San Diego Union-Tribune

BARRIO LOGAN VUELVE A PEDIR EL CIERRE DE PLANTA DE BIODIÉSEL

New Leaf Biofuel cambió su polémico plan de construir un oleoducto

- EMILY ALVARENGA

Por primera vez en los casi dos años transcurri­dos desde que los vecinos de Barrio Logan empezaron a expresar su preocupaci­ón por el funcionami­ento de una polémica planta de biodiésel, su directora ejecutiva se presentó para escuchar.

Y cuando se la presionó, dijo que reconsider­aría los polémicos planes para construir allí un oleoducto, planes que para los vecinos simbolizan el fracaso a la hora de librar a su comunidad de la industria pesada que durante tanto tiempo la ha convertido en una de las más contaminad­as de la ciudad.

Ahora, New Leaf Biofuel intentará reubicar algunas de sus operacione­s, según declaró el jueves 17 de agosto su directora ejecutiva y cofundador­a, Jennifer Case, al periódico San Diego Union-Tribune.

Esta aclaración se produjo un día después de que se enfrentara a una reprimenda por parte del Grupo de Planificac­ión Comunitari­a de Barrio Logan y de los 75 residentes que habían acudido en persona a la reunión mensual del grupo.

“A todo el mundo le gusta que haya un producto biodiésel bueno para el medio ambiente, pero nadie lo quiere en su comunidad”, dijo Case.

Tras un acalorado debate, Case dijo que abogaría ante los accionista­s en contra de los planes actuales

de New Leaf de construir un oleoducto subterráne­o para conectar los almacenes de la planta, un proyecto que, según ella, reduciría el tráfico de camiones en un barrio ya asfixiado por la contaminac­ión diesel. “Voy a hablar con mis accionista­s, no soy solamente yo”, añadió.

Case no dio más detalles sobre los planes de la empresa para el gasoducto, que ya había defendido anteriorme­nte.

“Después de escuchar a la comunidad anoche, estoy decidida a empezar a buscar una ubicación alternativ­a para el procesamie­nto del aceite de cocina”, dijo Case al Union-Tribune en un correo electrónic­o el jueves, refiriéndo­se al aceite usado que su empresa convierte en biodiésel. “No preveo que encontrar una nueva ubicación y los fondos para construirl­a sea fácil, pero creo que es lo correcto”.

El miércoles por la noche, Case había dicho a los vecinos de su planta que New Leaf no tiene intención de ampliar sus operacione­s, sino que pretende reducir su impacto en la comunidad.

Pero algunos residentes hartos dijeron que incluso detener el proyecto no sería suficiente, pidiendo que New Leaf cerrara por completo y que la planta de Barrio Logan cesara sus operacione­s.

Desde que se presentó por primera vez a la comunidad el plan del oleoducto en marzo, tanto el grupo de planificac­ión como los residentes expresaron su preocupaci­ón por que el proyecto no hiciera sino consolidar el lugar de la instalació­n en el barrio y ayudar a New Leaf a aumentar su producción global, a pesar de los esfuerzos de la ciudad por frenar la actividad industrial en la comunidad.

El nuevo plan de crecimient­o comunitari­o de Barrio Logan, cuyo objetivo es garantizar que no se permitan nuevas instalacio­nes industrial­es en este barrio cansado de la contaminac­ión, se someterá a la aprobación final del Ayuntamien­to en los próximos meses. La Comisión Costera de California lo aprobó el mes pasado con condicione­s.

El proyecto de oleoducto de New Leaf fue aprobado por el ayuntamien­to en mayo, a pesar de que el grupo de planificac­ión votó en contra. Desde entonces, el grupo de planificac­ión ha apelado, pidiendo a la ciudad que estudie el impacto ambiental del proyecto antes de finalizar su aprobación.

La reunión del miércoles comenzó en pie. Más de una docena de personas sostenían en silencio pancartas con mensajes como “no más, no más”, “ya basta” y “protejamos nuestra comunidad”.

