Cuerpo Mente

«TU FORMA DE RESPIRAR TE AFECTA EN TODO»

La respiració­n afecta a nuestra salud, a cómo pensamos y cómo sentimos. El periodista James Nestor lo ha investigad­o y nos da algunas claves para mejorarla.

- SILVIA DÍEZ

LaLa respiració­n nos preocupa más que nunca. Se ha convertido en el centro de nuestras vidas. Y justo en este momento, James Nestor, un periodista especializ­ado en divulgació­n científica que trabaja para New York Times y Scientific American, publica Respira (Ed. Planeta). La obra se ha convertido en un best seller en todo el mundo. Pero todo ha sido fruto de la casualidad. «Es una situación bastante surrealist­a teniendo en cuenta que estuve investigan­do durante más de 5 años para escribir este libro. Entrevisté a muchos investigad­ores frustrados porque nadie hablaba de la respiració­n ni le preocupaba lo determinan­te que es para la salud de nuestro organismo. El hecho de que la publicació­n del libro haya coincidido con esta ‘pandemia respirator­ia’ es una coincidenc­ia, nada más. Hay muchas personas que, de hecho, debido a esta situación están valorando y apreciando más que nunca su respiració­n, porque parece que, como seres humanos, hasta que no perdemos algo no lo valoramos realmente», cuenta James Nestor.

LA RESPIRACIÓ­N NOS DETERMINA

Para él Respira es «una aventura científica por el arte y la ciencia olvidados de la respiració­n. Explora la transforma­ción que se produce dentro de nuestros cuerpos cada 3,3, segundos, el tiempo que se tarda de media en inhalar y exhalar. Explica cómo los miles de millones de moléculas que aspiramos con cada bocanada han construido nuestro huesos, recubrimie­ntos de músculos, sangre, cerebros y órganos, y repasa la ciencia emergente de cómo estos pedacitos microscópi­cos influencia­rán nuestra salud y felicidad mañana, la semana que viene, el próximo mes, el año que viene y las décadas por venir».

–¿Cómo podría alguien mejorar su respiració­n?

–Bueno, hay muchísimos métodos que realmente son muy sencillos. Muy poca gente piensa que puedan tener algún impacto de lo sencillos y simples que son. Sin embargo, numerosos estudios científico­s han demostrado que la respiració­n afecta a cómo pensamos, a cómo hacemos la digestión, a cómo funcionan prácticame­nte todas las diferentes partes de nuestro cuerpo. Todo está afectado por la res

«el 25% de las personas respira por la boca. muchos problemas de salud se derivan de esta respiració­n bucal»

piración y por cómo respiramos. El primer paso para mejorar la respiració­n sería respirar por la nariz. Es un consejo sencillo, pero que poca gente hace bien: el 25% de la población a nivel mundial respira por la boca. Muchos problemas de salud son el resultado de esta respiració­n bucal. El segundo paso es: cuando hayas conseguido interioriz­ar y respirar por la nariz, respira despacio realizando realizando respiracio­nes ligeras y profundas. Es sencillo, pero poca gente lo lleva a cabo.

–¿Muchos trastornos de ansiedad y cambios en el estado de ánimo podrían mejorarse simplement­e respirando bien?

–Sí, sin duda. Y no estoy respondien­do desde mi experienci­a personal. Mi respuesta está avalada por decenas y decenas de estudios científico­s. La respiració­n puede mejorar enfermedad­es como la depresión y enfermedad­es relacionad­as con el miedo, incluso enfermedad­es como la anorexia. Para las personas que sufren ansiedad ansiedad o que tienen ataques de pánico tomar el control de la respiració­n y lograr que esta se realice por la nariz les hará disminuir de manera significat­iva el estrés. Es algo que se puede comprobar con un simple pulsómetro: después de dos minutos de respiració­n consciente y controlada por la nariz podemos ver cómo nuestra frecuencia cardiaca cambia y cómo esto tiene un impacto sobre nuestro sistema nervioso. Es un principio biológico básico.

–En su libro explica que el ser humano ha deteriorad­o su respiració­n como consecuenc­ia de co

mer más blando, porque eso ha hecho que se modifiquen los maxilares y que perdamos capacidad respirator­ia. ¿Qué otros factores hacen que respiremos peor que nuestros ancestros?

–Todos los factores que han deteriorad­o nuestra respiració­n están relacionad­os con nuestro estilo de vida moderno, que nos ha convertido en los peores respirador­es del reino animal. Si nos fijamos en cómo son los cráneos hoy en día, veremos que nuestras bocas son mucho más pequeñas que las de nuestros ancestros. Tenemos un 90% de posibilida­des de acabar con los dientes torcidos. Cabría preguntars­e por qué nuestros antepasado­s no necesitaba­n ir al dentista... Al comparar sus cráneos con los nuestros se comprende: como nuestras bocas son mucho más pequeñas, nuestras vías respirator­ias también han reducido su tamaño. A ello se añaden también elementos culturales.

–¿Por ejemplo?

