CAMBIO CLIMÁTICO
PLANETA
Qué tierra utilizar. Se comercializan sustratos de cultivo ya preparados que suelen estar hechos con mezclas de fibras de coco y compost bien descompuesto. También podemos preparar el nuestro mezclando fibra de coco rehidratada (60%), lombricompost (30%) y un poco de tierra de un huerto que lleve tiempo cultivándose de forma ecológica, ya que aportará la imprescindible «microbiota simbiótica», que será una gran aliada de las plantas. Compost o lombricompost. Es el alimento por excelencia de las plantas, y lo añadiremos cada vez que iniciemos o cambiemos un cultivo. No solo aporta los nutrientes básicos de forma equilibrada, sino que los millones de microorganismos que lo componen fomentan la fertilidad de la tierra. Además, la materia orgánica proporciona textura y esponjosidad, facilitando la absorción y retención del agua, y el buen desarrollo de las raíces. Elígelo ecológico. Las tierras abonadas con fertilizantes de síntesis y los sustratos de los centros de jardinería suelen generar desequilibrios en el desarrollo de las plantas y favorecer la presencia de parásitos, así que intentaremos usar un compost con certificado ecológico. O hazlo en casa. Si tenemos espacio, incluso podemos plantearnos obtener nuestro propio compost o lombricompost mediante un práctico compostero doméstico (o un lombricompostero) y reciclando todos los restos y desechos orgánicos de la cocina y de la casa.
Sin agua no hay vida. Las plantas precisan agua para absorber los nutrientes y poder desarrollarse. Los mayores fracasos de los cultivos en el hogar suelen ser causados por una intensa deshidratación del sustrato en los días calurosos. Riego programado. Echar agua a las plantas con una regadera o una manguera no siempre logra compensar la intensa pérdida de humedad que sufren las plantas por un exceso de evaporación o transpiración, por lo que será ideal recurrir a los prácticos sistemas de riego con mangueras de goteo localizado provistos de un sencillo programador automático. El programador tiene la ventaja de que podemos pasar fuera de casa unos días sin que perezcan las plantas.
UN POCO DE TIEMPO Y BUENA INFORMACIÓN
Eligiendo el cultivo. La mayoría de hortalizas cultivables en un balcón son fáciles de reproducir mediante siembra directa, y podrás encontrar sin problema semillas de las hortalizas habituales. En algunos centros de jardinería o en viveristas también se pueden comprar plantones enraizados con su «cepellón», listos para plantar, pero vale la pena experimentar con semilleros propios. Es fácil y gratificante. Cuestión de práctica. Las diversas tareas de mantenimiento requieren un mínimo de tiempo y dedicación. Al principio puede parecernos complicado saber
Resistente a todo tipo de enfermedades, no necesita excesivos cuidados, ¡es ideal!
Su cultivo es fácil y dispondremos de cosecha todo el otoño, incluso parte del invierno. cuándo es el mejor momento para sembrar, plantar, regar, podar e incluso cosechar cada hortaliza, pero con un mínimo de información y con la práctica cotidiana iremos adquiriendo experiencia y, al final, todo nos resultará relativamente sencillo y, sobre todo, satisfactorio.
QUÉ CULTIVAR
El tamaño importa. ¡Cuidado con las plantas muy voluminosas! Una mata de calabacín es muy vistosa, pero ocupa mucho espacio. En cambio, dos o tres matas de tomates resultan muy decorativas y nos proveerán de frescos y suculentos tomates durante varios meses. No hay que olvidar que cuando cultivamos en un balcón suelen dar mejores resultados los tomates cherry.
Pon variedad. Entre las lechugas, los tomates o los pimientos, o incluso junto a las plantas ornamentales o aromáticas (albahaca, romero, espliego…), podemos sembrar rabanitos, canónigos, rúculas, nabos, cebollas, puerros o ajos, ya que ocupan poco espacio y se estimulan mutuamente.
Plantas aromáticas. Crear un minihuerto en el balcón también nos ofrece la posibilidad de cultivar plantas aromáticas, entre las que no puede faltar la albahaca, con la que daremos un toque fresco a las ensaladas o prepararemos una estupenda salsa pesto. La mejorana puede sustituir al orégano de las pizzas y de otros guisos, y la menta fresca aromatizará algunos guisos, además de ser la acompañante perfecta del té verde.
Remedios naturales. Si disponemos de espacio, tal vez sea interesante procurarnos una selección de plantas medicinales para nuestro botiquín de primeros auxilios. Entre las más populares estarían un polivalente aloe, una digestiva manzanilla, la calmante valeriana, el estimulante romero, el anticatarral tomillo o la terapéutica salvia.
SOLUCIONES EFECTIVAS
Protección sin químicos. Aparte del problema más frecuente relacionado con las carencias de riego o la deshidratación, que ya hemos mencionado anteriormente, hay que prever que nuestras plantas pueden sufrir los ataques de pulgones o bichitos chupadores. Estos ataques son fáciles de controlar mojando bien las plantas con una dilución –bien triturada y macerada– de tres dientes de ajo y tres guindillas en un litro de agua.
Adiós a los hongos. Y para prevenir posibles ataques de hongos (sobre todo en épocas húmedas), bastará con tratar las plantas con una dilución de un yogur natural en un litro de agua una vez por semana o cada 15 días.
¡VALE LA PENA!
Si aún nos asaltan las dudas, no nos sentimos capaces o no acabamos de decidirnos porque pensamos que no tenemos experiencia alguna, quizá una buena forma de empezar es recabando el máximo de información, ya sea en foros de Internet, a través de libros o, mejor aún, compartiendo experiencias con amigos o conocidos. Poco a poco descubriremos que resulta fácil planificar los diferentes cultivos, evaluando todas las posibilidades y las limitaciones que podamos encontrar. Lánzate y experimenta. De todas maneras, hay que ser valientes y arriesgarse a experimentar. Pensemos que, posiblemente, el mayor fracaso que podamos cosechar es el que se produce cuando ni siquiera lo intentamos.
Con unas macetas grandes o una mesa de cultivo de 80x100 cm, una familia de 2 o 3 personas ya podrá cultivar, a partir de la primavera:
•2 tomateras (una cherry y otra de ensalada) en el espacio más soleado.
•1 o 2 matas de pimientos.
•1 mata de berenjenas.
•4-8 judías, pero de mata baja.
•3-6 lechugas tipo maravilla de verano y hoja de roble (replantando 3 o 4 nuevas cada mes o mes y medio).
•2 rúculas.
•2 matas de acelga (una verde y una roja).
•1 o 2 pencas de apio.
•Una matita de perejil.
•2 albahacas, colocadas entre las tomateras y los pimientos.
•Algunos rabanitos, intercalados con cualquier otro cultivo.
•Varios canónigos, en los huecos disponibles entre otras plantas.
•4-6 remolachas rojas
•10-14 cebollas, siempre colocadas en el borde más soleado.
•6-8 puerros, donde haya más sombra.