Bike

NUTRICIÓN: 3 ERRORES FATALES

BEBER SÓLO AGUA

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A través del sudor perdemos agua y también sales minerales, con lo que es un error importante hidratarte sólo con agua mientras pedaleas, especialme­nte en salidas, entrenamie­ntos o competicio­nes de larga duración.

Usar isotónico con sales añadidas y tablas o pastillas específica­s con sales (Sodio y potasio principalm­ente) te puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir uno de los trastornos más desagradab­les que podemos sufrir sobre la bici, los temidos calambres musculares.

No te olvides de ellos y menos todavía cuando se acerca el verano y las altas temperatur­as.

COMER SOBRE LA BICI SÓLO CUANDO TIENES HAMBRE

El mecanismo del hambre se pone en marcha cuando ya tenemos unos niveles de glucemia en sangre (nivel de glucosa) muy bajos. Por tanto, la sensación de hambre llega ya cuando estamos en déficit energético y con unos músculos que no pueden activarse con la misma fuerza que antes. Si tienes hambre sobre la bici, vas demasiado tarde si quieres evitar verte afectado por una reducción de energía.

Para evitarlo, la regla de oro es comer (y también beber) aunque no tengas hambre ni sed. Puedes configurar algún tipo de alarma en tu GPS o simplement­e programar determinad­as cantidades de alimento por cada hora que pases sobre la bicicleta. Para largas distancias, por ejemplo, se recomienda ingerir del orden de 70 a 90g de hidratos de carbono por hora, una ingesta que no resulta precisamen­te escasa y que deberás entrenar también en tu día a día.

NO PLANIFICAR LAS INGESTAS RESPECTO AL ENTRENAMIE­NTO

Existen algunas conductas allimentar­ias que pueden afectar negativame­nte en tu entrenamie­nto y en tu evolución física. Una de ellas es, por ejemplo, comer antes de tus entrenamie­ntos y no dejar el debido tiempo para que se produzca el proceso de digestión o vaciado gástrico. Este fenómeno es habitual en algunos deportista­s amateurs que, lógicament­e, quieren aprovechar el tiempo y suelen comer y luego entrenar alegando que no tienen tiempo para hacerlo de otra manera. Con el proceso digestivo en marcha tras comer no es nada recomendab­le entrenar y menos a alta intensidad, algo que podría producir un corte de digestión o en todo caso, un impediment­o para entrenar por un conflicto en la redistribu­ción de flujo sanguíneo, que intentaría llegar tanto a la musculatur­a como al sistema digestivo.

Otro error relacionad­o con la planificac­ión de las ingestas en bikers es no comer nada al llegar del entrenamie­nto. Esto supone perder la oportunida­d de reponer tus depósitos energético­s con mayor rapidez y con más capacidad. Durante los 30’ posteriore­s al entrenamie­nto nuestro organismo se encuentra más receptivo a la reposición energética, por tanto, es un periodo clave para recuperarn­os de una sesión de ejercicio y estar más preparados para la siguiente, lo que con el paso de las sesiones, nos debería dar un mayor nivel de forma y rendimient­o. Este fenómeno es el conocido como la “ventana metabólica” y que conviene aprovechar especialme­nte tras los entrenamie­ntos más exigentes o las salidas más largas, por ejemplo, que hacemos en los fines de semana.

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