Alimentación saludable
Los genes no determinan absolutamente tu salud. A través de la dieta puedes regular su actividad y prevenir enfermedades.
Nutrigenómica. Ayuda a tus genes
TransformarTransformar la investigación genética en terapia es el sueño de muchos científicos: representaría la mayor revolución en el tratamiento de enfermedades crónicas y agudas, metabólicas, degenerativas y tumorales. Poder ambiental.
Sin embargo, aunque los genes contribuyen a conformar nuestra estructura y función orgánica, no la determinan. Los factores ambientales juegan un papel más poderoso en la longevidad, la capacidad cognitiva, el equilibrio emocional, la salud y la enfermedad. Genes on y off.
Uno de los campos más estudiados, el cáncer, muestra que solo un 5% de los tumores de todos los órganos están en relación
directa con factores heredables. El resto responden a cambios genéticos producidos por tóxicos como el tabaco, la dieta, el sedentarismo, el estrés y las infecciones. Es decir, los genes pueden ser activados y también desactivados por influencias recibidas del entorno.
ACCIÓN EXTERNA
Solo el 10%.
De hecho, los investigadores estiman que alrededor del 90% de los 23.688 genes que conforman el genoma humano se activan o dejan de hacerlo en relación con las señales del ambiente. Activación.
La acción de los agentes externos, como los alimentos, sobre los genes, definen tanto la salud como la enfermedad. Es
un proceso complejo por el que un estímulo externo, como podría ser un alimento, activa un gen y pone en marcha su funcionamiento. Una cadena única.
Más técnicamente, una molécula alimentaria –vitamina, mineral, ácido graso o compuesto antioxidante– activa un receptor en la membrana de una célula y pone en marcha mecanismos que se dirigen hacia el núcleo, donde se halla el cromosoma que recibe el mensaje y acciona el gen que activará la fabricación de una proteína a través del ARN correspondiente. ¡Qué maravilla!
La cadena completa estímulo-ADN-ARN-proteína es una maravillosa creación de la naturaleza, con tal complejidad que cada uno de sus pasos ha dado lugar a un campo específico de conocimiento. Insisto en que las señales que activan todo el proceso no proceden del ADN o del gen en cuestión, sino que constituyen una respuesta a un estímulo exterior. ¿Determinismo?
De hecho, los procesos que se activan en el organismo y su metabolismo mediante un único gen son excepcionales. No suele haber un gen para una función, ni un gen, normal o alterado, es determinante para que se desarrolle un tumor u otra enfermedad. La mayoría de las veces, un conjunto de genes, en relación con una amplia gama de estímulos, dirigen el concierto de nuestra fisiología que fundamenta nuestra salud y nuestras vulnerabilidades.
NUTRICIÓN PRECISA
Vínculo con la dieta.
En los últimos años, los estudios nutrigenéticos han permitido la identificación de variantes genéticas asociadas con la susceptibilidad a ciertas enfermedades, potencialmente modificables a través de la interacción con factores dietéticos. A partir de estos conocimientos, se puede practicar una medicina de precisión que tiene en cuenta diferencias interindividuales, tales como el perfil genético, el microbioma y los factores ambientales.
Variables.
En relación con la alimentación, a partir de un análisis genético o de una observación de los síntomas se puede hacer un tratamiento personalizado. La aplicación de la nutrición de precisión tiene en cuenta no solo el patrimonio genético de la personas, sino sus preferencias, su percepción del sabor, las mejores técnicas de cocción, el empleo de especias, el placer y el disfrute de la comida.
Vencer vulnerabilidades.
A mayor riesgo de enfermedad, obesidad, dislipemia, diabetes o enfermedad cardiovascular, cobra mayor importancia un estudio completo de la persona en aras de utilizar un tipo de nutrición favorable para su genética y sus vulnerabilidades.
BIOMARCADORES
Todos somos singulares.
Una persona puede contar con genes (variantes polimórficos) que le hagan reaccionar de una manera diferente a la mayoría de la gente frente a una sustancia en particular. Un ejemplo conocido es el gen LCT que inhibe la producción de la enzima lactasa e impide digerir bien el azúcar de la leche. Por eso, la variabilidad individual genética hace que las necesidades de nutrientes puedan ser diferentes a la media.
Adecuación individual.
Es conocido el caso del selenio y el zinc. La necesidad de selenio depende de un gen que codifica la selenoproteína. Y la de zinc, de un gen que influye en el metabolismo de las células pancreáticas que controlan la insulina. En personas con determinado alelo, la glucosa en sangre se reduce al aumentar el consumo de zinc. Por tanto, es posible realizar recomendaciones nutricionales personalizadas a partir del estudio genético.
Obesidad.
Otro ejemplo son los genes FTO y MC4R, que condicionan el riesgo de diabetes y obesidad, sin ser determinantes pues con una dieta vegetal equilibrada no se expresan. A partir del perfil genético de una persona obesa se podría saber si va a responder positivamente a una dieta baja en grasas o no. El iPOP.
Ya se habla de la creación del perfil ómico personal integrativo (iPOP, por sus siglas en inglés), que reuniría información genética, genética, epigenética y metabólica, y sobre autoanticuerpos y microbiota, lo que permitiría ofrecer consejos preventivos y tratamientos individualizados. Estos análisis son caros, pero aunque no dispongamos de información específica, siempre podemos elegir los alimentos que tienen un efecto más beneficioso para la mayoría de personas.
GUIAMOS NUESTRA VIDA Dieta estándar.
Puedes cuidar tu salud con una dieta equilibrada en proteínas, hidratos de carbono complejos, abundantes frutas y verduras, alimentos pre y probióticos y un incremento de ácidos grasos saludables, especialmente omega-3, junto con algunos suplementos (ácidos grasos EPA y DHA, vitamina D3, multivitaminas y antioxidantes).
Condiciones óptimas.
Si además reduces tóxicos y medicamentos, practicas un ejercicio físico moderado y mantienes el estrés a raya, tienes las directrices básicas de una vida saludable con menos sobrepeso, enfermedades metabólicas, autoinmunes, degenerativas, mentales y cáncer, y con unas condiciones óptimas de bienestar físico y realización personal. Directores de orquesta.
Aunque se necesitan más estudios, que determinados factores enciendan y apaguen la expresión génica nos ofrece la posibilidad de ser directores de orquesta de nuestra vida, y hacer sonar o silenciar aquellas funciones que resultan favorables para nuestra salud y que, en definitiva, le den sentido a nuestra vida.