Diario de un Vaquero
Una idea cuyo tiempo se había llegado
El Señor Juan-Lucas podía devisar, aún en su propio tiempo, que se iba a llegar el momento cuando los vaqueros y los Indios Nativos iban a perder se desconfianza mutua y cultivar una relación más amigable. La nación Americana era destinada para tener éxito a pesar de las diferencias del elemento humano. Era una idea cuyo tiempo se había llegado. Mientras que se maduraba en el espíritu de los participantes, ellos podían discernir la rara belleza de tal empresa. Aunque sus ancestros vaqueros habían venido de España, montados en sus caballos Árabes, en verdad fueron sus descendientes Mejicanos quienes hicieron el papel mayor en la expansión por medio de sus matrimonios mixtos con mujeres Nativas que conocían en las vecindades.
Los Españoles habían seguido a Don Francisco Vásquez de Coronado a territorios que previamente fueron propiedad de España. Habían comenzado se expedición en Culiacán, Méjico con trescientos sesenta y cinco varones y solo tes hembras. Habían intentado casarse con indias indígenas. Llegaron a caballo y carretas, arreando la mayoría de sus ganados a pie. Cuando trataron cruzar sus animales por el Río Samaniego aún, no se habían dado cuenta que el rio estaba colmado de caimanes hambrientos. Ya para el tiempo que los señores llegaron, los caimanes habían devorado a muchos de los animales.
El Señor Juan-Lucas había aprendido del curandero anciano, que los colonizadores habían contado con usar los ganados para sobrevivir ese primer invierno de 1541. Mas, fueron obligados a depender en los indígenas del pueblo de Arenales. Esos vaqueros aspirantes habían llegado al área Suroeste con muy pocas vacas. Algunos animales que los socorrieron, fueron sus monturas, porque los indios no habían sabido qué clase de animales eran los caballos, que solían separarse de sus jinetes. Los vaqueros eran renombrados por sus habilidades superiores en lasar, montar y apacentar y pronto la ganadería se convirtió en un modo de vivir. Ya para 1769, la ganadería se había destendido a través de muchos territorios del oeste.
Al pasar las temporadas, los vaqueros Americanos habían llegado de diversos orígenes que incluían Afroamericanos, Nativos Americanos, Mejicanos, y colonizadores el este de Los Estados Unidos y Europa. Durante los años 1800s, muchos colonizadores Angloparlantes habían emigrado al Oeste y adoptado aspectos del la cultura de los vaqueros Mejicanos, incluyendo su manera de vestirse, y sus métodos de apacentar sus ganados. De repente el curandero anciano pausó en su narrativa para hacer un breve comentario. Dijo: “Fue debido a La Malinche que la expendición de Coronado tuvo gran éxito.”
El Señor Juan-Lucas paró las orejitas, esperando a que el curandero le dijera algo más tocante a “La Malinche.” Ella se estaba encajando muy bien en el cuento de Las Pléyadas junta con las otras damas notables como Pocajantas, Tecauita, y Sacajawea. Puso gran cuidado, mientras que el curandero viejito se puso a pensar. Como que estaba buscando algo que decir, sentado ante el Señor Juan-Lucas. Él, dándose cuenta de que el curandero podía tener sed, le ofreció un trago de agua de un riachuelo cercano.
“La Malintsín era Maya pero también hablaba en Náhuatl,” dijo el viejito por fin.
“Otra vez, una poliglota,” murmuró Juan Lucas, sintiendo que estaban ligadas.