¿Me echas una mano?
Cada vez que lo pienso me ocurren dos cosas: se me parte el corazón y me cabreo muuuuucho. Con el mundo, con los médicos, con la Facultad de Medicina, con los hombres en general y conmigo misma en particular. Y sé que soy injusta, pero por otro lado me quedo corta…
Juana era una mujer fuerte, valiente, luchadora y muy sensible. Además era encantadora, generosa, acogedora… Era mi suegra, y la quería mucho. A Juana le pasó como en aquella estúpida frase “Entre todos la mataron y ella sola se murió”. Juana murió por ser mujer. Punto. Me ha costado mucho llegar a esta conclusión. Me ha costado rabia, dolor e impotencia. A Juana le costaba respirar. Sobre todo cuando se tumbaba. Fue al médico de cabecera tres o cuatro veces y otras tantas a Urgencias. Se sentía mal. Cada vez más cansada… Los médicos le decían “¿Qué tal todo en casa, algún problema? ¿Estás nerviosa por algo? Parece ansiedad”. A nadie se le ocurrió hacer un simple y fácil electrocardiograma. Para cuando llegó a Urgencias la última vez su corazón estaba muy débil, sus pulmones llenos de líquido (por eso le costaba respirar) y la ingresaron esa noche… ¡pero sin un monitor cardiaco al lado! Y esa misma noche tuvo una parada cardiaca y murió, sin que nadie se diese cuenta. Ni siquiera su hijo, mi marido, que pasó la noche con ella… ¿Sabes lo último que dijo? “¿Le podrían traer una manta a mi hijo, que parece que tiene frío?”. Desde entonces la sanidad ha mejorado mucho, pero para nosotras las cosas siguen siendo complicadas solo por ser mujeres. Para evitar todo esto necesitamos más y mejor información. Necesitamos saber más para cuidarnos mejor. Por eso queremos hacer un reportaje muy importante en CLARA sobre el infarto –que en las mujeres tiene otros síntomas que TODAS debemos conocer–. Aquí es donde necesito tu ayuda. Si has tenido un infarto o problema cardiaco (o conoces a una mujer que lo haya tenido), escríbeme y cuéntame tu historia, tus síntomas… Juntas podremos lograr que otras mujeres no corran la misma suerte que Juana. ¿Me echas una mano?