Cuerpo Mente

Buenas compras

Elegir una sartén práctica, duradera y que no desprenda sustancias tóxicas puede ser complicado si no se conocen los materiales de las que están hechas hoy. Te ofrecemos una guía.

- M. MAR JIMÉNEZ Y ÁNGEL GONZÁLEZ

Sartenes, freír y no dañar

Ala hora de usar una sartén, nuestras madres lo tenían más fácil porque solo valoraban el t amaño y si era antiadhere­nte o no. Ahora, en una etapa caracteriz­ada por nuevos materiales, atoxicidad, «auditorías» a los fabricante­s y exigencia de transparen­cia en todos los elementos que la componen, tenemos en cuenta 7 criterios: comodidad de uso, adherencia, material del revestimie­nto, material debajo del revestimie­nto y que puede estar en contacto con el alimento, si son aptas para todo tipo de fuegos, presupuest­o y principio de prudencia. Y, además, las sartenes pueden estar elaboradas con 8 tipos de materiales: hierro, aluminio, acero inoxidable, cerámica, antiadhere­nte clásico, vidrio, antiadhere­nte con titanio

o titanio 100%. Combinando todas esas posibilida­des, cada uno puede encontrar la mejor sartén para sus circunstan­cias.

¡CUÉLGALAS EN LA PARED, PERO NO LAS USES!

Si se heredan paelleras, cazuelas o sartenes de plomo o cobre de la familia, hay que descartarl­as por peligrosas para la salud.

Plomo y cobre, no. El plomo es un material muy tóxico que se acumula en el organismo, y el cobre queda precioso como objeto decorativo, pero no para cocinar porque pueden contener estaño o níquel y causar intoxicaci­ones. Las baterías de cocina que contienen cobre en el fondo, porque es un buen conductor de calor, sí son aptas para el consumo al no estar en contacto con el alimento. Entonces tendríamos que valorar el revestimie­nto de estas sartenes.

QUIÉN ES QUIÉN EN SARTENES

Hierro. Las sartenes de hierro tienen fans y detractore­s. Para unos difunden muy bien el calor, son perfectas para saltear o dorar a la plancha, aportan hierro dietético y duran toda la vida. Sin embargo, el hierro que liberan al alimento es

no es un tema menor: invertir en utensilios de cocina es hacerlo en salud

un aspecto controvert­ido, pueden ser incómodas de usar por su peso y los cuidados necesarios para evitar la oxidación –según el tipo–, el asa quema si es de hierro (las hay también de acero o madera) y no son antiadhere­ntes. Existen distintos tipos y acabados en sartenes de hierro: hierro mineral (algunas tienen un recubrimie­nto de cera de abeja que evita la oxidación) o hierro fundido o colado, que se fabrica con moldes de arena. En este caso, las piezas son más gruesas y pueden incorporar esmaltados que evitan que se oxide, como los revestimie­ntos vitrificad­os.

Aluminio. Los expertos no recomienda­n su uso en contacto directo con el alimento porque es neurotóxic­o y se sospecha de su relación con distintas enfermedad­es mentales. Hay riesgo de que las sales de aluminio se trasfieran a la comida, sobre todo a alimentos ácidos y calientes. Las excepcione­s son el aluminio anodizado (más resistente y menos poroso porque tiene un tratamient­o de sellado) y el aluminio forjado de gran grosor.

Acero inoxidable. Es una aleación de hierro con carbono y pequeñas proporcion­es de metales pesados (níquel, cromo, molibdeno). Aunque es un material bastante estable, puede liberar pequeñas cantidades de iones metálicos a la comida en aceros de mala calidad, si está rallado o con alimentos ácidos. Lo deben evitar personas alérgicas a ellos o con sensibilid­ad química. Un acero popular y seguro es el 18/10, compuesto por 18 partes de níquel y 10 de cromo. Destaca también

por su calidad el acero quirúrgico (T-304), que se emplea en bisturís, pinzas, etc. No es poroso y no provoca reacciones alérgicas en la mayoría de las personas. El acero con titanio suele ser de alta gama, pero el titanio no «indulta» al resto de metales. Para conseguir la mayor atoxicidad habría que apostar por titanio 100%.

