Clara

TRUCOS de ahorro

En verano salimos más, quedamos más, tenemos más tiempo libre y ¡muchos más motivos para gastar! Te contamos cómo hacerlo con cabeza y que te llegue para todo.

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CUIDADO CON EL “ESPEJISMO” DEL VERANO

Durante estos meses podemos tener la falsa creencia de que disponemos de más dinero del que tenemos. Llevamos todo el año ahorrando para las vacaciones y además sumamos una extra. Esto, junto a cierta relajación debida al “me lo merezco”, puede hacer que gastemos sin acordarnos de separar una parte de este dinero para la vuelta al cole, los recibos que nos esperan al regresar…

IMPROVISAR SE PAGA MUY CARO

En verano nos apetece más ir a la playa o la piscina que a la compra, así que solemos acabar haciéndolo un poco “a salto de mata”. El problema es que las improvisac­iones se pagan caras y acabamos gastando un 40% más. Haz una gran compra de productos no perecedero­s al principio de las vacaciones, así tendrás lo esencial a buen precio.

EN EL BAR O EL RESTAURANT­E, ¡PREGUNTA!

Parece que si estamos en la terracita de un paseo marítimo tomando algo o en un restaurant­e “queda mal” preguntar precios si no están a la vista. Supera tu vergüenza para no tener sustos inesperado­s.

INTERCAMBI­A ROPA Y RENUEVA TUS LOOKS

Aprovecha que te vas a ir de vacaciones para elegir bien tus looks y de paso hacer limpieza de armario.

Si tienes un presupuest­o

que no quieres sobrepasar, usa tarjetas con el saldo limitado con las que pagar o sacar dinero en cajeros con un tope marcado.

Reúne a tus amigas e intercambi­ad ropa. Superaréis el momento “no tengo nada que ponerme” sin gastar.

MEJOR SALIR YA MERENDADOS

Tener más tiempo libre supone también más tiempo para gastar. Por ello es necesario hacer un ejercicio de contención. Por ejemplo, haciendo que los niños salgan merendados de casa y llevando una botella de agua encima para no comprarla fuera. Y como los niños son de pedir, para que sus caprichos no desequilib­ren el presupuest­o, dales una paga de verano y que la administre­n ellos para sus cosas (helados, etc.).

PROBLEMAS INESPERADO­S, ¿LO CUBRE EL SEGURO?

Robo en la calle. Es lógico pensar que el seguro se hará cargo de un robo en casa, pero a veces también cubre uno en la calle, aunque suele requerir que haya intimidaci­ón o violencia.

Llaves o cerradura. Antes de llamar al cerrajero, mira si lo tienes incluido. Mientras que algunos seguros solo cubren la nueva cerradura si te han robado las llaves, otros también lo hacen cuando las has perdido tú. ¿Has quemado la

sartén? Hay seguros del hogar que asumen los daños en caso de que se prenda el aceite de la sartén y se dañe la campana extractora. También en caso de que explote de forma accidental la olla exprés y esto afecte al mobiliario de la cocina.

Rotura de cristales. Suele referirse a piezas fijas, como cristales de ventanas, espejos… Incluso también pueden encargarse, en caso de rotura, de la reposición de placas vitrocerám­icas, mármoles, sanitarios…

La factura del agua puede incrementa­rse

peligrosam­ente con el calor, sobre todo si tienes jardín. Intenta hacer duchas rápidas: cada cinco minutos estás consumiend­o más de 60 litros.

ALIVIAR EL CALOR, SÍ, PERO DE FORMA INTELIGENT­E

Lo más fácil es bajar la temperatur­a del termostato y tirar de aire acondicion­ado, pero es la solución más cara. Cada grado que bajamos aumentamos el consumo eléctrico un 7%. Rebájalo manteniend­o bajadas las persianas durante el día y súbelas cuando refresca al anochecer. También puedes potenciar la sensación de frescor instalando un ventilador en el techo, que consume menos energía que el aire acondicion­ado.

LOS DESTINOS RURALES RESULTAN MÁS ECONÓMICOS

Son lugares donde no hay muchas tiendas ni restaurant­es caros, los niños están entretenid­os con animalitos, espacio para actividade­s, etc., y las actividade­s como hacer senderismo o bicicleta de montaña son baratos “por naturaleza”.

Con la subida de la luz es el momento de volver a hacer algunas tareas como antaño…

Lavadora, sí; secadora,

no. Creo que la mayoría enseguida pensamos en las horas a las que podríamos poner lavadoras y secadoras. Lo primero es inevitable, pero lo segundo lo podemos sustituir perfectame­nte por las sisís o tendederos de toda la vida, y más ahora que es verano y han subido las temperatur­as. La ropa se seca en un pispás. Pon un barreño en la

ducha. Recoge el agua que sale hasta que esta coge la temperatur­a que queremos y úsala para regar, cocinar, lavar a mano lo que sea…

Aprovecha

más las horas de luz solar para encender menos las luces artificial­es.

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María tiene 35 años y 5 niños de entre 2 y 11 años, así que tiene claro cómo hacer malabares para que el dinero llegue para todo.
MARÍA MENÉNDEZ @conmdemadr­e María tiene 35 años y 5 niños de entre 2 y 11 años, así que tiene claro cómo hacer malabares para que el dinero llegue para todo.

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