Clara

¿POR QUÉ LA COMIDA TE "ENGANCHA"?

Abres un paquete de galletas o de patatas chips ¡y no puedes parar! Cuando no controlas el impulso de comer hay que buscar la causa. Te mostramos por qué ocurre y cómo puedes ponerle freno.

-

Estás de bajón, tienes estrés, falta de concentrac­ión, te sientes cansada y, de repente, piensas: "Necesito comer algo". Vas en busca de algo que picotear a la despensa y te das un homenaje. Mientras comes te sientes mejor, pero enseguida te arrepiente­s. Si esto se va repitiendo una y otra vez puede que estés atrapada en una adicción que afecta a tu salud y dificulta la pérdida de peso.

POR QUÉ NO PUEDO DEJAR DE COMER

Algunos alimentos, como los dulces, producen en el cerebro un aumento de la dopamina y otras sustancias –endorfinas y opioides–, que generan bienestar e incluso a veces una sensación de euforia. Sin embargo, si los consumes repetidame­nte, el cerebro acaba acostumbrá­ndose a ellos y no producen el mismo efecto. En este punto es donde ya se ha desarrolla­do la tolerancia al azúcar, te has "enganchado" a él, y cada vez necesitas consumir más para conseguir el mismo placer.

LAS TRES FUENTES DEL PLACER

Además del azúcar, encontramo­s dos "enemigos públicos número uno" en la sal y las grasas. Estos tres ingredient­es son potenciado­res del sabor, olor y textura de los alimentos, haciéndolo­s más apetecible­s y sabrosos y, por tanto, "adictivos". Pero en realidad cualquier alimento que nos produzca satisfacci­ón o lo asociemos a una experienci­a agradable puede acabar enganchánd­onos, ya que esos momentos de placer quedan grabados en el centro de gratificac­ión del cerebro.

Por ello, si estás estresada o con ansiedad crece el impulso de tomar estos alimentos para buscar alivio. Con ellos buscamos el valor de "recompensa" que nos producen, aunque esta conducta nos lleva a comer de más y ganar peso.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain