Terapias naturales
La musicoterapia es un camino de acompañamiento hacia la salud y el bienestar. Escuchar, crear o interpretar una pieza musical en un marco terapéutico permite abordar necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales para sanarlas y mejorarlas.
Musicoterapia
La naturaleza nos marca ritmos, estaciones, mareas… Nos ofrece los sonidos del viento, los cantos de los pájaros, el agua discurriendo, el silencio, el latir del corazón, los pies marchando acompasados, el balanceo de los brazos, la amplitud de la inspiración y espiración… ¡Somos músicos por biología! Vibraciones. El universo está en movimiento, es vibración. Pitágoras decía que la armonía entre los diferentes elementos, el hombre y el universo se daba por leyes matemáticas que estaban relacionadas con la música, que es vibración. Un cuerpo sano debería estar en relación y armonía con las esferas, con la naturaleza.
En evolución. La música forma parte de la historia de la humanidad. El uso, significado y poder que se le ha
otorgado ha variado con el tiempo y la propia evolución de la cultura y el ser humano.
Un gran vínculo. Cuando el rey Saúl se veía aquejado por dolor y malos espíritus, el arpa de David y el vínculo establecido entre ellos aliviaban su sufrimiento. Y para Platón, el movimiento del balanceo y una melodía que encante a las madres facilitan el reposo y el sueño de sus hijos desde que la humanidad ha nacido.
LA EXPERIENCIA MUSICAL Orden y belleza . La música es multidimensional, afecta a todos los ámbitos del ser; es universal y f lexible, expresa los estados de ánimo y se adapta a las condiciones y capacidades de cada persona. La experiencia musical facilita una mayor integración en la vida, ofrece una vivencia estructurada, de segu
ridad, orden interno y orientación al exterior, sin olvidar la estética, la belleza, que nos invita a disfrutar, participar e implicarnos en una experiencia terapéutica.
En qué consiste. Según la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT), este tipo de atención une a un profesional cualificado con los elementos musicales y los pone al servicio de las personas, grupos, familias o comunidades para mejorar su bienestar y salud f ísica, social, comunicativa, emocional, intelectual y espiritual. Nos acercamos a su entorno –médico, educativo o cotidiano– trabajando en equipo, en red, desde las asociaciones, federaciones, sociedades científicas… Base científica y difusión. Cada vez hay más evidencias científicas que avalan l a musicoterapia. La efectividad y rigurosidad de la investigación, práctica clínica y educación están basadas en estándares profesionales según los contextos culturales, sociales y políticos. Esto ha permitido, por ejemplo, que la musicoterapia se haya incorporado a la Sociedad de Oncología Integrativa y sea usada por la medicina complementaria y alternativa, y que se prescriba como tratamiento coadyuvante o en primera línea de intervención en algunos contextos y países. Y seguimos avanzando.
PRÁCTICA TERAPÉUTICA
Es eficaz. Las investigaciones muestran que la música en directo es más efectiva que la grabada, que la música preferida del paciente tiene un efecto mayor, que los niños y adolescentes responden mejor que los adultos, y que ante la presencia de dolor la musicoterapia es efectiva.
Observación y evaluación. Como todo proceso terapéutico, se parte de una observación y evaluación inicial, se definen unos objetivos (lúdicos, educacionales, sociales o terapéuticos), una práctica (tipo y número de sesiones, horario, duración y materiales) y una evaluación final.
Acoger sin juzgar. Trabajamos con el máximo respeto y compasión hacia la persona que confía en nosotros. Para ello, el vínculo y el marco de intervención deben ser seguros y cómodos. Deben facilitar el encuentro, el ajuste a la persona o grupo y su necesidad. Acogemos sin juzgar.
Modelos de intervención. Existen cinco modelos reconocidos internacionalmente por la WFMT: conductista, analítico, Nordoff-Robbins, Benenzon y BMGIM. Cada uno con su base teórica o filosófica, una población a la que se dirige mayo
ritariamente, unos instrumentos y un acercarse musical. Requieren formación específica. En el ámbito sanitario, el modelo Nordoff-Robbins va generalizándose. Según las necesidades de la intervención, el terapeuta mezcla también diferentes modelos en su práctica clínica.
Medios musicales. La voz, el cuerpo y los instrumentos acústicos generan unas frecuencias y armónicos que inciden directamente en el campo físico y energético de la persona, pero no se descartan instrumentos electrónicos y aplicaciones móviles que faciliten el acceso y la inclusión de muchas personas.
Así puede ser una sesión. Se empieza con una canción de bienvenida para orientar en la realidad, para encontrarnos con la persona desde el ser y crear un marco de seguridad.En la parte central, se usan diferentes técnicas (cantar, tocar, improvisar, movimiento, componer o analizar letras de canciones), para acompañar a las personas en sus necesidades, según su potencialidad, ánimo y salud, identidad sonora, percepción musical y creatividad. Y terminamos con una canción o ritual de despedida.
Seguimiento. Podemos evaluar su efectividad y la evolución de cada persona. Se puede constatar que ha sido una experiencia significativa, que ha habido una producción musical o se pueden recoger datos fisiológicos, autoregistros y tests.
Musicoterapia y vida. Como dijo el músico y profesor Johnatan Goldman, « podemos t r a nsfor mar el mundo con nuestro amor, luz y sonido». Cuando la persona conecta con su esencia a través de la música, se reconoce y es ella misma. La vida se vuelve y abre hacia ella, en toda su pureza, armonía, belleza, amor… Sin límites.