Cuerpo Mente

GOLPE DECALOR PREVENIRLO YTRATARLO

El cuerpo nos avisa cuando el calor está alterando su funcionami­ento. Pero a veces no somos consciente­s de ello o no sabemos interpreta­r las señales que envía.

- DR. JOSEP LLUÍS BERDONCES

Cada año, en verano, se repite la misma noticia: una persona expuesta al sol fallece por exceso de calor. De hecho, entre 20 y 40 personas mueren así cada año. Y eso es solo una parte del problema.

Mayor mortalidad. La canícula de verano descompens­a a muchos pacientes con enfermedad­es renales, hepáticas, respirator­ias o cardíacas,

o simplement­e ancianas, y su salud se ve comprometi­da. La ola de calor de 2003 en España, por ejemplo, se estima que causó un exceso de mortalidad de 6.500 personas.

EL CUERPO AL LÍMITE

Falla la disipación. El golpe de calor ocurre cuando nos exponemos excesivame­nte al calor y el cuerpo se ve incapaz de disiparlo. En esos casos, debemos acudir inmediatam­ente al hospital o llamar al servicio de urgencias. Pero antes de que se produzca hay síntomas (véase el recuadro de la derecha) que nos avisan de esta situación tan peligrosa. Órganos en peligro. El golpe de c a lor no s olo puede producir l a muerte, sino que puede lesionar órganos vitales, especialme­nte el cerebro. Esto es debido a que, en el

golpe de calor, se produce un edema o retención de líquido que, en exceso, puede tener graves consecuenc­ias orgánicas.

CAUSAS HABITUALES

Calor excesivo. La causa principal, desde luego, es el aumento de la temperatur­a ambiente. Según un estudio publicado por ISGlobal, un grado más de la temperatur­a máxima incrementa la mortalidad un 3,3%.

Humedad. La humedad ambiente también inf luye, y mucho, porque a mayor humedad mayor dificultad tiene el cuerpo para transpirar y sudar evaporando el calor sobrante.

Ejercicio. Si se combina la exposición al calor con el ejercicio, aún producimos más calorías dentro del organismo y agravamos el problema.

Deshidrata­ción. Reduce la capacidad de transpirac­ión del organismo; si no hay líquido suficiente sencillame­nte no se puede sudar. Alcohol. Algún loco piensa que tomando una copita mejorará el problema y es exactament­e lo contrario: ni alcohol ni bebidas azucaradas son aconsejabl­es en este caso.

Población en riesgo. Los niños y las personas mayores tienen una capacidad de refrescar el cuerpo más limitada; de hecho, los ancianos pueden no tener calor y estar deshidratá­ndose. Por eso conviene tener especial cuidado con estos dos colectivos.

Medicacion­es. Fármacos como los betabloque­antes (para la hipertensi­ón), diuréticos, antialérgi­cos, medicament­os psiquiátri­cos y, desde luego, drogas ilegales como las anfetamina­s o la cocaína pueden agravar o inducir un golpe de calor.

Obesidad. La grasa es, en realidad, una protección frente al frío, y su exceso reduce la capacidad de refresco del organismo y facilita por tanto los golpes de calor.

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