ESTRATEGIAS QUE TE AYUDAN A DESENGANCHARTE
El primer paso es tomar conciencia del problema, analizar qué factores te llevan a comer más e ir eliminándolos progresivamente.
ANALIZA TUS HÁBITOS
¿Cómo? Estas pautas te ayudarán a tomar conciencia de ellos.
Anota lo que comes durante unos días (incluye fines de semana) para saber con qué frecuencia consumes alimentos procesados, ultraprocesados y dulces.
Apunta qué situaciones te llevan a elegir esta comida (los carteles u ofertas del súper, una cena con amigos, pasar cerca de una pizzería o pastelería…).
Escribe qué emoción te impulsa a comer mal ( una discusión, un desengaño, nervios…).
Anota cómo te sientes después de comerla. ¿Te sientes con culpa? ¿Vergüenza?
PONTE OBJETIVOS REALISTAS
Si tu objetivo es dejar los alimentos procesados, márcate pequeños pasos para conseguirlo poco a poco:
Empieza dejando el cruasán o bollo del desayuno del bar y prepara tu desayuno en casa.
Ve reduciendo las visitas a los restaurantes de comida rápida ( hamburguesas, pizzas, pollo frito…). Lo ideal es acabar convirtiéndolo en algo muy ocasional (una vez al mes).
DEJAR EL AZÚCAR PASO A PASO
Del mismo modo, plantéate dejar el azúcar de forma progresiva:
Lo primero, no añadas azúcar a la comida ni tampoco miel, agave, siropes, etc. Reemplázalos por especias: canela, vainilla…
A continuación evita los refrescos, zumos azucarados y alcohol.
Luego evita productos con azúcares ocultos y edulcorantes. Mira los ingredientes en la etiqueta. Si el azúcar está entre los tres primeros es que tiene mucho.
No abuses de harinas, arroces o pastas refinadas y opta siempre por las versiones integrales.
ANTICÍPATE
Planifica las comidas y haz una compra semanal. Esto te ayudará a organizar lo que vas a comer y tener a mano alimentos saludables, que te saquen de un apuro en momentos de crisis.