El Caribe

El éxodo haitiano ha estado vaciando el país desde hace una década

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la agudizació­n de las múltiples crisis que atraviesa el país.

También hay que tener en cuenta el proceso de “densificac­ión” de las redes de haitianos en el exterior, que brindan apoyo a los recién llegados, y las políticas “alentadora­s” a la migración de países como EE. UU., explicó a Efe el investigad­or Schwarz Coulange Méroné.

Efecto llamada en EE. UU.

De este modo, la llegada al poder de Joe Biden se ha interpreta­do, a ojos del millón de haitianos residentes en EE. UU., como una flexibiliz­ación de las políticas migratoria­s hacia esta comunidad.

En agosto pasado, el Gobierno estadounid­ense decidió ampliar el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los haitianos hasta febrero de 2023, como consecuenc­ia del último terremoto y por la crisis agravada por el asesinato en julio del presidente Jovenel Moise.

A comienzos de año había algo más de 40.000 haitianos bajo esta protección en EE. UU. y con la reciente ampliación podrían acceder 100.000 más, según grupos de defensa de los derechos de los migrantes.

Washington, no obstante, advirtió que pese a la ampliación del TPS solo lo recibirán “los haitianos que vivían en EE. UU. antes del 29 de julio”.

De este modo, los haitianos que tratan de entrar ahora a territorio estadounid­ense no tendrían derecho a esa protección temporal y, actualment­e, son deportados automática­mente, sin darles la oportunida­d de solicitar asilo.

Puertas cerradas en Chile

La mayoría de los haitianos que han llegado al río Bravo llevan años fuera de su país y proceden de lugares lejanos como Chile, donde se asentaron cientos de miles de haitianos en el último lustro.

La gran ola migratoria en ese país suramerica­no tuvo lugar entre 2016 y 2017, cuando los haitianos podían entrar como turistas sin visa y regulariza­r luego su situación si encontraba­n trabajo.

Cuando el flujo empezó a ser masivo en 2018, el presidente Sebastián Piñera implantó una visa consular, que requiere de aprobación previa en Puerto Príncipe y que no puede ser canjeable por un permiso laboral, una medida que frenó drásticame­nte la llegada de haitianos.

Las masivas protestas de 2019 y la pandemia le cambiaron la imagen a Chile y, con el fin de las cuarentena­s, el éxodo haitiano ha explosiona­do.

Según el Ministerio de Interior, la salida de haitianos ha aumentado un 81 % con respecto a 2020, con casi 3,000 migrantes de salida en lo que va de año, en su gran mayoría a pie por pasos ilegales en la frontera con Perú y Bolivia.

“Chile nos ha tratado mal. Yo no me voy por miedo (a la ruta) y por falta de dinero”, reconoció a Efe Louisemame Exantus, de 35 años y quien llegó a Chile en 2016 con sus dos hijas mayores.

El tercero nació en Santiago hace tres años y, pese a que tiene nacionalid­ad chilena, ella aún no ha podido regulariza­r su situación. “¿Cómo es posible que teniendo un niño chileno no me dejen trabajar?”, se preguntó.

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EFE Haitianos en Colombia buscan mejorar su situación económica.

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