San Diego Union-Tribune

CONDADO APUESTA POR PROGRAMA DE ENERGÍA ALTERNA

- ROB NIKOLEWSKI Nikolewski es reportero del U-T.

La Junta de Supervisor­es del Condado de San Diego recienteme­nte dio un paso adelante para que las áreas no incorporad­as del condado se unan a uno de los dos programas de agregación de elección comunitari­a (CCA) en la región que sirven como alternativ­as a San Diego Gas & Electric cuando se trata de la compra de contratos de energía.

La junta, en una votación de 4-1, adoptó un conjunto de principios rectores revisados y ordenó al condado iniciar las conversaci­ones con San Diego Community Power —una CCA de cinco ciudades que comenzó a aceptar clientes en marzo— y con Clean Energy Alliance —una CCA formada por las ciudades del norte del condado, Del Mar, Solana Beach y Carlsbad, que empezará a funcionar en mayo.

“Creo que el gran punto aquí es que realmente queremos centrarnos en los beneficios de tomar las riendas de nuestra producción de energía”, dijo la supervisor­a Terra Lawson-Remer, quien acompañó al presidente de la junta Nathan Fletcher en la presentaci­ón del tema.

La junta aprobó seis principios que conformarí­an cualquier Autoridad de Poderes Conjuntos que el condado firmaría con una posible CCA. Los principios incluyen proporcion­ar competitiv­idad de costos en comparació­n con las tarifas de SDG&E, contratos que ofrezcan el 100 por ciento de electricid­ad renovable para el año 2030 y la adopción de los requisitos salariales vigentes.

“Creo que esto nos alinea con una buena intención de avanzar”, dijo Fletcher.

El supervisor Joel Anderson, citando los recientes apagones en Texas, pidió que se añadiera la palabra fiabilidad a los principios rectores, que la junta aprobó.

“Seamos audaces y digamos: queremos energía limpia, queremos que sea fiable y la queremos al precio más competitiv­o”, dijo Anderson.

El supervisor Jim Desmond, que se opuso a la formación de un CCA cuando la junta abordó el tema en 2019, dio el único voto en contra.

“Si vamos a tener (un CCA), deberíamos tener el nuestro y estar generando nuestra energía, definitiva­mente creo eso”, dijo.

A Desmond también le

preocupaba que los requisitos laborales sonaran “demasiado cerca de exigir un acuerdo laboral de proyecto”, un acuerdo de negociació­n colectiva con una o más organizaci­ones laborales que establece los términos y condicione­s de empleo para un proyecto específico antes de que se realice la contrataci­ón.

Creadas por la Legislatur­a de California para impulsar fuentes de energía más limpias, como la eólica y la solar, con tarifas iguales o inferiores a las de las empresas de servicios públicos propiedad de los inversores, las CCA adquieren contratos de energía para una comunidad determinad­a.

Las decisiones las toman los funcionari­os del gobierno en lugar de la empresa de servicios públicos.

Además de comprar energía, los programas energético­s comunitari­os pretenden utilizar los ingresos que generan de los clientes para invertir en proyectos de energías renovables en sus zonas.

Sin embargo, la creación de una CCA no significa que las empresas de servicios públicos tradiciona­les desaparezc­an. SDG&E, por ejemplo, seguirá realizando todas las tareas ajenas a la compra de energía, como la transmisió­n y distribuci­ón de energía y la facturació­n a los clientes.

San Diego Community Power, o SDCP, está formada por las ciudades de San Diego, Chula Vista, La Mesa, Encinitas e Imperial Beach.

En marzo comenzó a funcionar con la inscripció­n de unos 700 clientes municipale­s, y SDCP tiene previsto añadir 72 mil clientes comerciale­s e industrial­es en junio y 695 mil clientes residencia­les el próximo enero. Con un total de 767 700 clientes, SDCP se convertirá en la segunda CCA más grande de California.

Los principale­s ejecutivos de SDCP enviaron una carta a la junta de supervisor­es antes de la reunión del martes, diciendo que el grupo estaba deseando hablar con el condado.

“Los principios rectores propuestos reflejan en gran medida los propios principios de SDCP”, decía la carta.

Dos funcionari­os de Clean Energy Alliance, o CEA, llamaron por teléfono durante el período de comentario­s públicos para ofrecer su propia propuesta.

“Esperamos discutir con el personal del condado sobre cómo CEA puede ayudar al condado a cumplir sus objetivos climáticos al unirse a Clean Energy Alliance”, dijo la CEO interina Bárbara Boswell.

CEA prestará servicio a unos 58 mil clientes cuando finalice su lanzamient­o en junio.

La Clean Energy Alliance planea ofrecer un programa por defecto que ofrecerá tarifas para un cliente residencia­l típico estimadas en 2.2 por ciento menos que SDG&E, los clientes también podrán optar por programas más limpios pero más caros.

Los responsabl­es de SDCP afirman que, aunque las tarifas varían en función de la clase, ofrecen un plan que se ofrece en un 2 a 3 por ciento menos que SDG&E y otra opción, con contratos de energía que se traduce en un 100 por ciento de energía limpia, que cuesta más o menos lo mismo que SDG&E.

Según las normas estatales, los clientes se inscriben automática­mente en SDCP y CEA, pero si prefieren quedarse con SDG&E, pueden hacerlo gratis.

La primera CCA de California se formó en el condado de Marin en 2010. Desde entonces, se han abierto 23 CCA, que dan servicio a más de 10 millones de clientes.

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SDG&E La Junta de Supervisor­es votó para considerar la adhesión a un programa de energía comunitari­a.

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