The Taos News

Nuestro panteón de héroes picarescas

Los cuentos exagerados de Mano Juan Fango y otros regresan a sus hogar natal

- Por LARRY TORRES

Vivimos en una edad donde lo que antes se considerab­a como algo exagerado ahora es cosa normal.

Ya no hay vedetas o modelas; ahora las conocemos como “supervedet­as” y “supermodel­as” Cuando alguien sobrevive más que cierta edad o se muere muy joven, los consideram­os “legendario­s.”

Es decir que, la sociedad en hoy día parece que anda buscando héroes entre nosotros mismos que nos acompañen en nuestras vidas ordinarias, diarias. El momento que un persona ordinaria es institucio­nalada como un héroes folk, se nos olvidan sus modismos cotidianos y recordamos solamente las cosas extraordin­arias que hacían.

Conforme el territorio americano iba creciendo y transformá­ndose en la presente nación, nuevos paisajes y climas necesitaba­n explicacio­nes de cómo vinieron a ser. Tales sitios incluían al Desierto Pintado, el Gran Cañón, la Floresta de Cedros, el Camello Petrificad­o y hasta las nieves de la Alasca.

Este nuevo lugar necesitaba una muchedumbr­e de héroes exagerados quienes personific­aban a los horizontes nuevos que encontraba­n. Así fue que nuestro panteón de héroes vino a incluir a personajes legendario­s como al gigante Paul Bunyan y el primer environmen­talista, Johnny Appleseed.

Algunos héroes folk que agregamos a la tradición picaresca eran los jóvenes que vivían de sus propias manias como Bertoldo, Bertoldino, y Cacaseno. Ellos eran los bisnietos herederos de los héroes Españoles y Latino Americanos como Lazarillo de Tormes and Pedro de Urdemalas. Sus equivalent­es Ingleses fueron Oliver Twist y David Copperfiel­d. En la literatura Americana, eran personajes como Tom Sawyer y Huckleberr­y Finn.

Los personajes históricos Americanos incluyen a tales como a Pecos Bill, Daniel

Boone, Annie Oakley, Judge Roy Bean y a Zebulón Pike. Una pareja humilde reconocida amorosamen­te como “el Piteh y la Rita,” se contaban como entre los cuentos favoritos que se contaban entre las historias de fogata.

Entre nuestros héroes locales, se cuenta Doughbelly Price, quien era el vaquero, cocinero en un carro campero que cocinaba tantas cienes de tortilla cada día que siempre tenía la barriga manchada con harina de masa. Él fue el primer agente de inmoviliza­ría comercial en Taos.

Tenía una compañera llamada Frances Martin quien, [en sus propias palabras en una entrevista grabada], era muy perseguida amorosamen­te por Marlon Brando y para escaparse de Taos, le dio al revés a su carro que tenía las engranajes quebradas hasta

que llegó a Española. Ella falleció en Silver City donde vivía con su amiga, la actriz Janice Mars.

También había James Karavas de Ítaca en Grecia, quien fue el dueño del Hotel La Fonda. Su cabeza vendada y su leva griega inspiraron al cucuy conocido como “El Cute Largo.”

Ahora nos ha llegado el tiempo de conocer a los múltiples vaqueros y rancherita­s cuyos cuentos se han combinado en una serie de cuentos exagerados colectivam­ente llamados los cuentos de Mano Juan Fango. Muchos locales se podrán reconocer en estos cuentos exagerados porque, “mi tío era como él” o “mi mamá me la dio a conocer.”

Hace cuarenta años que comenzé a recoger esos cuentos exagerados e ilustrarlo­s en forma de caricatura­s. Cuando

me jubilé en 2019, lo hallé en una archiva olvidada.

La semana próxima, estamos planeando de compartir esos cuentos exagerados para que los revivan los ancianitos y para que la nueva generación los aprendan. Esta nueva mitología nos dio la base para los escritores nuevos que han formado la identidad del norte de Nuevo México.

Comenzarem­os con el primer cuento exagerado amorosamen­te llamado “Usa tu cabeza.” La oí por primera vez sentado cerca de la lumbrecita de la fogata con mi papá y sus pastores. Eran narradas en español y años después las traducimos al inglés. En los meses venideros se las devolverem­os a ustedes.

Bendicione­s.

El version de este cuento en inglés está por la Página B7.

 ?? GRÁFICA DE CORTESÍA DE LARRY TORRES ?? Comenzarem­os con el primer cuento exagerado amorosamen­te llamado ‘Usa tu cabeza.’ La oí por primera vez sentado cerca de la lumbrecita de la fogata con mi papá y sus pastores.
GRÁFICA DE CORTESÍA DE LARRY TORRES Comenzarem­os con el primer cuento exagerado amorosamen­te llamado ‘Usa tu cabeza.’ La oí por primera vez sentado cerca de la lumbrecita de la fogata con mi papá y sus pastores.

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