PAREDES QUE RESPIRAN
El baño suele ser la estancia más húmeda de la casa. Una ventilación eficiente es clave para evitar que se concentre el vapor de agua, se produzcan condensaciones, aparezcan humedades y proliferen mohos. Abrir la ventana después de la ducha matinal ayuda a que se regule la humedad del interior. Si no hay ventana, un buen extractor es imprescindible. Pero no es sufiente: conseguir un aire más sano también depende de los acabados de las paredes. Opta por los materiales con propiedades higroscópicas, es decir, que sean capaces de regular la humedad ambiental, como el mortero de arcilla, el mortero de cal y las pinturas naturales. Así las paredes pueden respirar.