Escribe a CLARA
ÚltimamenteÚltimamente me ha dado por pensar en el concepto carga mental femenina. El otro día, cuando volvía a casa, re-cordé re-cordé que al día siguiente era mi cumpleaños y que, si quería una pequeña celebración, tendría que avisar a mi marido de ello. ¡ Vaya! A veces siento que no puedo pa-rar pa-rar de pensar en las cosas que hay que hacer y que mis dos manos no son suficientes. Lo he hablado con alguna amiga, y coincidimos: nosotras nos encargamos más de las tareas de casa. Somos previ-soras, previ-soras, organizadas, vemos cosas que ellos — generalizando— no ven. Y si queremos contar con su “colaboración”, hay que avisarles, recordarles, sugerirles. Pero co-mo co-mo bien dice Jennifer Lopez, no somos sus madres… ni aspiramos a serlo. Tenemos derecho a poder delegar en nuestros compañeros las tareas que nos atañen a ambos. Ahora bien: ¿ tenemos derecho a exigir para nosotras el nivel mí-nimo mí-nimo de compromiso que tienen ellos o deberíamos exigirles nuestro nuestro altísimo nivel de responsabilidad? responsabilidad? No tengo respuesta, pero mientras él llegue a casa del trabajo trabajo y se estire en el sofá para ver su serie favorita, yo haré lo mismo. Y que el detergente se quede sin comprar, los platos sin fregar y la ropa sin planchar… ¡ pero a Netflix pongo por testigo que nunca volveré volveré a dejar una serie sin terminar!