¿RESPIRO BIEN?
Segunda fase: “Reaprender” a respirar bien
Para corregir lo que hacía mal, Carlos me enseñó una técnica que él denomina “Saborea la inhalación”. • En qué consiste. Hay que tratar de soltar el cuerpo y colocar una mano en el pecho y la otra en la zona lumbar con el dedo gordo apoyado en la cintura. Así es posible notar cómo se expande el tronco durante la inhalación. A partir de ahí, comienzas a inhalar por la nariz lenta, profunda y conscientemente, disfrutando de cada entrada de aire y dejando salir una sensación de desahogo en cada exhalación. Bastaron unos minutos para disfrutar de un efecto relajante muy placentero. • Importante: debes ser constante. Para interiorizar la técnica, el único secreto es repetir, repetir y repetir. “Es una cuestión de práctica y de hábito. Si practicas varias veces al día –cuantas más, mejor– poco a poco irás viendo cómo la forma natural de respirar va desplazando a la artificial y problemática”, me indicó el experto. En realidad, es como cuando haces deporte. Primero aprendes la técnica y luego se trata de ir repitiendo los ejercicios con regularidad.
• A las mujeres nos interesa especialmente. Como explica el experto, una buena biomecánica respiratoria, además de los beneficios que explicábamos al principio como evitar los ronquidos, acaba con el insomnio, mejora las digestiones, “acelera el metabolismo… Además, cuando el diafragma desciende adecuadamente, se activa y tonifica el suelo pélvico, uno de los puntos débiles de la mujer conforme va pasando el tiempo”.
• Además, envejeceremos mejor. A partir de los 30 años, los pulmones comienzan un proceso de envejecimiento natural que hace que pierdan tejido elástico de forma progresiva y se vaya reduciendo su capacidad. La buena noticia es que, como explica el doctor José María Echave-Sustaeta, jefe de Servicio de Neumología del Hospital La Luz, podemos combatir estos efectos con entrenamiento: “Los pulmones se comportan de forma muy parecida a un grupo muscular. El aparato respiratorio necesita entrenamiento para realizar una vida completa sin limitaciones y prevenir el envejecimiento”.
• Conclusión: ¡a entrenar! Destiné los primeros y los últimos minutos del día a practicar este método y enseguida noté que lo estaba mecanizando. Había llegado el momento de pasar a la siguiente fase.