Mousse de semillas de chía con grosellas, leche de coco y esencia de vainilla

4 personas 23 min

• 350 g de grosellas rojas

• 500 ml de leche de coco

•8 cucharadas de semillas de chía

• 100 g de sirope de agave de calidad

•1 cucharadita de esencia de vainilla

• 50 g de grosellas negras para decorar

Pon la leche de coco a calentar en un cazo y coloca las semillas de chía en un recipiente que después se pueda cerrar. Cuando la leche de coco esté tibia, tibia, viértela sobre las semillas de chía junto con la esencia de vainilla. Usar la leche de coco tibia no es indispensable, pero ayuda a que el gel de la mousse se forme más rápido.

Cierra la tapa del recipiente y agítalo vigorosamente durante 15 segundos para que se mezcle bien. Deja que la mezcla descanse un minuto y vuelve a agitarlo unos segundos más. Después, sin destaparlo, déjalo en reposo unos 20 minutos.

Pasado ese tiempo verás que las semillas se han empezado a hinchar y comienzan a formar una gelatina. En ese momento, añade el sirope y las grosellas rojas.

Tritúralo todo con la ayuda de una batidora eléctrica hasta que consigas una mezcla fina y bien uniforme.

Introduce este batido en los vasos individuales en los que vayas a servir la mousse y mételos en la nevera para que se refrigeren durante media hora como mínimo.

En el momento de servir decora cada vasito con un puñadito de grosellas negras.

En vez de leche de coco puedes emplear otras leches vegetales, como leche de almendras o de avena, o incluso yogur. Las grosellas negras también se pueden sustituir por otras bayas, como arándanos o moras.