La Donna e mobile
The above are the words of the famous aria of Verdi’s opera Rigoletto that loosely translate as “woman is finicky” (qual pluma al vento, as a feather in the wind…). The reason for the above words is that I had announced to the editor that I would not write anymore (at least for a while), but something happened recently that prompted me to share my thoughts with you one more time.
By the way, I always say that it is easy to get me to change my mind. I just have to be convinced to do it.
Let me first share with you why I decided to stop writing. I was simply sick of always having a bone to pick, always something to criticize, finding always something wrong with our world here and at large around us. It was too emotionally taxing.
To counter all the negative, I had very little “good” to report. Somehow, humans are not delivering smiles, only tears. I do not mean to imply that I am playing the ostrich game and hiding my head in the sand (however, there may be some of that too), but I had decided that I had shared enough and no more. Well, friends, never say never, right?
So here is what happened that prompts me to write again.
The other day during the evening news (BBC America to be precise), I saw an interview of the queen of The Netherlands. She is a young woman, attractive, blonde and articulate. What she was talking about made me truly pay attention.
But before paying attention to what she was saying, something in the back of my mind was making me feel as if I knew who she was. Eureka: Queen Maxima of The Netherlands was born in Buenos Aires, Argentina.
How do you like that? Argentina not only produces great soccer players, even greater polo horses, has the greatest beef in the planet with the wines to accompany it, but also produces queens.
But, enough about Argentina, it was the content of the interview that distressed me. Maxima was telling the interviewer how important it is for women in the developing world to have access to credit. It helps them improve their social and economic status. It teaches women about the responsibility of paying back a credit and thus increases their self esteem. In general, it improves the lot of women, which in turn improves the health of their children, the status of the family at large and also leads to more women participating politically. I agreed with every word the queen said and therein lies the problem. We are in 2018 and I was hearing the same platitudes in the ‘80s and ‘90s. I participated in every “decade for women” that took place. I worked with nongovernmental organizations.
Bangladesh was a leading country introducing credit for poor women, and today we still watch in the news the same poverty, need and desperation among the Bangladeshi women and children. That is why I do not write anymore. It just hurts too much.
And to say, as many women do, that it is all men’s fault, that all we need is women in power, is, besides an exercise in self-delusion and meanness. Not all women help other women. If we are lucky, some do. Most of the rest are busy pursuing their own agendas, and they do not include the poor.
As usual, this column is like a cocktail. Some bitter, some sweet, a few appetizers and wait for the next item that calls my attention. Unfortunately, it will always be a mixed bag.
Esta es la letra de una famosa aria en Rigoletto, la ópera de Verdi. Las palabras son famosas porque dice que “la mujer es cambiante” (qual pluma al vento, como una pluma al viento). El motivo que uso estas palabras es que le había dicho a la editora que no escribiría más (por lo menos por un tiempo) pero algo ocurrió recientemente que me empuja a compartir mis pensamiento con ustedes una vez más. Entre paréntesis, siempre digo que soy la persona más fácil para cambiar de idea, sólo tienen que convencerme de hacerlo!
Primero permítanme compartir el por que decidí dejar de escribir. Estaba harta de siempre quejarme, siempre criticando, encontrando siempre algo mal con nuestro mundo aquí y en general. Emocionalmente, era demasiado. Tenía mucho negativo y poco positivo. Lamentablemente, hoy día los humanos producen más lágrimas que sonrisas. No crean que estoy haciendo de avestruz, escondiendo mi cabeza en la arena (aunque tal vez haya un poco de esto también) sólo había decidido que ya no más. Que tal amigos, nunca hay que decir nunca, verdad?
Aquí viene lo que me empujó a escribir nuevamente.
El otro día, durante las noticias de la tarde (la BBC América) ví una entrevista a la reina de Holanda. Una mujer jóven, rubia muy bonita (no puede ser de otra manera siendo holandesa, verdad?) que hablaba muy bien (no creo que sea correcto políticamente decir que alguien hablaba bien…) y lo que decía me hizo prestar atención.
Pero antes de prestar atención, algo en la memoria me decía que yo conocía quien era la reina. (mi registro social no incluye realeza!). Eureka, la reina Máxima de Holanda nació en Buenos Aires, Argentina. Qué les parece? Argentina no sólo produce grandes jugadores de fútbol, aún mejores caballos de polo, la mejor carne del mundo con buenos vinos acompañándola, sino que también produce reinas… Cómo es posible que un país bendecido con tanta variada riqueza esté siempre en crisis?
La crísis no es nueva, la Argentina siempre ha estado en una crisis social/política y económica. Algunos argentinos tal vez hagan las cosas bien, después de todo producir realeza no es fácil, solo que la mayoría de los argentinos son almas tercer mundistas en busca de un mejor destino.
Basta ya de la Argentina, fue el contenido de la entrevista lo que me deprimió. Máxima le decía a la periodista que era muy importante que las mujeres en el tercer mundo tuvieran acceso a crédito. Tener acceso al crédito era fundamental para mejorar sus vidas. Como la situación de una familia mejora automáticamente cuando la mujer tiene cierta independencia económica. El enseñar a la mujer la responsabilidad de pagar a tiempo un crédito mejora su auto estima. Como al mejorar la condición de la mujer automáticamente mejora la salud de los hijos, el status de la familia como también la participación en la vida política de la comunidad.
Estoy de acuerdo con cada palabra de la reina y aquí es donde surge el problema. Estamos en 2018 y yo escuchaba las mismas palabras en los 80, los 90, etc., etc. (junto a mis colegas holandeses entre otros). Participé en todas las Décadas de la Mujer que tuvieron lugar en distintas partes del mundo; trabajé con ONGs (quién recuerda hoy día a, por ejemplo, CARE?). Bangladesh fue un país líder que introdujo el crédito a la mujer pobre, sin embargo hoy día seguimos mirando en la televisión la desesperación de la mujer y los niños en Bangladesh. Por eso es que no escribo más, duele demasiado…
Y, decir, como muchas mujeres dicen que todo es culpa del hombre, que lo único que hace falta es que la mujer tenga más poder, es además de auto engaño, también cruel. No todas las mujeres ayudan a otras más necesitadas. Con suerte, algunas lo hacen, muchas están ocupadas con sus propias agendas y estas nunca incluyen a la mujer pobre.
Como siempre, estas palabras son un cocktail. Un poquito amargo, un poquito dulce, algunas tapas y a esperar a la próxima noticia que me llame la atención. Desafortunadamente, será siempre un cocktail mixto.