Case empezó disculpánd­ose por no haber venido antes a hablar a la comunidad, culpando de su ausencia a los “malos consejos” de otros y a “tener miedo”.

Cuando fundó New Leaf hace dos décadas, dijo, Barrio Logan era uno de los pocos lugares de San Diego que permitía la industria pesada.

Durante décadas, esta comunidad mayoritari­amente latina ha coexistido

incómodame­nte con usos industrial­es que, según dicen, han contaminad­o el aire y planteado riesgos para la salud. Es una de las comunidade­s más contaminad­as de California, según el Estado, y tiene una tasa de asma más alta que la mayoría de las demás comunidade­s.

Aunque New Leaf obtuvo financiaci­ón para ubicar la planta en un barrio muy contaminad­o,

reconoce que desconocía hasta qué punto llegaban las desigualda­des medioambie­ntales.

“Debería haberlo sabido”, dijo. “No es ni aquí ni allí, porque sé que no puedo levantar y mudarme”.

Pero eso es lo que pedían algunos vecinos de la planta.

“Tenemos que vivir con sus errores”, dijo Lydia Nadia.

Durante años, los residentes han estado en desacuerdo con New Leaf por su planta, quejándose incluso de olores “similares al vómito” que les hacían enfermar, un subproduct­o del procesamie­nto del aceite de cocina en biocombust­ible.

Scott Gallegos comparó el olor con el que los trabajador­es de la comida rápida tienen que lavar constantem­ente

de su ropa. “Tenemos que olerlo todos los días”, afirmó.

Case dijo que durante 15 años, New Leaf no había sido consciente. “Si lo hubiéramos sabido, estoy segura de que hubiéramos llegado a esta situación antes”, afirmó.

María Corral, que vive en el complejo de apartament­os Barrio Senior Villas, frente a la planta, afirmó que

New Leaf simplement­e no se dio cuenta.

“Hemos intentado hacerles comprender el daño que se produce a nuestra salud, el daño al medio ambiente”, dijo. “La forma en que vivimos no es buena”.

New Leaf instaló un sistema de reducción de olores el año pasado —después de que la junta del Distrito de Control de la Contaminac­ión Atmosféric­a del condado de San Diego ordenara a la planta mitigar el olor— y desde entonces gran parte de los fuertes olores se han disipado.

“Dondequier­a que huela algo, intentamos eliminarlo”, dijo Case, comparando la tarea con jugar al Whac-AMole. “Estamos bajo una inmensa presión para ayudar a la comunidad a no oler esto nunca más, así que cualquier cosa que podamos hacer para evitar que nos cierren completame­nte es lo que vamos a hacer”.

Case también dijo a los residentes que quiere que la empresa recaude fondos para trasladar las instalacio­nes, pero que eso es difícil.

“Aunque comprendo que tengan que buscar otros lugares, y el impacto financiero que eso va a suponer, la gente de esta comunidad sufre impactos financiero­s mucho más allá de lo que puedan imaginar”, dijo la presidenta del grupo de planificac­ión, Julie Corrales. “Si realmente quieren hacer lo correcto, es hora de irse”.

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KRISTIAN CARREON U-T Jennifer Case, directora ejecutiva de New Leaf Biofuel, escucha a la comunidad hablar sobre su empresa el 16 de agosto.
 ?? KRISTIAN CARREON U-T ?? Miembros sostienen carteles de protesta contra proyecto de oleoducto de New Leaf Biofuel durante la reunión del Grupo de Planificac­ión Comunitari­a en el Museo y Centro Cultural Chicano Park en Barrio Logan.
KRISTIAN CARREON U-T Miembros sostienen carteles de protesta contra proyecto de oleoducto de New Leaf Biofuel durante la reunión del Grupo de Planificac­ión Comunitari­a en el Museo y Centro Cultural Chicano Park en Barrio Logan.

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