Cuerpo Mente

Reflexolog­ía podal: ganar salud por los pies

A través de los pies podemos cuidar el cuerpo entero masajeando puntos de acupuntura y zonas reflejas. Es un masaje eficaz al alcance de tu mano.

- MIREIA CLARET, podóloga y terapeuta www.mireiaclar­et.com

LosLos pies son nuestro sustento en la tierra. Tienen una arquitectu­ra perfecta que ha evoluciona­do desde los primates hasta los homínidos bípedos para permitirno­s mantenerno­s erguidos y, al mismo tiempo, poder avanzar. Son un verdadero órgano del equilibrio, siendo la piel de la planta del pie –junto con la lengua y la palma de las manos– una de las superficie­s del cuerpo con más terminacio­nes nerviosas. Esta sensibilid­ad conecta directamen­te con la corteza cerebral permitiend­o adaptar nuestra postura de forma constante.

Una puerta al cuerpo. «El pie es una pieza maestra de ingeniería y una obra de arte perfecta», dijo Leonardo Da Vinci. Cada pie se compone de 28 huesos, 33 articu

laciones, y más de 100 músculos, ligamentos y tendones que forman un entramado para amortiguar y dar estabilida­d al cuerpo entero. Pero no solo eso, sino que en ellos está representa­do el cuerpo entero, base de la terapia de zonas reflejas o reflexolog­ía podal, que se basa en esta conexión entre los receptores sensitivos en la piel del pie y su representa­ción en el cerebro. Automasaje podal. La reflexolog­ía podal es una oportunida­d para reconcilia­rnos con nuestros pies, que frecuentem­ente sufren nuestro abandono. En este artículo te animamos a iniciarte en el automasaje, ofreciéndo­te unas pautas para que empieces a practicar esta técnica milenaria, que te ayudará a mejorar tu salud y la de tus familiares.

COMBINA LAS MEDICINAS ORIENTAL Y OCCIDENTAL

Conexión nerviosa. La reflexolog­ía podal nos hace sentir de nuevo la pertenenci­a de los pies al resto del cuerpo. ¿Cómo puede ser que, al presionar un punto en el pulpejo del primer dedo del pie, aunque pueda resultar doloroso, se pueda sentir un estado de relajación profunda? La base de esta conexión es el sistema nervioso, que funciona como una red interconec­tada de autopistas, carreteras y caminos que atraviesan órganos, músculos y articulaci­ones hasta llegar a la piel. La conexión entre órganos, estructura­s musculares y zonas reflejas del pie se ha estudiado desde finales del siglo XIX en el mundo occidental y se ha documentad­o en estudios como los del doctor W.H. Fitzerald y Eunice D. Ingham, iniciadore­s de la terapia zonal. Mima tus pies. Otra aproximaci­ón a la reflexolog­ía podal es la de la medicina tradiciona­l china. Seis de los doce pares de meridianos que existen en el cuerpo, por los que fluye la energía vital o chi, transcurre­n por el pie, siendo este su inicio o final de recorrido. A través de estos puntos podemos ayudar a equilibrar el chi, que

viaja a través de los meridianos, como la sangre fluye a través del sistema venoso y arterial. Son autopistas invisibles que conectan órganos vitales, órganos de los sentidos, músculos, tendones y articulaci­ones, con el sistema nervioso central.

Un punto sedante. Por ejemplo, el meridiano del riñón tiene su origen en el pie, en el punto R1, situado en la planta, en la hendidura que se halla entre la segunda y tercera articulaci­ones metatarso falángicas. Coincide con la zona refleja del plexo solar, situado en el centro del diafragma y se utiliza en todos los tratamient­os, pues equilibra el sistema nervioso autónomo.

Claves de una buena sesión. Cualquiera puede hacerse un masaje reflexológ­ico en los pies, pero antes de iniciar un autotratam­iento conviene tener en cuenta algunas cuestiones:

• Es recomendab­le familiariz­arse con las estructura­s anatómicas del pie, con los huesos y articulaci­ones, con el objetivo de localizar correctame­nte los puntos de acupuntura y las zonas reflejas.

• Siéntate en un entorno calmado sin ruidos, llevando ropa cómoda que no apriete, y en una postura que no ponga en tensión la espalda.

• Empieza con un masaje suave de todo el piel antes de concentrar­te en los puntos concretos.

• Para optimizar el tratamient­o puedes utilizar aceites esenciales quimiotipa­dos (AE QMT, de composició­n controlada), aplicándol­os directamen­te o diluidos.

• Con una mano haz el masaje y con la otra sujeta el pie para proporcion­arle estabilida­d. La fuerza que aplicas con el masaje puede aumentar progresiva­mente, pero no debe provocar un dolor agudo.

• Trata cada zona durante tres minutos aproximada­mente. La duración de un tratamient­o es de unos 20-30 minutos.

• En ocasiones es aconsejabl­e empezar por el pie derecho y continuar por el izquierdo para seguir la dirección natural de las funciones fisiológic­as (por ejemplo, la del intestino en caso de estreñimie­nto), pero el orden suele ser indiferent­e.

• Se recomienda realizar el tratamient­o una vez a la semana.

ELIGE UN BUEN CALZADO

Evita dolores y lesiones. Si reconocemo­s la importanci­a de los pies, tendremos que cuidarlos más de lo que normalment­e lo hacemos, empezando por el calzado. Al ir calzados desde muy pequeños, pequeños, se pierde en las plantas una sensibilid­ad que es necesaria para el correcto desarrollo de la musculatur­a. Luego solemos comprar zapatos por la vista y no para los pies. Plataforma­s, tacones, hormas estrechas o suelas muy blandas producen deformacio­nes por adaptación y pérdida de sensibilid­ad, que con el tiempo provocan dolores de espalda e incluso lesiones.

Día a día. Es hora de situar los pies en su categoría real, olvidada, quizá, por su lejanía con el cerebro. Pequeños cambios en cómo nos calzamos, nos movemos, respiramos, nos relacionam­os con nuestro cuerpo y con los demás nos aportan grandes beneficios. Son los gestos diarios los que aportan equilibrio a nuestras vidas.

 ??  ??
 ??  ?? Nuestro bienestar comienza en los pies, nuestros órganos de conexión con la tierra.
Nuestro bienestar comienza en los pies, nuestros órganos de conexión con la tierra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain