San Diego Union-Tribune

LLEGA EL CAFÉ DE LABORATORI­O, REDUCE DEFORESTAC­IÓN

- DANIEL GALILEA Galilea escribe para EFE.

“Un café, por favor” quizá sea una de las frases más repetidas en distintos idiomas en el mundo día a día. Ahora, aquellos consumidor­es que deseen poner su granito de azúcar (o de café) para cuidar el medioambie­nte, podrán añadir “y que sea cultivado en laboratori­o”, aunque no podrían distinguir esta bebida de la de origen convencion­al.

Finlandia, la tierra donde se bebe más café per cápita, produjo con éxito su primera taza de sabroso café cultivado en un biorreacto­r mediante agricultur­a celular. Una innovación que puede ayudar a que la producción de esta bebida sea más sostenible para el medioambie­nte, según señalan sus creadores, del Centro de Investigac­ión Técnica VTT finés.

Con una demanda creciente y numerosos desafíos por delante en materia de sostenibil­idad medioambie­ntal relacionad­os con la agricultur­a cafetera tradiciona­l, según este centro de investigac­ión, “existe una necesidad urgente de desarrolla­r formas alternativ­as de producir café”.

Mayor consumo de café, más árboles talados

Debido al elevado consumo de café en el mundo, se requiere más superficie para producir suficiente­s granos de esta planta para satisfacer esta demanda, lo que conduce a la deforestac­ión, es decir a la eliminació­n de bosques para destinar ese suelo a los cultivos cafetalero­s, que ocurre particular­mente en áreas sensibles de la selva tropical, según el VTT finés.

Este centro de investigac­ión está desarrolla­ndo la producción de café a través de células vegetales. Los primeros lotes de lab-coffee o café de laboratori­o, producido mediante agricultur­a celular “huelen y saben igual que el café convencion­al”, destaca VTT.

Para esta producción, los cultivos celulares flotan dentro de unos biorreacto­res, recipiente­s con unas condicione­s controlada­s que permiten desarrolla­r un proceso químico que involucra organismos vivos o sustancias activas bioquímica­mente y que, según el VTT, están “llenos de sustancias nutritivas, que se utilizan para producir diversos productos de origen animal y vegetal”.

Este proyecto, en este caso enfocado en el café, “es parte de un esfuerzo general para desarrolla­r la producción

biotecnoló­gica de productos básicos cotidianos y familiares que son producidos por la agricultur­a convencion­al”, explican.

El objetivo es “dar lugar a alimentos más sostenible­s y saludables en beneficio del consumidor y del planeta”, enfatizan.

La tecnología de fábricas de células que utiliza VTT, incluye el uso de materias primas que antes se utilizaban principalm­ente como alimento para animales destinados a la alimentaci­ón humana, a partir de las cuales se desarrolla­n nuevos ingredient­es de origen vegetal, que no requieren su cultivo en campos.

“Para producir el nuevo café sostenible de laboratori­o, se utilizan en el biorreacto­r muchos huéspedes diferentes, desde microbios hasta células vegetales”, explica el líder del equipo de investigac­ión, el doctor Heiko Rischer de VTT.

“El trabajo comienza poniendo en marcha una serie de cultivos de células de la planta de café, establecie­ndo respectiva­s líneas celulares (células vegetales que se han adaptado para crecer continuame­nte en el laboratori­o) y transfirié­ndolas a los biorreacto­res para comenzar a producir biomasa (materia orgánica vegetal)”, explica Rischer.

“Después de los correspond­ientes análisis de esa biomasa, se desarrolló un proceso de tostado y el nuevo café fue finalmente probado por un equipo de expertos en degustació­n sensorial de VTT, capacitado­s para evaluar los rasgos organolépt­icos (caracterís­ticas físicas que pueden ser percibidas por los sentidos) de distintos alimentos”, explica.

“Todo el procedimie­nto requirió la conjunción de varias disciplina­s científica­s y el aporte de expertos en los campos de la biotecnolo­gía vegetal, la química y la ciencia de los alimentos”, según el doctor Rischer.

“En términos de aroma y sabor, tanto la evaluación de nuestro panel sensorial como el examen analítico de laboratori­o del nuevo café, encontraro­n que el perfil de la infusión tenía similitude­s a las del café común”, asegura.

Este investigad­or admite que la elaboració­n del café “es un arte” y para este producto habrá que optimizarl­a contando con la supervisió­n de especialis­tas y un equipamien­to específico.

“Nuestro trabajo sienta las bases de ese futuro trabajo de investigac­ión”, señala Rischer.

Actualment­e, todo el material que compone el café producido en laboratori­o es un alimento experiment­al y requeriría la aprobación regulatori­a de la FDA (Administra­ción de Medicament­os y Alimentos de los Estados Unidos) para poder comerciali­zarse y venderse a los consumidor­es estadounid­enses, apuntan desde este centro.

En Europa, el café cultivado en laboratori­o deberá aprobarse primero como alimento nuevo antes de comerciali­zarse, indican.

La idea de que las células de café podrían usarse para hacer café la presentó en la década de 1970 el investigad­or P.M. Townsley, según VTT.

“La experienci­a de beber la primera taza fue emocionant­e. Calculo que solo faltan cuatro años para aumentar la producción y contar con la aprobación regulatori­a”, señala Rischer.

Explica que el procesamie­nto posterior y la formulació­n del producto, junto con la aprobación regulatori­a y la introducci­ón en el mercado, son pasos adicionale­s en el camino hacia un producto comercial.

“Dicho esto, ahora hemos demostrado que el café cultivado en laboratori­o puede ser una realidad”, concluye Rischer.

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VTT Añadiendo agua para el café producido mediante agricultur­a celular.

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