Planeta
Los jóvenes españoles se apuntan al movimiento mundial Fridays For Future, iniciado por Greta Thunberg. Exigen que empecemos a luchar de verdad contra la emergencia climática. Hablamos con ellos.
No hay planeta B
Mi nombre es Greta Thunberg. Tengo 15 a ños. Soy de Suecia. Hablo en nombre de Climate Justice Now [una coalición de ONG activistas climáticas]. Mucha gente dice que Suecia es solo un país pequeño y que no importa lo que hagamos. Pero he aprendido que nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia. Y si unos pocos niños y niñas podemos acaparar los titulares de todo el mundo solo por faltar al colegio, imagínense lo que podríamos conseguir todos juntos si de verdad quisiéramos». Miedo a la verdad. Esa fue la imagen: una niña de 15 años, con trenzas, frente a los representantes de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (Polonia, diciembre de 2018). Pero su aparente fragilidad se desvaneció en unos segundos, cuando Greta empezó a decir verdades incómodas: «Ustedes solo hablan del eterno crecimiento económico verde porque tienen demasiado miedo a ser impopulares. Solo hablan de seguir adelante con las mismas malas ideas que nos han llevado a esta situación desastrosa [el cambio climático]. No son lo suficientemente maduros para explicar las cosas como son. Incluso esa carga nos la dejan a nosotros, los niños». ¿Quién es Greta? En poco tiempo, su discurso descarnado y sincero (asegura que ser una niña con el síndrome de Asperger le ayuda a ver la gravedad del problema y a no ser condescendiente) se hace viral y todos se preguntan: «¿Quién es Greta Thunberg?». Greta es una adolescente que, llena de tristeza y rabia al ver los bosques suecos arder por una ola de calor en el verano de 2018, decidió rebelarse y protestar con una pancarta donde podía leerse «Huelga escolar por el clima».
Huelga escolar. Se plantó sola frente a la sede del Parlamento sueco y explicó que no volvería al colegio hasta pasadas las elecciones generales de su país (celebradas el 9 de septiembre de 2018) para que los políticos suecos fueran conscientes de la emergencia climática.
EL PLANETA SE CALIENTA Sin vuelta atrás. El último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) deja claro que el aumento de la temperatura global no debe superar los 1,5 °C si no queremos llegar a un punto de no retorno y que hay que reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Aceleración. La temperatura no solo ha subido ya 1 °C desde la era preindustrial, sino que además el r itmo de incremento se acelera. Pero las medidas implementadas son lentas cuando no inexistentes.
Alzando la voz. La sorpresa es que la protesta de Greta se ha extendido como la pólvora y ha dado inicio al movimiento Juventud por el Clima. Resultado: dos huelgas globales de jóvenes estudiantes en más de 125 países (el 15 de marzo y el 24 de mayo de 2019) con lemas como «No hay planeta B». También protestan cada viernes frente a las sedes gubernamentales de miles de ciudades del mundo. Son los Fridays For Future (Viernes por el futuro). Les estamos robando el futuro a los niños y jóvenes, y ellos han decidido hacer escuchar su voz.
FRIDAYS FOR FUTURE EN ESPAÑA
Hablamos con algunos de los jóvenes españoles que están organizando las protestas, conscientes de que esta lucha les afecta directamente.
La generación del futuro. ¿Qué están pidiendo con las manifestaciones de los viernes? «Somos la voz que grita por la vida» –explica Aitor Urruticoechea (19 años, estudiante de Ingeniería Aeroespacial), de Fridays For Future Barcelona–. «Somos las generaciones del futuro y no queremos verlo desaparecer ante nuestros ojos. Pedimos una lucha real contra el cambio climático, con unos primeros pasos muy claros: declarar y reconocer la situación de emergencia climática en la que nos encontramos».
Leyes anticontaminación. Otra joven activista, Iruña Erro (22 años, estudiante de Derecho), de Fridays For Future Pamplona, añade: «Nosotros pedimos que los políticos tomen medidas para crear leyes que vayan en contra de las actividades humanas más contaminantes, que fomenten las actividades más ecológicas y que ayuden a reducir el cambio climático».
Una necesidad. María Olasagarre (14 años y estudiante de ESO) integra también Fridays For Future Pamplona. Para ella, «el principal objetivo es concienciar, hacer que se sepa que actuar contra el cambio climático es una necesidad, independientemente de la edad, que los jóvenes también tenemos voz y voto, mostrar nuestra implicación por un asunto a escala global».
EMERGENCIA CLIMÁTICA Cumplir los compromisos. Todos reclaman que se declare la emergencia climática. María Laín (25 años, cursa un máster de cooperación internacional para desarrollo), de Fridays For Future Madrid, nos explica que eso «significa reconocer que existe un problema y, además, aceptar nuestra responsabilidad como uno de los países que más ha contribuido a generarlo. También pedimos que se cumpla el Acuerdo de París, al cual se han comprometido y, a partir de ahí, que tomen todas las medidas que sean necesarias para que la temperatura global no aumente por encima de 1,5 °C». La responsabilidad de los ricos. Otro joven activista climático, Alejandro Martínez (25 años, ha terminado Bellas Artes), de Fridays For Future Madrid, añade otro punto: «Que se cumpla especialmente la cláusula que viene muy bien recogida en el Acuerdo de París sobre justicia climática, que supone que los países del Primer Mundo han de asumir su responsabilidad de cara a aquellos con menos medios y recursos para defenderse de la emergencia climática, y que son los que menos han contribuido a crearla». Optimismo. Luchadores, realistas y optimistas. Todos están convencidos de que sus acciones de protesta van a tener repercusión: «La mayoría de los políticos ya nos ha escuchado. El problema es que una cosa es prometer y otra cosa es hacer», dice María Laín. También Iruña es optimista: «Solo debemos seguir presionando».
los países del primer mundo han de asumir su responsabilidad por el cambio climático
Límite 2030. Aitor, sin embargo, es más escéptico: «Todos sabemos cómo funciona la política. Las legislaturas de cuatro años hacen que un objetivo como el cambio climático quede como una cosa lejana. A pesar de ello, tenemos muy presente la fecha límite: 2030. Esperamos molestar lo suficiente para que no les quede más remedio que hacer frente a la mayor crisis en la que se encuentra la humanidad».
El momento es ahora. La más joven, María Olasarrague, tiene claro qué le diría al presidente español y a quienes miran hacia otro lado: «El cambio climático es un problema más allá de la política y del gobierno español: debemos preocuparnos por la salud de nuestro planeta, facilitar el uso de energías renovables, reducir el uso de plásticos… Tomar medidas ahora, antes de que sea tarde». ¿Los acompañamos? Igual que Greta Thunberg, María reclama y exige un cambio, en realidad una gran transformación: «Una reforma en nuestro modelo de consumo irrespetuoso con el medioambiente. Necesitamos una implicación real por parte del gobierno más allá de leyes, y lo que es más importante, por parte de la sociedad española». ¿Vamos a dejarlos solos defendiendo la vida y el futuro?