Más energía en el día a día
Porque a veces la vida se hace un poco cuesta arriba, debes saber que una dieta equilibrada y un poco de ejercicio es todo lo que necesitas para recuperar la vitalidad y hacerle frente.
HasHas hecho un esfuerzo o trabajo físico, intelectual o emocional y sientes que te faltan las fuerzas? ¡Es normal! Así es como responde el organismo. Sin embargo, la fatiga también puede ser un síntoma de deficiencia nutricional, falta de descanso o alteración física o mental. Gana vitalidad. Si estás pasando por una época en la que el cansancio es el protagonista, hay que ponerle remedio, y para eso es necesario cuidar las mitocondrias, porque estos orgánulos son los responsables de producir energía en las células. Necesitas coenzima Q10. Para combatir la fatiga es necesaria la coenzima Q10 (coQ10) en forma de ubiquinol junto con un tipo de azúcar denominado ribosa, porque solo así las mitocondrias podrán generar
molécula que actúa como combustible principal en la mayoría de procesos celulares, la adenosín trifosfato (ATP). ¿Y dónde se hallan estos elementos? La ribosa la tienes en frutas y verduras, mientras que la coQ10 puede fabricarla tu cuerpo, siempre que dispongas de los niveles adecuados de vitaminas B5 y B6, y de los aminoácidos tirosina y fenilanina, entre otros nutrientes. Cuida tus mitocondrias. Estos orgánulos celulares son esenciales a la hora de garantizar energía al cuerpo, pero también se ha comprobado que su mala función se puede asociar a enfermedades como la fibromialgia, la fatiga crónica, la depresión, la infertilidad, trastornos cardiovasculares, afecciones de la piel, problemas de concentración y memoria, cáncer y alzhéimer.
Los peores enemigos. El alcohol, el tabaquismo, algunos medicamentos (analgésicos, antiinflamatorios, determinados ansiolíticos y antidepresivos, estatinas para el colesterol...), la mala alimentación, el estrés y el sedentarismo son dañinos para las mitocondrias, así que evítalos siempre que puedas, cultiva hábitos saludables y, si fuera necesario y con la supervisión de un profesional de la salud, toma suplementos específicos.
VIGOR DURADERO
¡Ojo con el azúcar! Para gozar de energía en la vida cotidiana debes evitar las temidas bajadas de azúcar en sangre. El organismo tiene la capacidad de regular la glucemia de forma natural. Sin embargo, si tomas alimentos ricos en azúcar contila
nuamente, dispondrás de más energía pero por poco tiempo. La energía que se obtiene del azúcar aporta picos en los niveles sanguíneos que se desploman rápidamente y te obligan a ingerir más para mantenerte activa. A largo plazo, este proceso favorece la resistencia a la insulina y la inflamación crónica. Además, el azúcar favorece la hiperpermeabilidad intestinal, destruye la microbiota y genera adicción. Carbohidratos saludables. El azúcar es necesario, pero siempre hay que escoger los alimentos que lo aporten de la forma más saludable, así que deja a un lado los refinados y opta por los alimentos enteros e integrales. Los tubérculos (patatas, boniatos, chufa), las raíces (zanahoria, remolacha, chirivía…), las calabazas, las legumbres, las verduras (brócoli) (brócoli) y los cereales integrales aportan hidratos de carbono celulares de absorción lenta. De esta forma tan sencilla garantizas una regulación adecuada de los niveles de azúcar en sangre y evitas picos de insulina.
ALIMENTA TU FLORA
No olvides la microbiota. Gracias también al consumo de estos alimentos, que también son ricos en fibra, tu flora intestinal se verá favorecida, porque cuando está sana tiene la capacidad de generar sustancias beneficiosas que participan en el correcto funcionamiento del organismo, por ejemplo: vitaminas del grupo B, la vitamina K o el butirato, entre otras. Nutrientes esenciales. Por lo tanto, además del consumo de hidratos de carbono celulares, debes garantizar a tu microbiota un aporte suficiente de fibra procedente de frutas, verduras, hortalizas, semillas, y legumbres, así como de bacterias saludables que encontrarás en alimentos probióticos como el miso, el yogur o la kombucha.
¿GRASAS? ¡POR SUPUESTO!
Elige las buenas. Y no se puede hablar de energía sin citar las grasas. Son una fuente de calorías clave en la dieta, eso sí, siempre que se escojan las más saludables. Fuentes naturales. Las de mala calidad, las procesadas y transformadas hay que evitarlas, dejando paso a las que encuentras en el aceite de oliva virgen extra, en las semillas (de chía, de lino, de calabaza o de sésamo, en los frutos secos, en los aguacates o en el aceite de coco virgen. Las grasas de estos alimentos son antiinflamatorias y favorecen un correcto tránsito intestinal. La clave, una vez más, es elegir la opción más saludable.