Por qué gusta tanto criticar
Psicólogo, escritor, divulgador.
He hablado muchas veces de la crítica, de lo inevitable de criticar y ser criticados. Está en nuestra naturaleza corregir al otro, creer que lo hacemos mejor. Como todos somos así, en mayor o menor medida, también seremos criticados.
Te criticarán y criticarás: es normal y hay que aceptarlo
Siempre he apostado por la aceptación radical e incondicional de uno mismo y de los demás, por eso, cuanto antes aceptemos y asumamos el ejercicio de rajar y ser rajados como algo normal en la naturaleza, menos problemas.
El otro día estaba en consulta con una paciente precisamente hablando de esto. A ella le dolían muchísimo las críticas, lo vivía como algo muy personal, muy injusto y desproporcionado. Se había vuelto demasiado sensible, escuchaba a los demás con demasiada atención y seriedad. Se le había olvidado que eran opiniones, no juicios, y que en todo caso, ¿qué más daba?
Nadie es ni será perfecto, así que ¿qué más da?
Yo le recordé que nadie es ni será perfecto. Ella lo entendía, asentía, y se quedó pensando unos minutos, callada, como si todas esas ideas estuvieran formando una estructura nueva en su cabeza. Al poco, me miró y me preguntó “pero Rafael, si las críticas no ayudan, ¿por qué hay personas que disfrutan haciéndolas?, ¿por qué nos gusta señalar tanto a los demás?”. Se la veía tremendamente preocupada, necesitada de una respuesta, para no vivir como un capricho de otro lo que a ella le dolía tanto.
Tenía demasiada dependencia de la aprobación de los demás. Mi respuesta fue “porque somos burros”. No hay otra explicación, hay gente a la que le gusta la sensación de ser mejor, de ser más lista, más fuerte o más guapa, o tener más ética o ser más popular… a costa de diferenciarse de manera tan ridícula de los demás. ¡Al cuerno con esos valores!
No es lo mismo una crítica que pasarse la vida criticando
A la gente a la que le gusta criticar es porque no ha encontrado otra conversación más interesante.