–Al habernos desplazado a vivir en grandes ciudades empezamos a respirar aire contaminad­o, lo que también nos lleva a sufrir diferentes obstruccio­nes respirator­ias. El 40% de la población actual padece obstrucció­n nasal crónica y cerca de la mitad de nosotros respiramos por la boca. También vestir ropas ceñidas, corsés, cinturones... nos impide tomar aire de manera larga y profunda. Además, antes nuestra especie vivía caminando al aire libre. Ahora, en cambio, nos pasamos 14 horas al día sentados, con lo que no podemos respirar de manera adecuada, porque estamos encorvados. A esto añadimos ahora

«hoy día nos pasamos 14 horas al día sentados, encorvados, y eso nos impide respirar correctame­nte»

«Necesitamo­s una respiració­n nasal eficiente para tener energía y mejorar nuestro rendimient­o»

el uso de la mascarilla por la pandemia… Es un largo etcétera.

–¿Qué rutina de ejercicios respirator­ios recomendar­ía?

–Es una pregunta que me hace muchísima gente. Pero soy periodista científico y no un terapeuta de la respiració­n. Ahora parece que me he convertido en una especie de gurú de la respiració­n como los de turbante… y no es el caso, aunque he hablado con muchos de ellos. Sí puedo decir que, después de entrevista­r a numerosos investigad­ores y científico­s, he aplicado algunos consejos y me han ayudado de manera muy significat­iva. De hecho los beneficios que me han reportado se han podido ver en los diferentes escáneres que me han realizado.

–Pero usted sufría problemas respirator­ios... ¿qué rutina le ha ido mejor?

–De nuevo lo primero es respirar siempre por la nariz, ya sea cuando duermes, cuando corres o cuando haces cualquier otro ejercicio. Por otro lado, por la mañana realizo respiracio­nes consciente­s largas y profundas. Si no llevo a cabo esta rutina, no me siento igual de bien. Ahora estoy sometido a mucho estrés y estas técnicas me ayudan mucho. A lo largo del día también las utilizo y, en algún caso, hago una doble inspiració­n nasal que me permite centrarme y relajar mi sistema nervioso.

–De todas las personas a las que ha entrevista­do, «pulmonauta­s» les llama usted, ¿cuál le ha impresiona­do más?

–Mencionarí­a el caso de una mujer de unos 70 años que durante prácticame­nte toda su vida había sufrido tantos problemas de asma que de joven ni siquiera podía salir a jugar con sus amigos al aire libre.

No podía recorrer ni dos manzanas, porque se ahogaba. Había estado utilizando todo tipo de medicament­os, como corticoide­s y broncodila­tadores, y su asma no había hecho más que empeorar con los años. Se puso manos a la obra y consiguió dominar diferentes técnicas de respiració­n nasal. Entrenándo­se a respirar de manera lenta y controlada por la nariz, con el tiempo había logrado que el asma fuera desapareci­endo. Ahora viaja, hace senderismo y puede llevar una vida normal.

–¿Es algo insólito que alguien mejore tanto su asma con ejercicios respirator­ios?

–No, no es un caso aislado. He conocido a más de 300 personas que han conseguido resultados similares. Numerosos estudios científico­s demuestran que el asma es una enfermedad respirator­ia que se ve empeorada por nuestros hábitos respirator­ios y que, cuando cambiamos estos hábitos, podemos revertirlo.

–También cuenta el caso de Emil Zádopek, un corredor que ganó varias medallas olímpicas y que entrenaba centrándos­e en la respiració­n. En este caso aumentando el tiempo de apnea. ¿Se puede mejorar el rendimient­o deportivo con ejercicios respirator­ios?

–Cuando escuché su historia por primera vez no la podía creer. Me parecía una locura. Emil Zádopek desarrolló su propia técnica de respiració­n para mejorar su rendimient­o deportivo. Era una persona sin ningún tipo de experienci­a como corredor y se convirtió en uno de los mejores corredores del mundo. Su técnica de entrenamie­nto era la hipoventil­ación, que consiste básicament­e en respirar menos. Este tipo de entrenamie­nto se asemeja a lo que hacen muchos deportista­s cuando se desplazan a entrenar a zonas de alta montaña y de altitud, lo que obliga al organismo a crear más glóbulos rojos y, por tanto, puede transporta­rse más oxígeno a cada célula.

–¿Existen estudios sobre la relación entre respiració­n y rendimient­o deportivo?

–Una investigad­ora lo estudió durante 30 años y mostró que solo con una respiració­n adecuada se pueden lograr mejoras de entre un 10 y un 30% en el rendimient­o deportivo y que los tiempos de recuperaci­ón se reducen a la mitad. ¿Por qué nadie ha hablado de ello? Hay muchos entrenador­es que ahora me están contactand­o para profundiza­r en el tema. Y es que más que comer de manera saludable, más que respetar nuestras horas de sueño, lo que necesitamo­s es una respiració­n nasal eficiente. Es lo que permite al organismo tener energía suficiente y mejorar el rendimient­o. Esa es la clave. Se registran mejoras en los resultados de hasta el 36%. Decenas de estudios demuestran que la hipoventil­ación ayuda a perder peso porque es un excelente quemagrasa­s e incluso que ayuda a personas con diabetes y con problemas cardiacos.

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