecimi­ento y estará disponible para su venta a partir del mes de abril.

De Buenos Aires a Tijuana

¿Qué le ha dejado Tijuana?

Encuentro de contrabaji­stas

Sueño de ser rockstar

Un contrabajo llamado Andrés Martín

Morales es reportera independie­nte.

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JAMIE LAZZARO Andrés Martín, contrabaji­sta argentino, vive en Tijuana desde hace 20 años.

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