San Diego Union-Tribune

ESTÁN EN VIGOR LAS NUEVAS RESTRICCIO­NES POR SEQUÍA

- BY JOSHUA EMERSON SMITH Smith es reportero del U-T.

Los habitantes de San Diego se enfrentan a nuevas restriccio­nes locales por la sequía en virtud de un mandato estatal que entró en vigor el viernes 10.

Las normas varían en función de la empresa suministra­dora de agua del cliente, pero en general incluyen controles del riego exterior y prohibicio­nes del lavado de coches en casa. En la ciudad de San Diego, por ejemplo, el riego de jardines no agrícolas se limitará a tres días a la semana antes de las 10 de la mañana o después de las 6 de la tarde.

El distrito de aguas de Helix, que da servicio a 56 500 clientes en las ciudades de La Mesa, Lemon Grove y El Cajón, así como en las comunidade­s de Spring Valley y Lakeside, también deberá restringir el riego exterior a tres días por semana y apagar todas las fuentes ornamental­es que no utilicen agua recirculad­a.

El estado también ha prohibido de forma general el riego de césped “no funcional” por parte de los gobiernos, así como de los usuarios comerciale­s e industrial­es, como en las medianas de las autopistas y en los parques empresaria­les. La norma no se aplica a los campos de golf, los campos deportivos o el césped utilizado para actividade­s cívicas. Tampoco afecta al uso de agua reciclada.

El objetivo es fomentar una reducción del 20 por ciento en el uso del agua dentro de cada territorio de servicio.

“Pedimos a los sandieguin­os que adopten estas medidas ahora, para que podamos evitar una situación más grave en un futuro próximo”, dijo Juan Guerreiro, director del Departamen­to de Servicios Públicos de San Diego, en un comunicado. “El agua es un recurso precioso, y debemos utilizar nuestra agua con prudencia”.

El gobernador Gavin Newsom impulsó las nuevas normas tras pedir a principios de año un recorte voluntario del 15 por ciento. En cambio, el uso del agua aumentó en todo el estado en

medio de las actuales condicione­s de sequía.

Las directivas, aprobadas por la Junta Estatal de Control de los Recursos Hídricos el mes pasado, exigen específica­mente a las agencias de agua que apliquen lo que se conoce como “Nivel 2 de sequía”, una serie de prohibicio­nes descritas en los planes de contingenc­ia locales exigidos por el estado.

La ciudad de San Diego ya ha puesto en marcha una serie de restriccio­nes permanente­s, como la de lavar aceras, calzadas y otras superficie­s pavimentad­as a menos que sea para “aliviar riesgos

inmediatos de seguridad o saneamient­o”.

La Autoridad del Agua del Condado de San Diego ha dicho en repetidas ocasiones que la región no está actualment­e en sequía debido a sus derechos de alta prioridad en el río Colorado y al acceso al agua desaliniza­da de una planta en Carlsbad. De hecho, el mayorista está utilizando actualment­e muy poca, o ninguna, agua del Proyecto Estatal de Agua, que se alimenta del amenazado Delta del Río Sacramento.

Los funcionari­os de Sacramento han rechazado la idea de que San Diego deba tener un margen de maniobra para la restricció­n de la sequía, a pesar de que la región ha reducido su uso de agua en un sorprenden­te 40 por ciento desde el pico alcanzado en 2007.

Aunque la región ha sido un ejemplo de conservaci­ón de agua por la sequía, las agencias de agua han visto cómo sus ingresos caían en picado a medida que los residentes arrancaban el césped e instalaban aparatos de bajo consumo de agua. En respuesta, las agencias subieron las tarifas para cubrir los costos fijos, como el mantenimie­nto rutinario y los pagos de la deuda.

Como los gestores del agua de San Diego se ven ahora obligados a promover una conservaci­ón cada vez mayor, muchos temen que esto pueda diezmar aún más sus presupuest­os anuales, lo que exigiría subidas de tarifas aún más severas.

La autoridad del agua, por ejemplo, aumentó sus tarifas al por mayor para el agua tratada de 920 dólares por pie de acre en 2010 a 1 736 dólares por pie de acre el año pasado. Este año, la agencia subió sus precios otro 3.6 por ciento, con otro aumento del 5.2 por ciento previsto para 2023.

La situación ha cogido por sorpresa a muchos habitantes de San Diego. Los residentes han instalado jardines tolerantes a la sequía solo para ver que sus facturas siguen siendo las mismas o, en algunos casos, aumentan. Las comunidade­s de bajos ingresos, que ya utilizan el mínimo, han sido las más afectadas.

Algunos gestores del agua han suplicado al Estado que reduzca las tarifas. Hasta ahora, los funcionari­os de Sacramento no han hecho caso de esas peticiones.

El gobernador ha señalado que si el ahorro de agua no se materializ­a este verano, podría haber recortes de agua aún más estrictos en el horizonte. Todavía no está claro si Newsom intentará algo tan audaz como el recorte de agua obligatori­o del 25 por ciento del entonces gobernador Jerry Brown en 2015.

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CHARLIE NEUMAN PARA EL U-T Plantas tolerantes a la sequía que se riegan por goteo en el jardín de Richard Jaross.

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