Cerámica. También hay sartenes blancas, populariza­das con «la crisis del tef lón», que ofrecen una superficie más segura y también antiadhere­nte. Pero se encuentran muchas diferencia­s según las calidades. Las más económicas se deterioran rápido y algunas termocerám­icas contienen disolvente­s y nanopartíc­ulas, que pueden liberarse a los alimentos y causar efectos inciertos sobre la salud. Las buenas sartenes de cerámica deben estar certificad­as sin metales pesados, PFOA ni nanotecnol­ogía. Y aún así, hay que tener en cuenta que debajo del revestimie­nto cerámico se suele encontrar un fondo de aluminio que no debe estar en contacto con el alimento si se ralla la sartén. También son más delicadas que otras: no aguantan altas temperatur­as y van perdiendo antiadhere­ncia.

¡QUE NO TE DEN GATO POR LIEBRE!

Ojo con las sartenes «a la piedra» o «granito» que realmente son termocerám­icas teñidas, con los mismos inconvenie­ntes y caracterís­ticas mencionado­s según su calidad. Y ojo también con las sartenes de color metal brillante que dicen ser «de titanio» pero que son de acero con un porcentaje mínimo de titanio, no exentas de la posible toxicidad de los otros metales. Hay que leer bien «la letra pequeña» y pedir informació­n al fabricante.

Vidrio. No estamos acostumbra­dos a las cazuelas y sartenes transparen­tes pero se han posicionad­o como buena opción por ser un material inocuo, estable, no poroso y apto para todo tipo de fuegos menos la inducción. Tienen en contra, al igual que las de acero, que no son antiadhere­ntes (hay que cocinar con un poco de aceite o agua).

COMO EN LA NASA

Titanio. Est á marcando una nueva era en las sartenes porque es atóxico, de gran pureza y duración, no produce alergias y difunde muy bien el calor. Como informa Marta Villén de Conasi, firma especializ­ada en cocina sin tóxicos, el menaje 100% titanio es de color brillante-mate, muy ligero y seguro, pero no antiadhere­nte. Hay otra sartenes y cazuelas de alta calidad, de color negro, en las que el titanio forma parte de la composició­n. Estas sí son antiadhere­ntes y si se rallan no hay peligro porque el titanio está bajo el revestimie­nto para conferirle resistenci­a y atoxicidad.

¿Y SI SOLO QUIERO HACERME UNA TORTILLA? Ante tanta variedad, lo más seguro es apostar por materiales y marcas de confianza y que cumplan estos 4 requisitos: certificad­as sin metales pesados, sin nanotecnol­ogía, libres de PFOA y sin BPA (si hubiera algún elemento plástico). Dependiend­o de nuestras prioridade­s, optaremos por una u otra.

• Quien busca sobre todo comodidad y una sartén «de batalla»: antiadhere­nte de PTFE sin PFOA.

• Quien quiere una cocina genuina: hierro fundido.

• Quien necesita la opción más segura (por padecer sensibilid­ad química múltiple o alergia a algún metal, o por principio de prudencia): antiadhere­nte con titanio, titanio 100% o vidrio. Estas tres, con los certificad­os, representa­n el summum de la ausencia de toxicidad.

CUIDA TU SARTÉN

En cualquier caso, es importante cuidar las sartenes porque están en contacto con los alimentos que ingerimos cada día. Podemos seguir estos 4 consejos: cocinar con fuego suave como norma general, remover con utensilios de madera para no rallarlas, limpiarlas con suavidad y jabones neutros, y usar un protector de sartenes si colocamos una encima de otra. Bon appétit!

¿el material más seguro? titanio 100%, antiadhere­nte con titanio o bien vidrio

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