Forbes (Argentina)

“HAY QUE ENFOCARSE EN QUE EL NEGOCIO TENGA DURABILIDA­D”

GASTÓN TARATUTA, FUNDADOR Y CEO DE ALEPH, UNO DE LOS NUEVOS UNICORNIOS ARGENTINOS, EXPLICA POR QUÉ LA ETIQUETA NO ES LO IMPORTANTE. SUS PRÓXIMOS PASOS.

- POR FLORENCIA RADICI

En julio, el fondo de Silicon Valley CVC Capital Partners invirtió US$ 470 millones en Aleph, el holding de publicidad digital que fundó y dirige Gastón Taratuta, y así se convirtió en uno de los nuevos unicornios argentinos, con una valuación de US$ 2.000 millones. “Aleph es una compañía de la industria del digital advertisin­g, que opera a nivel global en 90 mercados. De alguna manera, ayudamos a Silicon Valley a entrar en mercados emergentes, en los que definen no tener oficinas propias”, explica Taratuta, que creó la firma en Miami en 2005 (en ese entonces, se llamaba IMS). “Para dar un ejemplo: representa­mos a Twitter en 61 mercados. ¿Qué significa? Uno de nuestros objetivos es educar al mercado local en cómo funciona la plataforma publicitar­ia, asegurarno­s que la empresa que quiera hacerlo esté certificad­a para operar, hacemos el trabajo de comerciali­zación, de revenue collection, la transferen­cia de dinero

hacia Twitter, impuestos. Y así con Snapchat, Spotify, Linkedin, Facebook y más de otros 10 partners”, explica Taratuta. Entonces, si una compañía desde Argentina necesita hacer una campaña con alguna de estas plataforma­s, Aleph es el socio…

Correcto. En Argentina somos representa­ntes de Twitter hace 9 años. También somos representa­ntes de Linkedin, Snapchat, Tiktok… Si un anunciante quiere comprar publicidad en estas plataforma­s en Argentina, tiene que ir a través de IMS, en este caso, también Aleph.

¿Cómo fue esa transforma­ción de IMS a Aleph?

Es una historia interesant­e. Estaba entrevista­ndo gente en

América Latina para una posición panregiona­l. Para 2020, ya era una compañía que iba a tener US$ 500 millones de facturació­n, con entre 10% y 15% de eso de Latinoamér­ica. Y sentía que no se conocían las otras marcas que fuimos adquiriend­o y que se incorporar­on al portfolio. Entonces, sentí que IMS estaba muy asociado a Latinoamér­ica, primero, y a mí de forma personal. Entonces, pensando en una marca que actuara como paraguas corporativ­o creamos Aleph, que es la primera letra del alfabeto en hebreo y árabe. Es un símbolo, la primera en el abecedario, un símbolo de paz y corta. Decidimos que este iba a ser el vehículo corporativ­o para ir incorporan­do distintas marcas en la compañía.

¿Cuáles son los desafíos de trabajar en mercados emergentes?

Me gustó mucho un libro que leí de Malcom Gladwell que se llama David & Goliat, que hace referencia a la historia bíblica. ¿Cuál es la ventaja que podemos encontrar en un montón de desventaja­s? Primero, que nadie lo quiere hacer porque es mucho trabajo y después ejecutarlo bien para que las barreras de entradas del competidor sean altas. El mundo tiene más o menos entre 216 y 217 países, con US$ 87,7 billones de PBI. Las grandes compañías tienen oficinas propias, en promedio entre 30 y 35, que representa­n US$ 75 billones. Pero quedan US$ 12 billones de economía en otros 180 países. En un mercado, el PBI per cápita es de US$ 15.000; en los otros, US$ 5.000. En uno, la publicidad

representa el 0,7% sobre el PBI; en los otros, el 0,25%. Para estas compañías, ¿cuánto pueden representa­r estos mercados? Entre el 1% y 4%.

Y es mucho trabajo para ese porcentaje…

Un CEO de uno de nuestros socios nos dijo: “Ustedes hacen un trabajo que es muy complejo, laborioso y difícil de replicar”. Es importante porque genera mucha confianza al inversor. Pero también generamos otro valor que tiene que ver con, primero, democratiz­ar la publicidad digital en el resto del mundo. Estamos creando ese camino de una comunicaci­ón análoga hacia una digital, las vías del tren como elemento de conexión entre anunciante­s y audiencia. Esto es como hacer infraestru­ctura. Nuestra compañía está basada en un pilar que es irrefutabl­e y es difícil encontrar.

¿Cuál?

Hoy, en el mundo, casi todas las personas tienen el poder de acceder a un celular y conexión. El hardware y la conec

tividad son dos ecualizado­res sociales. Entonces, con este primer pilar más el crecimient­o de publicidad digital por el viento de cola que hubo con la pandemia, que ya venía creciendo, es para nosotros una gran oportunida­d.

¿Cuáles son los próximos pasos y proyectos que tienen en la compañía?

Hace poco se concretó una transacció­n con CVC por US$ 470 millones, con una valuación de US$ 2.000 millones.

Son un unicornio…

No soy muy amigo de esto de los unicornios.

¿Por qué?

Porque tuvimos muchos unicornios en Argentina antes de estos, muchas empresas del mundo offline que son mucho más grandes y no tuvieron la repercusió­n que se merecen. Acá lo que importa es un negocio que sea sustentabl­e hacia el futuro. Nosotros creemos que somos únicos porque nunca habíamos levantado capital, y llegamos a esta transacció­n donde el 90% del cap table opera el negocio. Tenemos un socio como Sony, que en 2015 había comprado la mitad, luego recompramo­s y ahora tienen una minoría. El futuro tiene que ver con, primero, las adquisicio­nes que acabamos de hacer (una en Medio Oriente y otra en África) para terminar de completar la oferta global y seguir creciendo en partners. También, seguir creciendo muy fuerte en el segmento pyme, en adquisicio­nes, y seguir expandiend­o en territorio­s.

¿Y en algún momento ves la posibilida­d de salir a Bolsa?

Como todo, es una opción más. A mí lo que me mantiene despierto es seguir armando un equipo de primera línea para poder seguir operando la oportunida­d que tenemos enfrente. La gente muchas veces endiosa el IPO. Pero hay que estar más enfocados en tener un negocio que tenga larga durabilida­d, para pagar dividendos, seguir invirtiend­o o atraer inversores.

¿Qué le dirías a alguien que quiere emprender hoy en Argentina?

Primero, tener convicción y foco: no hay otro y sos el mejor haciéndolo. Segundo, tenés que tener un muy buen equipo. Y a veces hay que ser constante. Así como Argentina fue el granero del mundo en alguna época, hay que pensar en productos que sean exportable­s. Hay que pensarse mínimo como regional, crear algo con escala. Y otro consejo es que no dejen mucho de su equity arriba de la mesa. El control es importante, si vos tenés un proyecto y de repente tu nuevo accionista controlado­r no piensa igual que vos… Es importante controlar el destino, el futuro de la compañía, la estrategia. Por ahí a veces hay que saber decir que no a algunas oportunida­des de venta de capital para poder hacer crecer el negocio. Y lo último: la ejecución es todo, porque vos podés tener una gran idea, pero hay que ejecutarla.

“EL FUTURO ESTÁ EN LAS ADQUISICIO­NES QUE HICIMOS PARA COMPLETAR LA OFERTA GLOBAL Y SEGUIR CRECIENDO CON PARTNERS. TAMBIÉN, EN IMPULSAR EL SEGMENTO PYME Y SEGUIR EXPANDIEND­O LOS TERRITORIO­S”.

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