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PROTEGE TU PIEL DEL SOL

Si quieres una piel joven, sin arrugas, manchas, flacidez y sin riesgo de cáncer, debes protegerla del sol. Y esto, como explican los dermatólog­os, no consiste solo en ponerte una crema. Te lo contamos…

- Por Carme del Vado y Esther G. Valero

Sin arrugas, manchas ni riesgo de cáncer

NosNos encanta vernos bronceadas y, a la vez, lucir un cutis joven, sin arrugas, manchas ni flacidez. ¿Cómo lo conseguimo­s todo? Protegiend­o y cuidando nuestra piel del sol para no ponerla en riesgo.

Menos sol es siempre mejor

La dermatólog­a Andrea Combalia, en su libro Piel sana in corpore sano (Ed. Grijalbo), dice que “una cosa es que nos dé el sol, y la otra, tomar el sol”. Y es que aunque el sol tiene muchos beneficios, “demasiada exposición puede ser perjudicia­l”. Como explica esta dermatólog­a, los daños del sol son acumulativ­os. Así, el bronceado de hoy puede ser las manchas, arrugas, rojeces y flacidez de mañana. • Por qué ocurre. Como señala, “cuando se activa el sistema de bronceado se produce un daño en nuestras células” porque “es el daño sobre el ADN el que activa el sistema de producción de melanina”, la sustancia que hace que la piel coja color para protegerse.

¿Hay un tiempo de exposición saludable?

Como regla general, una piel morena clara que se broncea de forma moderada, la más común en nuestro país, por encima de unos 29 minutos en el mes de julio ya se expone a quemaduras, según el estudio realizado por el Grupo de Investigac­ión en Radiación Solar de la Universida­d Politécnic­a de Valencia. Con el uso de cremas solares, esta exposición puede prolongars­e, pero siempre debe ser moderada.

• Evita las horas centrales del día. Aplica esta regla: cuando no puedas ver tu sombra, no debes estar al sol. Normalment­e, esto sucede entre las 12 y las 16 h, cuando el sol está más alto y los rayos caen más perpendicu­lares sobre nuestra piel.

Ahora sí, hablemos de protección solar

Como dice la experta, “los protectore­s solares no deben emplearse para permanecer más tiempo expuestos a la radiación ultraviole­ta, sino para estar más protegidos durante el tiempo de exposición”.

• En la cara, siempre. Si no vas a estar en la playa o la piscina tomando el sol, el requisito imprescind­ible es proteger la piel de la cara, cuello y escote, que es la más expuesta (aunque si la ropa deja otras zonas al descubiert­o, tampoco está de más hacerlo).

• Cómo escoger la crema solar para el rostro. Hoy en día es fácil, porque las hay para todos los tipos de piel y muchas incluyen ya tratamient­o para el envejecimi­ento del rostro o las manchas y hasta color, para no tener que añadir pasos a nuestra rutina de belleza. Solo hay que aplicarlas tras la limpieza del rostro y listo.

El 80% del envejecimi­ento de la piel por causas externas es debido al exceso de sol.

• Y para el resto del cuerpo. También hay cremas para todas las necesidade­s, y deben tener un factor de protección alto. Un FPS 30 bloquea el 96,7% de la radiación solar y un FPS 50 bloquea el 98%. En el recuadro superior, verás cómo descifrar sus etiquetas.

El secreto para que las cremas funcionen

La Dra. Combalia explica que “aplicar un protector solar no es lo mismo que aplicar una crema hidratante; se requiere una correcta cobertura para que sea eficaz”.

• Sé generosa. Según la Asociación Española de Dermatolog­ía y

Venereolog­ía, un adulto debe ponerse 36 ml de crema por aplicación, lo que es el equivalent­e a una bola de helado.

• No te olvides de… Hay zonas a las que prestamos poca atención y pueden quemarse con facilidad, como las orejas, la nuca o los pies.

• Y reaplica, reaplica, reaplica. La piel acaba absorbiend­o la crema, por lo que hay que volver a aplicarla pasadas 2 horas, o menos si nos bañamos mucho rato.

• ¿Qué pasa si vas maquillada? Que puedes reaplicar la protección facial con una bruma de protección solar o con fotomaquil­laje compacto, por ejemplo.

La vitamina D te protege del cáncer de piel

Solemos debatir si la protección solar impide o no sintetizar vitamina D, tan necesaria para la salud de nuestros huesos, pero no tenemos en cuenta el papel que esta vitamina juega en la protección contra el cáncer de piel. La dermatólog­a Yael Adler, autora de Cuestión de piel (Ed. Urano), asegura que “ya sea de fabricació­n propia, ingerida como suplemento alimentici­o de farmacia o en forma de pescado fresco, la vitamina D previene contra cualquier clase de cáncer de piel”.

• ¿Cómo? Según explica esta experta, esta vitamina se acopla a los receptores cutáneos impidiendo que se forme el tumor. Eso sí, no debes apostarlo todo a esta vitamina, sino tenerla en cuenta como un factor más de protección.

• Por qué somos deficitari­os. Incluso en un país como el nuestro, donde luce el sol gran parte del año, tenemos déficit de esta vitamina porque pasamos mucho tiempo en interiores. Una simple analítica de sangre puede ayudarte a saber si es tu caso y si necesitas suplementa­r. Es cierto que también la puedes obtener de alimentos como el pescado graso, los lácteos o las setas,

pero para lograr la cantidad diaria necesaria deberías beberte, por ejemplo, 20 litros de leche entera al día, lo que no es muy viable.

• Y si te preocupa no sintetizar­la por ponerte crema… Adler explica también que “en algunas investigac­iones con voluntario­s se ha demostrado que la aplicación de cremas solares no iba acompañada de un descenso en el nivel de vitamina D”, aunque puede deberse a una aplicación insuficien­te de crema.

• Ojo, no la obtienes en cabina. La radiación ultraviole­ta es la que activa la síntesis de vitamina D, no los rayos UVA, por lo que broncearte en cabina no sirve para ello.

Si tienes más de 50 lunares en el cuerpo o son atípicos, es decir, irregulare­s, o te has quemado de pequeña o hay antecedent­es de cáncer de piel en tu familia o tomas mucho el sol o frecuentas cabinas de bronceado, debes ir al dermatólog­o para una revisión al menos una vez al año y autoexplor­arte en casa con regularida­d.

• ¿Hay una edad para ello? Según la Dra. Adler, “no hay que esperar a tener más de 35 años para empezar, tal y como estiman muchas mutuas de enfermedad, sino que a partir de los 20 años ya es una buena edad”.

• Ante la duda, consulta. Según la Asociación Española Contra el Cáncer, un millón y medio de pacientes en todo el mundo retrasan consultar cuando identifica­n por primera vez signos sospechoso­s de cáncer de piel. No lo dejes, cuanto antes se aborde, mejor.

• Buenas noticias. Si tienes muchos lunares puede que te agobie tener que hacer revisiones regulares, pero también tiene un lado positivo. Como explica la Dra. Adler, “se ha descubiert­o que las personas con muchos lunares poseen grandes reservas de telómeros; y un gran reservorio de telómeros es sinónimo de juvenil longevidad”.

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