Pies suaves y bonitos
Cuando llega el buen tiempo es fácil que nos entre prisa por devolver a los pies un aspecto sano. Con cuidados suaves y naturales podrás conseguirlo.
LosLos pies también necesitan amor. Nos conectan con la Tierra y nos transmiten estabilidad, pero a menudo no nos acordamos de ellos hasta que nos duelen o hasta que llega el buen tiempo y queremos lucirlos con sandalias. Entonces vemos que la piel está reseca o incluso tenemos durezas o grietas en los talones.
CUIDADOS MUY AGRESIVOS. Si recurrimos a los productos convencionales puede ser peor el rerecomendables medio, pues los exfoliantes son demasiado agresivos con la piel y pueden contener micropartículas de plástico que acaban en el mar. Otros ingredientes poco tanto para la salud de los pies como para el medio ambiente son los perfumes y los parabenos, que pueden actuar como disruptores hormonales, y las parafinas y polietilengilcoles (PEG) derivados del petróleo, que hacen a la piel más vulnerable a las sustancias nocivas.
• Las alternativas naturales para el cuidado de los pies son más densas que los que se usan para el resto del cuerpo y contienen grasas vegetales (mantecas de karité o cacao, aceite de almendras, etc.), glicerina, aloe vera e ingredientes exfoliantes como ácidos de frutas, polvo de huesos de frutas o frutos secos. Con estos productos basta para conseguir que la belleza vuelva a los pies.
UN RITUAL DIARIO. Puedes practicarlo antes de irte a dormir:
• Llena el bidé o una palangana con agua tibia (mejor que caliente) y añade unas gotas de aceite esencial de menta, eucalipto o romero. Mantén los pies dentro durante 20 minutos.
Los productos naturales para pies, más densos, suelen contener aceites y mantecas vegetales.
• Frota los pies, sobre todo las zonas más endurecidas, con un exfoliante casero.
• Si tienes zonas muy endurecidas, puedes tratarlas con piedra pómez o una lima podal una vez a la semana.
• Aclara los pies y sécalos cuidadosamente, insistiendo bien entre los dedos.
• Aplica una crema suavizante natural y certificada con un masaje enérgico. Puedes utilizar manteca de karité o de cacao. Luego ponte unos calcetines de algodón suaves para dormir con ellos. Por la mañana tus pies estarán cada día más sedosos e hidratados.
BAÑO RELAJANTE. De vez en cuando, llena una palangana hasta un tercio de altura con canicas de cristal, añade agua caliente, un cuarto de taza de sales de Epsom y 3 gotas de aceite esencial de jengibre. Mete los pies y deslízalos sobre las canicas unos 10 minutos.
CUIDA EL CALZADO. Es fundamental para completar el cuidado. Una buena idea es comprarlo y probárselo por la tarde, pues el pie se dilata a lo largo del día. Comprueba que los dedos tienen espacio para moverse y alterna el calzado cada día para que pueda evaporarse la humedad.