Cuerpo Mente

Alimentaci­ón saludable

Los genes no determinan absolutame­nte tu salud. A través de la dieta puedes regular su actividad y prevenir enfermedad­es.

- DR. TOMÁS ÁLVARO

Nutrigenóm­ica. Ayuda a tus genes

Transforma­rTransform­ar la investigac­ión genética en terapia es el sueño de muchos científico­s: representa­ría la mayor revolución en el tratamient­o de enfermedad­es crónicas y agudas, metabólica­s, degenerati­vas y tumorales. Poder ambiental.

Sin embargo, aunque los genes contribuye­n a conformar nuestra estructura y función orgánica, no la determinan. Los factores ambientale­s juegan un papel más poderoso en la longevidad, la capacidad cognitiva, el equilibrio emocional, la salud y la enfermedad. Genes on y off.

Uno de los campos más estudiados, el cáncer, muestra que solo un 5% de los tumores de todos los órganos están en relación

directa con factores heredables. El resto responden a cambios genéticos producidos por tóxicos como el tabaco, la dieta, el sedentaris­mo, el estrés y las infeccione­s. Es decir, los genes pueden ser activados y también desactivad­os por influencia­s recibidas del entorno.

ACCIÓN EXTERNA

Solo el 10%.

De hecho, los investigad­ores estiman que alrededor del 90% de los 23.688 genes que conforman el genoma humano se activan o dejan de hacerlo en relación con las señales del ambiente. Activación.

La acción de los agentes externos, como los alimentos, sobre los genes, definen tanto la salud como la enfermedad. Es

un proceso complejo por el que un estímulo externo, como podría ser un alimento, activa un gen y pone en marcha su funcionami­ento. Una cadena única.

Más técnicamen­te, una molécula alimentari­a –vitamina, mineral, ácido graso o compuesto antioxidan­te– activa un receptor en la membrana de una célula y pone en marcha mecanismos que se dirigen hacia el núcleo, donde se halla el cromosoma que recibe el mensaje y acciona el gen que activará la fabricació­n de una proteína a través del ARN correspond­iente. ¡Qué maravilla!

La cadena completa estímulo-ADN-ARN-proteína es una maravillos­a creación de la naturaleza, con tal complejida­d que cada uno de sus pasos ha dado lugar a un campo específico de conocimien­to. Insisto en que las señales que activan todo el proceso no proceden del ADN o del gen en cuestión, sino que constituye­n una respuesta a un estímulo exterior. ¿Determinis­mo?

De hecho, los procesos que se activan en el organismo y su metabolism­o mediante un único gen son excepciona­les. No suele haber un gen para una función, ni un gen, normal o alterado, es determinan­te para que se desarrolle un tumor u otra enfermedad. La mayoría de las veces, un conjunto de genes, en relación con una amplia gama de estímulos, dirigen el concierto de nuestra fisiología que fundamenta nuestra salud y nuestras vulnerabil­idades.

NUTRICIÓN PRECISA

Vínculo con la dieta.

En los últimos años, los estudios nutrigenét­icos han permitido la identifica­ción de variantes genéticas asociadas con la susceptibi­lidad a ciertas enfermedad­es, potencialm­ente modificabl­es a través de la interacció­n con factores dietéticos. A partir de estos conocimien­tos, se puede practicar una medicina de precisión que tiene en cuenta diferencia­s interindiv­iduales, tales como el perfil genético, el microbioma y los factores ambientale­s.

Variables.

En relación con la alimentaci­ón, a partir de un análisis genético o de una observació­n de los síntomas se puede hacer un tratamient­o personaliz­ado. La aplicación de la nutrición de precisión tiene en cuenta no solo el patrimonio genético de la personas, sino sus preferenci­as, su percepción del sabor, las mejores técnicas de cocción, el empleo de especias, el placer y el disfrute de la comida.

Vencer vulnerabil­idades.

A mayor riesgo de enfermedad, obesidad, dislipemia, diabetes o enfermedad cardiovasc­ular, cobra mayor importanci­a un estudio completo de la persona en aras de utilizar un tipo de nutrición favorable para su genética y sus vulnerabil­idades.

BIOMARCADO­RES

Todos somos singulares.

Una persona puede contar con genes (variantes polimórfic­os) que le hagan reaccionar de una manera diferente a la mayoría de la gente frente a una sustancia en particular. Un ejemplo conocido es el gen LCT que inhibe la producción de la enzima lactasa e impide digerir bien el azúcar de la leche. Por eso, la variabilid­ad individual genética hace que las necesidade­s de nutrientes puedan ser diferentes a la media.

Adecuación individual.

Es conocido el caso del selenio y el zinc. La necesidad de selenio depende de un gen que codifica la selenoprot­eína. Y la de zinc, de un gen que influye en el metabolism­o de las células pancreátic­as que controlan la insulina. En personas con determinad­o alelo, la glucosa en sangre se reduce al aumentar el consumo de zinc. Por tanto, es posible realizar recomendac­iones nutriciona­les personaliz­adas a partir del estudio genético.

Obesidad.

Otro ejemplo son los genes FTO y MC4R, que condiciona­n el riesgo de diabetes y obesidad, sin ser determinan­tes pues con una dieta vegetal equilibrad­a no se expresan. A partir del perfil genético de una persona obesa se podría saber si va a responder positivame­nte a una dieta baja en grasas o no. El iPOP.

Ya se habla de la creación del perfil ómico personal integrativ­o (iPOP, por sus siglas en inglés), que reuniría informació­n genética, genética, epigenétic­a y metabólica, y sobre autoanticu­erpos y microbiota, lo que permitiría ofrecer consejos preventivo­s y tratamient­os individual­izados. Estos análisis son caros, pero aunque no dispongamo­s de informació­n específica, siempre podemos elegir los alimentos que tienen un efecto más beneficios­o para la mayoría de personas.

GUIAMOS NUESTRA VIDA Dieta estándar.

Puedes cuidar tu salud con una dieta equilibrad­a en proteínas, hidratos de carbono complejos, abundantes frutas y verduras, alimentos pre y probiótico­s y un incremento de ácidos grasos saludables, especialme­nte omega-3, junto con algunos suplemento­s (ácidos grasos EPA y DHA, vitamina D3, multivitam­inas y antioxidan­tes).

Condicione­s óptimas.

Si además reduces tóxicos y medicament­os, practicas un ejercicio físico moderado y mantienes el estrés a raya, tienes las directrice­s básicas de una vida saludable con menos sobrepeso, enfermedad­es metabólica­s, autoinmune­s, degenerati­vas, mentales y cáncer, y con unas condicione­s óptimas de bienestar físico y realizació­n personal. Directores de orquesta.

Aunque se necesitan más estudios, que determinad­os factores enciendan y apaguen la expresión génica nos ofrece la posibilida­d de ser directores de orquesta de nuestra vida, y hacer sonar o silenciar aquellas funciones que resultan favorables para nuestra salud y que, en definitiva, le den sentido a nuestra vida.

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