Comer bien
Las alimentos antioxidantes retardan y previenen la oxidación del organismo. Son un factor de salud indispensable si los cocinamos adecuadamente.
Platos llenos de antioxidantes
para que conserven su potencial, conviene prepararlos sin recurrir a cocciones agresivas. Crudos y germinados.
Otra opción es aumentar la ingesta de alimentos crudos: frutas y verduras en zumos o smoothies; germinados para completar una buena ensalada, y frutos secos y semillas que podemos usar como base de nuestros postres.
COCINA CONSERVADORA
Mínima cocción.
Salvo excepciones, todo alimento comienza a perder propiedades nutricionales al calentarlo. En general, conviene no cocinarlos en exceso. Poco a poco.
En el caso de los vegetales de hoja verde, es recomendable añadirlos en el momento de apagar el fuego si se trata de un guiso. Puedes agregar progresivamente los alimentos según su dureza o capacidad oxidativa. Sin agua.
Otra alternativa es cocinar sin agua para beneficiarnos de una comida armoniosa que ayude energéticamente a calmar el organismo y lo fortalezca. Es el caso del estofado macrobiótico, en el que las verduras se cortan a trozos grandes y se cocinan a fuego lento. Aunque es una cocción más propia del invierno, se recomienda todo el año, pues los vegetales cocidos y atemperados pueden incluirse en ensaladas y contrarrestan el abuso de frutas del verano, que son alimentos muy yin y enfrían el cuerpo. Deshidratación.
También son saludables técnicas crudiveganas como la deshidratación a baja temperatura y el remojo para activar cereales, semillas o frutos secos. Esta activación elimina los inhibidores enzimáticos que impiden la germinación y que dificultan la digestión y asimilación de los nutrientes.